Hígado graso: las personas con esta enfermedad no deberían beber este tipo de agua mineral

Especialistas advierten sobre el riesgo de consumir líquidos con azúcares añadidos o alto sodio, ya que pueden acelerar el deterioro hepático

Guardar
El exceso de sodio en
El exceso de sodio en algunas aguas minerales puede complicar el tratamiento del hígado graso, en especial si hay hipertensión. -(Imagen Ilustrativa Infobae)

El hígado graso es una de las enfermedades hepáticas más comunes en la actualidad, caracterizada por la acumulación de grasa en las células del hígado. Aunque muchas veces es silenciosa y no presenta síntomas evidentes, puede evolucionar hacia problemas más graves como inflamación, fibrosis o incluso cirrosis si no se controla a tiempo.

Por ello, las recomendaciones médicas y nutricionales suelen enfocarse en cambios de estilo de vida, especialmente en la alimentación y el tipo de bebidas que se consumen.

Esta es una enfermedad silenciosa
Esta es una enfermedad silenciosa que puede evolucionar hacia problemas más graves como inflamación, fibrosis o incluso cirrosis si no se controla a tiempo. -(Imagen Ilustrativa Infobae)

En este contexto, el agua mineral suele considerarse una opción saludable frente a refrescos o jugos industrializados. Sin embargo, no todas las aguas minerales son iguales. Algunas presentaciones comerciales incluyen saborizantes, azúcares añadidos o un alto contenido de sodio, lo que puede resultar perjudicial para quienes padecen hígado graso.

El agua mineral con saborizantes y azúcares añadidos y sus afectaciones en el hígado graso

El principal riesgo para las personas con hígado graso no está en el agua mineral natural, sino en las versiones saborizadas o endulzadas. Estas bebidas, que se muestran más atractivas, suelen contener jarabes, azúcares simples o edulcorantes artificiales que elevan la glucosa en la sangre y favorecen la acumulación de triglicéridos en el hígado.

El principal riesgo para las
El principal riesgo para las personas con hígado graso no está en el agua mineral natural, sino en las versiones saborizadas o endulzadas. (Foto: Infobae México/ Jovani Pérez)

Según Camila Cofré Castro, nutricionista y académica de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Playa Ancha, consumir regularmente este tipo de agua mineral puede tener un efecto similar al de las bebidas azucaradas tradicionales, contribuyendo al avance de la enfermedad.

El agua mineral con alto contenido de sodio también afecta al hígado graso

Otro aspecto a considerar es el contenido de sodio. Algunas marcas de agua mineral contienen niveles elevados de este mineral, lo que puede ser problemático para personas con hígado graso que también presentan hipertensión o síndrome metabólico.

El exceso de sodio favorece la retención de líquidos y aumenta la presión arterial, condiciones que suelen acompañar desde el inicio a esta enfermedad.

El exceso de sodio favorece
El exceso de sodio favorece la retención de líquidos y aumenta la presión arterial, además aumenta el riesgo de daño hepático a largo plazo. Foto: Christoph Schmidt/dpa

Aunque el sodio no causa hígado graso directamente, sí puede complicar el cuadro clínico y aumentar el riesgo de daño hepático a largo plazo. Por eso, se recomienda revisar las etiquetas y elegir aguas minerales con bajo contenido sódico.

Alternativas saludables para el tratamiento del hígado graso

Aunque muchas personas creen que deben eliminar por completo las bebidas distintas al agua natural, la realidad es que existen opciones seguras que pueden formar parte de una dieta equilibrada. Lo importante es evitar el exceso de azúcares y sodio, y elegir líquidos que aporten hidratación y, en algunos casos, beneficios adicionales para la salud hepática.

  • Agua natural: La opción más segura y recomendable para mantener una buena hidratación sin riesgos para el hígado.
  • Agua mineral natural sin aditivos: Puede consumirse siempre que tenga bajo contenido de sodio y no incluya saborizantes ni azúcares añadidos.
  • Infusiones sin azúcar: Té verde, de manzanilla, menta o jamaica natural, que aportan antioxidantes y beneficios digestivos.
  • Agua de limón sin azúcar añadida: Refrescante, rica en vitamina C y antioxidantes; ayuda a la digestión y apoya la función hepática.
  • Agua infusionada con frutas naturales: Rodajas de limón, pepino, fresas o hierbas como hierbabuena para dar sabor sin necesidad de endulzar.
  • Café negro sin azúcar ni crema: En cantidades moderadas puede tener efectos protectores sobre la salud hepática.
El agua natural es la
El agua natural es la opción ideal para tratar la enfermedad, pero se puede optar por alternativas más llamativas que preserven su cuidado. (Imagen Ilustrativa Infobae)

En definitiva, el hígado graso es una condición que requiere atención especial en los hábitos de vida y, sobre todo, en el tipo de bebidas que se consumen. Optar por alternativas seguras es una decisión sencilla pero extremadamente beneficiosa para proteger la salud hepática.