
Un equipo de investigadores de la Universidad Loyola de Chicago realizó un hallazgo sorprendente que podría cambiar la forma en que entendemos el corazón. Además de reafirmar su condición de órgano, también actúa como un sofisticado sensor, capaz de percibir sabores, específicamente el dulce. Este descubrimiento revela que en él existen receptores específicos para el sabor, los mismos que encontramos en la lengua, y que su estimulación puede influir directamente en el ritmo cardíaco.
Asimismo, los investigadores lograron observar una posible conexión entre estos receptores y enfermedades como la insuficiencia cardíaca, lo que abre nuevas líneas de investigación sobre cómo los edulcorantes artificiales, como el aspartamo, podrían afectar la salud cardiovascular.
Los detalles del descubrimiento
El hallazgo de los receptores TAS1R2 y TAS1R3 marca un giro significativo en la comprensión de la fisiología cardíaca. Estos receptores son responsables de percibir el sabor dulce. Sin embargo, su presencia en las células del músculo miocárdico demostraron que el corazón no solo tiene la capacidad de responder a estímulos del gusto, sino que, en efecto, participa activamente en un proceso sensorial mucho más complejo.
Según el equipo de investigación de la Universidad Loyola de Chicago, este descubrimiento sugiere que el corazón actúa como un “sensor” que reacciona a lo que se introduce en el cuerpo, ampliando la visión tradicional de este órgano como una simple bomba de sangre.
Dando a entender que estos receptores cumplen una función relevante en el órgano cardiovascular, lo que implica una conexión más directa entre el consumo de alimentos y el comportamiento del corazón.
Los efectos de la estimulación
Micah Yoder, uno de los investigadores involucrados en el estudio, explicó que, aunque ya se sabía que tras una comida la frecuencia cardíaca y la presión arterial aumentan, este hallazgo aporta una nueva perspectiva. Cuando los receptores de sabor dulce en el corazón, como los TAS1R2 y TAS1R3, son estimulados, se desencadenan una serie de procesos bioquímicos que afectan directamente al ritmo.
En lugar de atribuir este aumento a una respuesta neuronal indirecta, los científicos sugieren que la causa podría ser más directa: el pico de azúcar en la sangre, que estimula los receptores de sabor dulce en las células del músculo cardíaco, modificando de forma inmediata la frecuencia cardíaca. Este mecanismo muestra cómo lo que comemos no solo afecta la percepción del sabor, sino que tiene efectos inmediatos sobre la función del corazón.

Relación con la insuficiencia cardíaca
El estudio también reveló que estos receptores están presentes en mayor cantidad en los corazones de pacientes que padecen esta condición. Esta observación sugiere que podría existir una relación entre la estimulación de los receptores de sabor dulce y el desarrollo o la progresión de la insuficiencia cardíaca.
Yoder explicó que durante una disfunción, el corazón experimenta un cambio en su perfil energético, priorizando la captación y utilización de glucosa para suplir la disminución de la eficiencia del músculo coronario. En este contexto, es posible que necesite adaptarse a este cambio, aumentando su capacidad para detectar nutrientes como la glucosa, lo que explicaría la mayor abundancia de estos receptores en los corazones con insuficiencia cardíaca.
El consumo de edulcorantes y su impacto
Este tipo de aditivos, como el aspartamo, se relaciona directamente con problemas del corazón, específicamente con la arritmogénesis (desarrollo de ritmos cardíacos irregulares). Los receptores TAS1R2 y TAS1R3, al ser estimulados por estos compuestos, no solo activan mecanismos en el corazón relacionados con la contracción muscular, sino que también podrían desencadenar una cascada de eventos moleculares que favorecen la aparición de arritmias.
La sobre estimulación de estos receptores en las células no es un proceso neutral. Cuando los edulcorantes artificiales, presentes en productos como bebidas endulzadas, los estimulan, pueden alterar el equilibrio de las funciones cardíacas. Este tipo de episodios podría contribuir al comportamiento arrítmico de las células del corazón.
Aunque los edulcorantes artificiales son una opción popular para reducir el consumo de azúcar, su impacto en la salud cardiovascular, especialmente a largo plazo, aún requiere más investigaciones para comprender completamente sus efectos.
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