Cuál es la ventaja de cambiar el aceite tradicional por el aceite de oliva para cocinar

Conoce los beneficios de este alimento

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(Imagen Ilustrativa Infobae)
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La presencia de una variedad de aceites vegetales en las cocinas ha llevado a muchas personas a reevaluar sus elecciones para preparar alimentos. El debate sobre las propiedades del aceite tradicional frente al aceite de oliva ha cobrado vigencia a medida que surgen nuevas investigaciones sobre los impactos de cada uno en la salud. La opción de emplear aceite de oliva en la elaboración de platos cotidianos responde a criterios tanto nutricionales como de sabor y versatilidad gastronómica.

En el momento de decidir qué aceite utilizar, intervienen factores como la composición química, la estabilidad térmica y los beneficios documentados para el organismo. Cada uno de estos aspectos pone en valor la elección del aceite de oliva sobre otras alternativas frecuentes en la cocina tradicional.

Propiedades nutricionales

El aceite de oliva virgen
El aceite de oliva virgen extra se considera de la más alta calidad. (Imagen ilustrativa Infobae)

El aceite de oliva destaca por un perfil lipídico compuesto principalmente por ácidos grasos monoinsaturados, en especial el ácido oleico, que representa hasta un 75 % de su composición. Estos componentes contribuyen a mantener niveles adecuados de colesterol en sangre y favorecen la salud cardiovascular. En contraposición, el aceite tradicional como el de maíz o girasol suele contener mayores porcentajes de ácidos grasos poliinsaturados, cuyo consumo excesivo puede alterar el equilibrio lipídico corporal. Además, el aceite de oliva virgen extra preserva antioxidantes naturales como polifenoles y vitamina E, factores que inciden en la protección de las células frente al daño oxidativo.

La calidad nutricional del aceite de oliva es reconocida por entidades como la Organización Mundial de la Salud (OMS), que indica que el consumo de grasas saludables contribuye a la prevención de enfermedades cardiovasculares. El valor energético es similar entre los diferentes tipos de aceites, aunque la diferencia radica en el tipo de ácidos grasos predominantes y sus efectos sobre la salud metabólica.

Estabilidad y uso en la cocina

(Imagen Ilustrativa Infobae)
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Otra ventaja relevante del aceite de oliva reside en su estabilidad ante las temperaturas que alcanza durante la cocción. El punto de humo del aceite de oliva virgen extra puede oscilar entre 190°C y 210°C, lo que le permite conservar mejor sus propiedades y evitar la formación de compuestos dañinos. Contrariamente, algunos aceites vegetales refinados tienen un punto de humo más bajo, lo que facilita la descomposición de los ácidos grasos y la aparición de sustancias tóxicas.

Especialistas en nutrición recomiendan emplear aceite de oliva para freír, saltear o aderezar, ya que su resistencia al calor permite preparar platos de manera más segura. Además, el aroma y el sabor del aceite de oliva pueden enriquecer la experiencia gastronómica al aportar matices distintos a cada preparación.

Impacto en la salud a largo plazo

Diversos estudios señalan que la inclusión habitual de aceite de oliva en la alimentación se asocia con una menor incidencia de enfermedades crónicas, como patologías cardíacas y trastornos neurodegenerativos. Se atribuye a los antioxidantes y a la estabilidad del ácido oleico el efecto protector observado entre las poblaciones que siguen la dieta mediterránea. Además, la elección de aceite de oliva puede facilitar el control del peso corporal, gracias a que favorece la saciedad en comparación con otras grasas.