Por qué a veces nos pica la lengua cuando comemos piña: la clave está en una enzima

La bromelina presente en esta fruta tropical puede descomponer las proteínas de la saliva de nuestra boca y causarnos cierta irritación

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Una mujer cortando piña. (Freepik)
Una mujer cortando piña. (Freepik)

Por su contenido en vitaminas, minerales, antioxidantes, fibra y azúcares naturales, las frutas merecen ocupar un lugar destacado en nuestra dieta diaria. Su consumo regular puede aportarnos múltiples beneficios para la salud y proteger nuestro bienestar general. Además, se trata de un variadísimo grupo de alimentos en el que todos los sabores tienen cabida.

Entre las frutas tropicales, una de las más destacadas es la piña, originaria de América del Sur, especialmente de Brasil. El sabor dulce y ácido de la piña es característico de esta fruta, así como una pequeña reacción que produce en muchas personas que la comen: picor en la lengua.

El Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) explica que la razón detrás de este efecto se encuentra en una enzima presente en la piña llamada bromelina, que es capaz de descomponer proteínas. En nuestra boca, la saliva contiene proteínas que tienen funciones protectoras y digestivas. Cuando comemos piña, la bromelina actúa sobre estas proteínas y las hidroliza, provocando la sensación de escaldado o irritación en la lengua. A esto se suma la acidez de la piña, que intensifica aún más la sensación de ardor o picor. Es por esta combinación de factores que muchas personas experimentan una leve molestia al consumir esta fruta en su estado natural.

A pesar de esta sensación peculiar, la bromelina tiene múltiples beneficios para la salud. Se ha demostrado que posee propiedades antioxidantes, ayudando a proteger a las células del daño causado por los radicales libres y el estrés oxidativo. También se ha estudiado su potencial anticancerígeno, con efectos positivos en diversos tipos de cáncer, incluyendo el de mama, colon, estómago, recto, páncreas, piel e hígado. Además, la bromelina cuenta con propiedades antiinflamatorias, antimicrobianas, inmunomoduladoras y antiulcerativas, lo que la convierte en un compuesto de gran interés para la salud humana.

Gracias a sus propiedades, la bromelina no solo se aprovecha en la alimentación, sino que también tiene múltiples aplicaciones en la industria. Por ejemplo, se utiliza en el tratamiento de muestras alimenticias para el análisis de aminoácidos, como aditivo en la alimentación del ganado, en la producción de suplementos nutricionales y péptidos bioactivos, en el ablandamiento de productos cárnicos, así como en la formulación de detergentes y cosméticos. Su versatilidad la hace un ingrediente valioso en distintas áreas científicas e industriales.

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La piña no es la única

Es importante mencionar que la piña no es la única que contiene enzimas proteolíticas, pues otras frutas como el kiwi y la papaya también poseen este tipo de enzimas. En el caso del kiwi, la actinidina es la responsable de la descomposición de proteínas, mientras que en la papaya se encuentra la papaína, otra enzima con funciones similares a la bromelina. Asimismo, el higo también presenta actividad proteolítica, aunque su alto contenido de azúcares puede enmascarar la sensación de irritación en la boca.

La alimentación es una experiencia sensorial compleja que involucra una variedad de sensaciones al consumir distintos alimentos. Entender los procesos químicos y biológicos detrás de estas sensaciones nos ayuda a comprender mejor por qué ciertos alimentos generan efectos específicos en nuestro organismo.

La piña, con su combinación de sabor dulce y ácido, junto con la acción de la bromelina, nos proporciona una experiencia única al consumirla, a la vez que nos brinda beneficios para la salud. Aunque la sensación de picor pueda resultar incómoda para algunas personas, conocer sus propiedades y aplicaciones puede hacer que valoremos aún más esta deliciosa fruta tropical.