Restricción calórica, el gen OXR1 y el secreto de la longevidad: el hallazgo que podría cambiar la prevención del deterioro cerebral

Un equipo de científicos descubrió en un estudio, publicado en Nature Communications, cómo una dieta controlada es clave para la salud neuronal

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El estudio revela que la
El estudio revela que la restricción calórica activa el gen OXR1, clave para la protección cerebral y la longevidad (Imagen ilustrativa Infobae)

Científicos del Instituto Buck para la Investigación sobre el Envejecimiento, en Los Ángeles, identificaron un mecanismo que podría prevenir el deterioro cognitivo y las enfermedades neurodegenerativas mediante la reducción controlada de la ingesta energética. El estudio, publicado en Nature Communications, revela que la restricción calórica activa el gen OXR1, crucial para la protección cerebral y la prolongación de la vida.

El trabajo fue liderado por el Dr. Kenneth Wilson, con la colaboración de los profesores Pankaj Kapahi y Lisa Ellerby. Los investigadores demostraron que la restricción calórica, además de influir en el metabolismo y la grasa corporal, activa mecanismos celulares que protegen las neuronas y ralentizan el deterioro cognitivo. “Encontramos que este es un gen importante en el cerebro”, comentó Wilson.

Restricción calórica y salud cerebral

La restricción calórica, definida como la reducción controlada de la ingesta energética sin llegar a la desnutrición, fue objeto de estudios por su capacidad para aumentar la esperanza de vida y prevenir enfermedades relacionadas con el envejecimiento. La evidencia científica sugiere que disminuir las calorías, como ocurre con el ayuno intermitente, retrasa el envejecimiento en diversas especies y ralentiza la progresión de enfermedades neurodegenerativas.

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El gen OXR1 regula la respuesta al estrés oxidativo y protege frente a enfermedades neurodegenerativas (Imagen Ilustrativa Infobae)

El envejecimiento es uno de los principales factores del deterioro cognitivo. Sin embargo, los mecanismos celulares que explican cómo la restricción calórica protege el cerebro y prolonga la vida no se comprendían completamente. El estudio del Instituto Buck aporta un avance al identificar el papel del gen OXR1 en este proceso.

El gen OXR1: experimentos y hallazgos claves

El equipo del Instituto Buck se centró en el gen OXR1, conocido por su implicación en la respuesta al estrés oxidativo y en la regulación de procesos neuronales. Los experimentos realizados en moscas de la fruta y células humanas mostraron que la activación de OXR1 es necesaria para los efectos beneficiosos de la restricción calórica sobre el envejecimiento cerebral.

OXR1 está involucrado en funciones como la regulación de la muerte neuronal y la protección frente a daños cerebrales. Los resultados mostraron que aumentar la expresión de OXR1 en las moscas prolongó su vida, sugiriendo que este gen podría desempeñar un papel similar en humanos, aunque los autores advierten que se requiere más investigación para aplicarlo directamente en personas.

El mecanismo celular: el retrómero y la protección neuronal

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El trabajo sugiere que la restricción calórica podría ser una estrategia para prevenir el Alzheimer y el Parkinson (Freepik)

Un hallazgo clave del estudio es la descripción del mecanismo celular por el cual la restricción calórica protege el cerebro. El gen OXR1 actúa sobre un complejo de proteínas conocido como retrómero, responsable de reciclar proteínas y lípidos dentro de las células. Según Wilson, “el retrómero es un mecanismo importante en las neuronas porque determina el destino de todas las proteínas que se introducen en la célula”.

La función adecuada del retrómero es esencial para la salud neuronal. Su disfunción se asoció con enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson. El estudio demostró que OXR1 preserva la función del retrómero, contribuyendo a mantener la integridad de las neuronas y retrasar el envejecimiento cerebral.

Este trabajo muestra que la vía del retrómero tiene un papel clave en la protección de las neuronas cuando los nutrientes son limitados”, señaló Kapahi. La investigación sugiere que comer menos mejora la expresión de OXR1, optimizando el reciclaje de proteínas en las células cerebrales.

La palabra de los autores de la investigación

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Los científicos buscan compuestos que aumenten los niveles de OXR1 para retrasar el envejecimiento cerebral (Imagen ilustrativa Infobae)

Los autores subrayan la importancia de estos hallazgos para desarrollar estrategias de prevención y tratamiento de enfermedades neurodegenerativas. “El gen es un factor clave de resiliencia cerebral que protege contra el envejecimiento y las enfermedades neurológicas”, afirmó Lisa Ellerby, coautora principal.

El siguiente paso será identificar compuestos específicos que aumenten los niveles de OXR1 durante el envejecimiento, con el objetivo de retrasar el deterioro cerebral. “Nuestro próximo paso es identificar compuestos que aumenten los niveles de OXR1 para retrasar el envejecimiento cerebral”, detalló Ellerby.

“La dieta está influyendo en este gen. Al comer menos, estás mejorando este mecanismo de las proteínas que se clasifican correctamente en tus células, mejorando la expresión de OXR1”, señaló Wilson. Estos resultados respaldan la importancia de seguir una dieta saludable, ya que “lo que comes va a afectar más de lo que crees”.

Hábitos, restricción calórica y nutrigerociencia de precisión

La dieta saludable y la
La dieta saludable y la moderación en la ingesta calórica se asocian con mayor esperanza de vida y salud cerebral (Imagen Ilustrativa Infobae).

El interés por la longevidad llevó a la ciencia a estudiar los hábitos alimenticios de personas centenarias. Aquellos que superan los 100 años suelen mantener su peso comiendo alimentos tradicionales en cantidades moderadas, con preferencia por vegetales y productos de temporada.

La restricción calórica, a diferencia de las dietas para adelgazar, se plantea como una estrategia de salud integral, orientada a aumentar la esperanza de vida y prevenir enfermedades asociadas al envejecimiento.

Este estudio representa un avance en la comprensión de los vínculos entre la alimentación, la genética y el envejecimiento cerebral, reforzando la idea de que las decisiones dietéticas cotidianas pueden tener un impacto profundo en la salud a largo plazo.