Este es el tipo de magnesio ideal para el cerebro porque mejora la memoria y el aprendizaje

Los ejercicios de las funciones cerebrales, entre ellas la memoria, el lenguaje, el pensamiento, el razonamiento, el conocimiento, el aprendizaje e inteligencia son una especie de “gimnasia cerebral”, de acuerdo a especialistas del Instituto Nacional de Ciencias Neurológicas (INCN) del Ministerio de Salud (Minsa) porque permiten potenciar la memoria y ejercitar las habilidades cognitivas y sociales.

La memoria y el aprendizaje son procesos fundamentales para el desarrollo humano desde la infancia hasta la adultez mayor. Durante la niñez, son esenciales para adquirir conocimientos, desarrollar habilidades y adaptarse al entorno. En la adultez y especialmente en la vejez, mantener una buena memoria y la capacidad de aprender cosas nuevas es clave para preservar la salud cerebral, la autonomía y la calidad de vida.

Estos procesos no solo están vinculados con la educación o el trabajo, sino también con el bienestar emocional y la prevención de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o la demencia. En este contexto, la nutrición y la suplementación adecuada pueden marcar una gran diferencia. Uno de los elementos más prometedores en este sentido es el magnesio, un mineral esencial para el funcionamiento del sistema nervioso. Y entre sus distintas formas, el treonato de magnesio se ha destacado como una de las más eficaces para el cerebro.

El treonato de magnesio es una forma innovadora de magnesio que ha ganado notoriedad por su capacidad única de cruzar la barrera hematoencefálica, es decir, el filtro natural que protege al cerebro de muchas sustancias que circulan por la sangre. Esta característica le permite ingresar directamente al sistema nervioso central y actuar de forma eficaz donde más se necesita.

El treonato puede aumentar la concentración de magnesio en el cerebro, lo que tiene efectos positivos en la plasticidad sináptica, que es la capacidad del cerebro para crear y fortalecer conexiones entre neuronas. Esto se traduce en una mejor memoria, mayor capacidad de aprendizaje y mayor agilidad mental. Además, se ha observado que puede mejorar la función cognitiva en adultos mayores y reducir los signos del deterioro cerebral relacionado con la edad.

Este suplemento también puede tener efectos beneficiosos sobre el estado de ánimo, al regular los neurotransmisores asociados con el estrés, la ansiedad y la depresión. De esta manera, no solo apoya la memoria y el aprendizaje, sino que también contribuye al equilibrio emocional y a un descanso más reparador, ambos fundamentales para la salud del cerebro.

Aunque el treonato de magnesio es el más recomendado para mejorar funciones cognitivas, hay otras formas de magnesio que también ofrecen beneficios para el cerebro:

• Glicinato de magnesio: conocido por su efecto calmante, ayuda a reducir el estrés y mejora la calidad del sueño, lo cual es crucial para la consolidación de la memoria.
• Citrato de magnesio: mejora la absorción general de magnesio en el cuerpo, apoyando funciones neuromusculares y mentales.
• Malato de magnesio: tiene propiedades energizantes y puede ayudar en casos de fatiga mental o física, lo que indirectamente favorece el rendimiento cognitivo.

La memoria y el aprendizaje son más que habilidades prácticas: son indicadores clave de la salud del cerebro. La pérdida progresiva de estas funciones puede ser una señal temprana de deterioro cognitivo o enfermedades neurodegenerativas. Por eso, es fundamental protegerlas desde edades tempranas y durante toda la vida.

Mantener el cerebro activo, practicar hábitos saludables, dormir bien y cuidar la alimentación son acciones que fortalecen la salud cognitiva. Por ello, el uso de suplementos como el treonato de magnesio puede ser un aliado estratégico para potenciar la memoria, mejorar el aprendizaje y prevenir el envejecimiento cerebral prematuro.

Además de mejorar la memoria y el aprendizaje, el treonato de magnesio también promueve una mayor agilidad mental, que es la capacidad de pensar con rapidez, claridad y eficacia. Permite procesar información, tomar decisiones, resolver problemas y adaptarse a nuevas situaciones con facilidad. Esta habilidad está relacionada con la memoria, la concentración, la creatividad y el razonamiento lógico.

Una mente ágil facilita el aprendizaje, mejora el rendimiento en diversas actividades y favorece una mejor respuesta ante los desafíos cotidianos. Se puede entrenar mediante ejercicios mentales, lectura, juegos de lógica y hábitos saludables. Desarrollar la agilidad mental no solo optimiza el pensamiento, sino que también fortalece la confianza en uno mismo y la capacidad para innovar.

La pérdida de la memoria puede ser causada por diversos factores, entre ellos el envejecimiento natural, que afecta a muchas personas con el paso de los años. Con la edad, el cerebro experimenta cambios en sus funciones, lo que puede dificultar la retención y recuperación de recuerdos.

Otra causa común son las enfermedades neurológicas, como el Alzheimer y otras formas de demencia, que dañan las células cerebrales y afectan la memoria. Además, el estrés crónico y los golpes en la cabeza también pueden contribuir a la pérdida de memoria, ya que alteran el funcionamiento cerebral.

En el caso del Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que afecta progresivamente la memoria y otras funciones cognitivas. Al principio, suele manifestarse con olvidos leves, como perder objetos o no recordar nombres. A medida que avanza, daña las neuronas y conexiones cerebrales, especialmente en el hipocampo, área clave para formar nuevos recuerdos. Esto provoca dificultades para recordar hechos recientes, conversaciones o rutinas cotidianas.

Con el tiempo, también se pierden recuerdos antiguos y se afecta la capacidad de reconocer personas o lugares familiares. Esta pérdida de memoria interfiere profundamente con la vida diaria, reduciendo la autonomía y afectando tanto al paciente como a su entorno.

Una enfermedad neurológica es un trastorno que afecta el sistema nervioso, que incluye el cerebro, la médula espinal y los nervios. Estas condiciones pueden alterar el pensamiento, el movimiento, los sentidos o incluso funciones básicas como respirar o tragar.

Algunos ejemplos de enfermedades neurológicas son el Parkinson, el Alzheimer, la epilepsia, la esclerosis múltiple y los accidentes cerebrovasculares. Cada una se manifiesta de forma diferente, pero todas pueden impactar seriamente la calidad de vida de quien las padece.

Existen varios tipos de demencia, cada uno con características y causas distintas. La más común es la enfermedad de Alzheimer, que afecta la memoria y el pensamiento. La demencia vascular ocurre por problemas en el flujo sanguíneo al cerebro. La demencia con cuerpos de Lewy se asocia a alucinaciones y trastornos del movimiento. La demencia frontotemporal afecta el comportamiento, el lenguaje y la personalidad. También existen formas mixtas, que combinan dos o más tipos. Otras menos frecuentes incluyen la demencia asociada al Parkinson y la enfermedad de Huntington. Cada tipo requiere un enfoque específico para su diagnóstico y tratamiento adecuado.