Eric Schmidt, ex director ejecutivo de Google y una de las voces más influyentes en el ámbito tecnológico, lanzó una advertencia sobre la inteligencia artificial (IA) durante su participación en el All-In Podcast. Según Schmidt, la revolución de la IA está siendo “subestimada” y su impacto apenas comienza a percibirse. En un momento en que Estados Unidos se juega su liderazgo en innovación, el ex directivo instó a acelerar el desarrollo y la adopción de estas tecnologías para asegurar el futuro del país.
Para Schmidt, la llegada de una “nueva inteligencia no humana” representa un cambio de paradigma. “Creo sinceramente que la revolución de la IA está siendo subestimada”, afirmó en el All-In Podcast. El ex CEO de Google describió un futuro en el que los sistemas inteligentes no solo ejecutarán tareas complejas, sino que también podrán operar de manera autónoma y tomar decisiones propias. “Pronto tendremos computadoras que funcionarán por sí solas, decidiendo qué quieren hacer”, señaló, anticipando que estas máquinas podrían superar la capacidad de razonamiento humano en ciertos ámbitos.

Revolución de la inteligencia artificial y liderazgo estadounidense
En este contexto, el ejecutivo subrayó la urgencia de que Estados Unidos mantenga y refuerce su posición de vanguardia tecnológica. “Quiero que EEUU gane”, expresó, defendiendo la necesidad de que el país invierta en innovación, capital y talento. A su juicio, la fortaleza estadounidense radica en su sistema universitario, su mercado financiero profundo y su cultura emprendedora, elementos que considera esenciales para sostener el “sueño americano” y evitar que otras potencias tomen la delantera en la carrera tecnológica.
El ex directivo recordó que, a pesar del caos y la confusión que a veces caracterizan a la sociedad estadounidense, la creatividad y la capacidad de asignar recursos de manera eficiente han sido claves para su éxito.

Schmidt también abordó los desafíos internos que enfrenta Estados Unidos. Uno de los temas que mencionó fue el descenso de la natalidad en Occidente, fenómeno que, según él, amenaza la vitalidad económica y social del país. “Una métrica del éxito de una sociedad es su capacidad para reproducirse. Creo que esta es una preocupación legítima para Occidente”, advirtió en la entrevista. El ex CEO de Google explicó que la disminución de la población y el envejecimiento dificultan la innovación y el crecimiento, ya que las empresas se ven ante un mercado cada vez más reducido.
Ante este panorama, defendió la inmigración como una solución parcial, al considerar que aporta dinamismo y ayuda a compensar el declive demográfico.
IA, automatización y seguridad nacional
El impacto de la inteligencia artificial y la automatización no se limita al ámbito civil. Schmidt, quien ha colaborado con el Departamento de Defensa de Estados Unidos, analizó cómo la IA y los drones están transformando la naturaleza de la guerra y la seguridad nacional. Puso como ejemplo el conflicto en Ucrania, donde la innovación tecnológica ha permitido a un país sin fuerza aérea ni marina resistir a un adversario superior en número y armamento.
Según explicó en el All-In Podcast, la proliferación de drones y la aplicación de algoritmos de aprendizaje reforzado están dando lugar a una nueva doctrina militar, en la que la movilidad y la capacidad de adaptación resultan decisivas. “La guerra real es mucho peor que las peores películas que hayan visto”, advirtió, subrayando la necesidad de evitar los conflictos armados y de comprender que, en escenarios de enfrentamiento masivo con drones, no existen ganadores claros, sino destrucción mutua.

En cuanto al futuro de la inteligencia artificial, Schmidt se mostró cauto respecto a la inminencia de una inteligencia general artificial (AGI, por sus siglas en inglés). Si bien reconoció los avances en sistemas capaces de resolver problemas complejos y de aprender de manera autónoma, sostuvo que la IA aún no ha alcanzado la capacidad de definir sus propios objetivos ni de operar de manera completamente independiente. “La verdadera cuestión es cuándo cruzará el umbral para tener su propia voluntad, su propia capacidad de buscar información y resolver nuevos problemas. Eso es otra cosa”, explicó.
Para el ex Google, la IA actual funciona como una herramienta complementaria, que requiere la intervención humana para definir metas y validar resultados. “Durante los próximos años, cada uno de nosotros tendrá asistentes que, bajo nuestro comando, serán increíblemente útiles para cualquier problema que tengamos”, anticipó, descartando por ahora la posibilidad de una sustitución total del trabajo humano.
A pesar de los retos y las incertidumbres, Schmidt se mostró optimista sobre la capacidad de Estados Unidos para superar los desafíos que plantea la revolución tecnológica.
En su intervención, concluyó que mientras el país siga apostando por el talento, la inversión y la infraestructura adecuada, podrá mantener su posición de liderazgo y afrontar con éxito la nueva era digital.
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