
Puede que las alas sean su sello distintivo, pero algunas aves imponentes han dejado atrás el vuelo para conquistar la tierra firme con pura fuerza y tamaño. Tal como destaca HowStuffWorks, existen especies que incluso superan en peso a un oso negro americano, un dato que da pie a un ranking tan curioso como revelador: las aves más grandes del mundo no vuelan, pero dominan con autoridad los paisajes de África, Oceanía, la Antártida y Sudamérica.
Desde el gigantesco avestruz, que puede llegar a pesar 157 kilos, hasta el enigmático casuario enano de Papúa Nueva Guinea, estas aves reescriben las reglas de la evolución y demuestran que en la naturaleza, adaptarse es tan importante como volar.
La diversidad de tamaños en las aves y el vínculo con el vuelo
El mundo alberga unas 18.000 especies de aves, con una variedad de tamaños que va desde el diminuto colibrí abeja, de apenas 1,7 gramos, hasta aves que superan los 150 kilogramos. Según HowStuffWorks, los ejemplares más pequeños suelen ser expertos voladores, mientras que los más grandes han perdido esa capacidad.
Esta relación entre tamaño y vuelo se explica por la necesidad de mantener un peso bajo para poder despegar y mantenerse en el aire. Las aves voladoras, como el albatros viajero, pueden tener una envergadura de más de 5 metros, pero rara vez supera los 12 kilogramos, similar al de un perro pequeño.
En contraste, las aves más pesadas han evolucionado para vivir en tierra firme. Su tamaño les otorga ventajas como la intimidación frente a depredadores, pero también implica adaptaciones específicas, como huesos huecos y extremidades robustas. La incapacidad de volar no ha impedido que estas especies dominen sus hábitats, aunque las ha hecho más vulnerables a los cambios ambientales y a la presencia humana.

Gigantes prehistóricos y la evolución de las aves no voladoras
Las aves actuales son los únicos descendientes directos de los dinosaurios. Hace unos 80 millones de años, especies como Gargantuavis philoinos recorrían la Tierra con alturas de hasta 3 metros. Aunque no se sabe con certeza si podían volar, su tamaño y estructura sugieren que, al igual que los avestruces modernos, estaban adaptadas a la vida terrestre. Estas aves prehistóricas poseían patas poderosas y, en algunos casos, la capacidad de defenderse con fuerza, características poco compatibles con el vuelo.
Un caso emblemático es el del ave elefante de Madagascar (Aepyornis), considerada la más pesada y alta que haya existido. Alcanzaba los 3 metros de altura y pesaba cerca de 454 kilogramos. Más emparentada con los kiwis que con los avestruces, esta especie fue cazada hasta su extinción en el siglo XVII, ilustrando la vulnerabilidad de las aves gigantes ante la actividad humana.
Adaptaciones y vulnerabilidad de las aves más grandes
Todas las aves poseen huesos huecos, una adaptación que facilita el vuelo. Sin embargo, muchas especies han evolucionado para habitar el suelo, desarrollando cuerpos más robustos y perdiendo la capacidad de volar.
Según HowStuffWorks, la evolución hacia la incapacidad de volar ha ocurrido con mayor frecuencia de lo que se observa en la actualidad. Los científicos estiman que existirían hasta cuatro veces más especies de aves no voladoras si no hubieran coexistido con los seres humanos. La combinación de incapacidad de vuelo y la presencia humana ha incrementado la vulnerabilidad de estas especies a la extinción.
Las aves no voladoras, como los ratites (grupo que incluye avestruces, emús, casuarios, kiwis y ñandúes), carecen de la quilla, una estructura ósea que en otras aves sirve de anclaje para los músculos del vuelo. Esta diferencia anatómica marca una separación clara entre las aves gigantes y sus parientes voladores, y ha condicionado su evolución y distribución geográfica.
Ranking de las aves más grandes del mundo
A continuación, se presenta el ranking de las 9 aves más grandes del mundo por peso, según el reporte de HowStuffWorks. Todas ellas son especies terrestres y, salvo una excepción, pertenecen al grupo de los ratites.
1. Avestruz común (Struthio camelus)

