TDAH en mujeres y niñas: por qué los síntomas femeninos no son reconocidos en el diagnóstico

Una investigación longitudinal de Berkeley revela una crisis silenciosa en la identificación del trastorno por déficit de atención e hiperactividad

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El TDAH en mujeres y
El TDAH en mujeres y niñas sigue siendo subdiagnosticado por sesgos de género en los criterios clínicos

Durante mucho tiempo, las niñas con TDAH aprendieron a pasar desapercibidas. En un entorno que espera de ellas atención, autocontrol y buen rendimiento, en diversos casos desarrollaron estrategias para enmascarar sus dificultades, sin saber que detrás de su ansiedad, su perfeccionismo o su constante distracción había un trastorno poco reconocido en el universo femenino. Hoy, la ciencia empieza a mirar con otros ojos esas historias silenciadas, revelando un diagnóstico que históricamente ha sido moldeado por criterios masculinos.

Los datos son desalentadores: una de cada cuatro niñas con TDAH de tipo combinado en Estados Unidos intenta suicidarse antes de cumplir veinte años, según el Berkeley Girls with ADHD Longitudinal Study (BGALS). Esta cifra triplica la tasa nacional y revela una crisis silenciosa en el diagnóstico del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) en mujeres, históricamente invisibilizado por criterios clínicos centrados en síntomas masculinos.

De acuerdo con el BGALS, que siguió a 140 niñas con TDAH durante décadas, el 23% de las participantes con TDAH combinado y el 8% con presentación inatenta realizaron intentos serios de suicidio al llegar a la adultez temprana.

En comparación, solo el 6% del grupo de control sin TDAH registró intentos similares. Estos resultados reflejan cómo los enfoques médicos e investigativos priorizaron las manifestaciones conductuales visibles, comunes en varones, dejando sin diagnóstico a millones de niñas.

Cuatro sesgos que perpetúan el subdiagnóstico

La creencia de que las
La creencia de que las niñas no tienen TDAH limita el diagnóstico y la investigación en mujeres

1. Profecías autocumplidas

Durante años, la creencia generalizada de que las niñas “no tienen TDAH” limitó el acceso al diagnóstico y a la investigación, reforzando un vacío en la comprensión del trastorno en mujeres.

2. Comorbilidades como distracción diagnóstica

Los clínicos tienden a atribuir los síntomas observables a ansiedad, depresión o problemas de conducta, sin considerar que estos puedan coexistir con el TDAH. Esta práctica impide reconocer adecuadamente el trastorno.

Los síntomas de TDAH en
Los síntomas de TDAH en niñas suelen atribuirse erróneamente a ansiedad o depresión, dificultando su detección

3. Herramientas centradas en síntomas masculinos

Instrumentos como el evaluador de 10 ítems de Conners se enfocan en hiperactividad e inquietud, dejando de lado signos frecuentes en mujeres, como la inatención y disfunciones ejecutivas.

4. Muestras clínicas no representativas

Las niñas suelen presentar la forma exclusivamente inatenta, menos detectada que la presentación combinada, más común en los estudios clínicos y más evidente por su deterioro.

Autolesión y conducta suicida en mujeres con TDAH

El estudio BGALS halló tasas elevadas de autolesión no suicida (NSSI) entre las participantes: aproximadamente el 50% en la presentación combinada y el 30% en la inatenta, frente al 20% del grupo neurotípico.

Estos comportamientos, que incluyen cortarse o quemarse, están vinculados a dificultades en la regulación emocional y predicen mayor riesgo de suicidio.

La forma inatenta del TDAH,
La forma inatenta del TDAH, más común en niñas, es menos detectada que la presentación combinada (Anna Bizon)

Entre los factores de riesgo se destacan:

  • Síntomas externalizantes y respuesta inhibitoria deficiente en la infancia.
  • Ansiedad, depresión y retraimiento social como predictores de intento suicida.
  • Acoso y rechazo por pares, asociados a la severidad de autolesiones y suicidio.
  • Trauma infantil, presente en el 23% de las niñas con TDAH, duplicando la tasa del grupo control. Cuando coexistía con maltrato, el riesgo de suicidio subía al 33%.

Consecuencias académicas, reproductivas y de violencia

Las niñas con TDAH enfrentan bajo rendimiento académico, menos años de educación y más dificultades laborales. Cerca del 43% tuvo embarazos no planificados antes de los veinte años, comparado con el 10% del grupo control. Además, el 30% sufrió violencia física por parte de una pareja íntima, frente al 6% del grupo neurotípico.

Estigmas de género y estrategias compensatorias

Las niñas con TDAH enfrentan
Las niñas con TDAH enfrentan bajo rendimiento académico, embarazos no planificados y mayor violencia de pareja (Imagen Ilustrativa Infobae)

Las expectativas sociales imponen que las niñas sean autorreguladas y exitosas, lo que lleva a muchas a ocultar sus síntomas con conductas perfeccionistas. Esto provoca altos niveles de ansiedad y una mayor dificultad para acceder a un diagnóstico.

La presentación inatenta en niñas, al ser menos disruptiva, suele ser enmascarada. A su vez, la sociedad sanciona con mayor dureza las dificultades atribuidas al control personal, como la inconsistencia en el rendimiento, típica del TDAH.

Recomendaciones para mejorar el diagnóstico

Para profesionales clínicos

  • Reconocer que las herramientas actuales priorizan síntomas masculinos.
  • Incluir la evaluación de autolesiones, pensamientos suicidas y relaciones sociales.
  • Investigar el rendimiento académico y la presencia de trauma infantil.
  • Observar cómo la hiperactividad puede presentarse en mujeres como inquietud interna o hiperverbalidad.

Para investigadores

El estigma de género y
El estigma de género y las estrategias compensatorias dificultan el acceso al diagnóstico en niñas con TDAH - (Imagen Ilustrativa Infobae)
  • Examinar diferencias por sexo en bases de datos existentes.
  • Usar normas diagnósticas específicas por sexo.
  • Estudiar la razón 1:1 entre sexos en la adultez y la diferencia de diagnóstico en la niñez.
  • Analizar la respuesta diferencial a estimulantes y no estimulantes por género.

El TDAH en mujeres sigue siendo una condición subdiagnosticada y con alto impacto psicosocial. A la luz de la evidencia, es esencial que la investigación y la práctica clínica se actualicen para reconocer las formas femeninas del trastorno y así mejorar el pronóstico y la calidad de vida de millones de niñas y mujeres.