El avestruz común ostenta el título de la mayor ave del planeta, con un peso de hasta 157 kilogramos y una altura que puede llegar a los 2,7 metros. A pesar de su tamaño, es capaz de correr a velocidades de hasta 69 kilómetros por hora, similar a un caballo de carreras, y cubrir tres metros por zancada.
Originario de África, al sur del desierto del Sahara, el avestruz se alimenta principalmente de plantas, aunque también consume insectos y pequeños animales. Sus huevos, de 1,3 kilogramos, equivalen a dos docenas de huevos de gallina. Esta especie es el mayor representante de los ratites.
2. Avestruz somalí (Struthio molybdophanes)

El avestruz somalí, también conocido como avestruz de cuello azul, es nativo del Cuerno de África y alcanza los 130 kilogramos.
Aunque es más pequeño que el avestruz común, ambas especies comparten un ancestro y se separaron por especiación geográfica. Actualmente, no pueden cruzarse entre sí y presentan diferencias morfológicas y de hábitat.
3. Casuario del sur (Casuarius casuarius)

El casuario del sur, con un peso de hasta 85 kilogramos y una altura de 2 metros, destaca por su aspecto prehistórico. Posee un casco óseo en la cabeza, piel azul y turquesa, y largas barbas rojas. Según HowStuffWorks, es considerado el ave viva más parecida a un dinosaurio.
Habita en el noreste de Australia, Nueva Guinea e Indonesia, donde emite un llamado profundo que resuena en la selva. Su dieta incluye frutas, hongos e insectos, y es un excelente nadador.
4. Casuario del norte (Casuarius unappendiculatus)

El casuario del norte, ligeramente más pequeño que su pariente del sur, pesa hasta 75 kilogramos. Se distingue por un casco más grande y una sola barba de color amarillo o rojo. Su llamado, de baja frecuencia, recuerda al gruñido de un jabalí gigante.
Vive en zonas pantanosas del norte de Nueva Guinea y algunas islas de Indonesia. Es la especie de casuario más amenazada, debido a la caza de su carne y huevos.
5. Emú (Dromaius novaehollandiae)

El emú, originario de Australia, puede alcanzar los 70 kilogramos y superar los 1,9 metros de altura. Es más ligero y alto que los casuarios, y se adapta a diversos hábitats, desde bosques hasta desiertos. Su alimentación es principalmente vegetal, aunque puede acumular grasa en épocas de abundancia.
Las hembras son más grandes que los machos y ambos emiten sonidos graves que se escuchan a larga distancia. La necesidad de agua diaria lo convierte en un visitante frecuente de zonas agrícolas.
6. Pingüino emperador (Aptenodytes forsteri)

El pingüino emperador es el mayor de los pingüinos, con un peso de hasta 46 kilogramos y una altura de 114 centímetros. Habita en grandes colonias sobre el hielo antártico, donde la cooperación es clave para sobrevivir a las bajas temperaturas.
Su robustez se debe a una gruesa capa de grasa y plumas densas. Durante el invierno, los machos incuban los huevos y pueden perder hasta la mitad de su peso corporal.
7. Ñandú (Rhea americana)

El ñandú, también conocido como rhea, es el mayor ave de América y una de las más representativas de Sudamérica. Llega a pesar 40 kilogramos y medir cerca de 1,5 metros de altura. Vive en grupos en las praderas de Brasil, Bolivia, Uruguay, Paraguay y Argentina.
Su dieta es variada, incluyendo plantas, insectos y pequeños animales. El ñandú es un ratite, emparentado con el avestruz y el emú, y destaca por su importancia ecológica y cultural en la región.
8. Pavo doméstico (Meleagris gallopavo)

El pavo doméstico, con un peso de hasta 39 kilogramos, es la única especie de la lista que podría volar si no fuera por su volumen. A diferencia de los ratites, posee quilla, lo que le permitiría volar como sus parientes salvajes.
Sin embargo, la selección comercial ha favorecido ejemplares más pesados para el consumo humano. Los pavos silvestres son mucho más ligeros, con hembras que no superan los 5 kilogramos y machos de hasta 11 kilogramos.
9. Casuario enano (Casuarius bennetti)

El casuario enano, nativo del este de Papúa Nueva Guinea, es el más pequeño de los casuarios, con un peso de 34 kilogramos y una altura de entre 99 y 135 centímetros. A diferencia de sus parientes, habita en zonas montañosas y carece de barbas, aunque presenta una coloración azul y roja en la cabeza y el cuello, y un casco prominente.
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