Cuándo no es recomendable comer lentejas

Algunas condiciones digestivas y renales exigen especial cuidado al sumar esta legumbre al menú

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Algunas condiciones digestivas y renales
Algunas condiciones digestivas y renales exigen especial cuidado al sumar esta legumbra al menú. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Las lentejas, reconocidas por su aporte de proteínas vegetales, hierro y fibra, forman parte de la alimentación diaria en muchos países. Sin embargo, existen circunstancias en las que no es recomendable comer lentejas debido a posibles complicaciones de salud o dificultades en su aprovechamiento nutricional.

Diversos especialistas han señalado que personas con trastornos digestivos como el síndrome de intestino irritable, colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn o gastritis deben moderar o evitar el consumo de lentejas. Estos alimentos contienen sustancias como los oligosacáridos, que pueden generar gases, distensión abdominal y molestias en personas con sistemas digestivos sensibles. Además, su alto contenido de fibra insoluble puede resultar difícil de tolerar en episodios activos de estas enfermedades.

Por otra parte, en individuos con problemas renales avanzados, el consumo de lentejas requiere precaución. El contenido elevado de potasio y fósforo puede resultar riesgoso en aquellas personas cuya capacidad de filtrar o eliminar estos minerales se encuentra afectada. Los médicos suelen recomendar limitar estos alimentos en casos de insuficiencia renal crónica para evitar complicaciones derivadas de la acumulación de minerales en sangre.

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Especialistas recomiendan precaución con las lentejas en casos específicos de alergias, enfermedades intestinales y desórdenes nutricionales, dado que podrían desencadenar molestias y problemas serios. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Ciertas poblaciones también deben considerar la interferencia de las lentejas con la absorción de algunos nutrientes. Las legumbres contienen fitatos, compuestos que disminuyen la biodisponibilidad de minerales como el hierro, calcio y zinc. Para personas con antecedentes de anemia ferropénica o desnutrición, una ingesta excesiva de lentejas sin una adecuada combinación con fuentes de vitamina C o proteínas animales podría dificultar la corrección del déficit nutricional.

La introducción de lentejas en la dieta de niños pequeños y bebés debe hacerse bajo supervisión médica. Su textura y tamaño pueden aumentar el riesgo de atragantamiento si no se preparan adecuadamente. En la alimentación complementaria, las lentejas deben ofrecerse bien cocidas y desmenuzadas. Los pediatras advierten que, en menores de un año, el tracto gastrointestinal todavía está en desarrollo, por lo cual algunos especialistas recomiendan retrasar su consumo.

Tampoco resultan aconsejables para personas que presentan alergia a las leguminosas. Aunque la alergia a lentejas es menos frecuente que la alergia al maní o la soja, se han documentado casos de reacciones alérgicas graves, sobre todo en niños. Los síntomas incluyen desde urticaria y edema hasta dificultad severa para respirar.

Situaciones como la toma de ciertos medicamentos ameritan consultar antes de consumir lentejas de forma habitual. Fármacos utilizados en el tratamiento anticoagulante pueden interactuar con la vitamina K presente en algunas leguminosas, alterando su eficacia. Aunque las lentejas no están entre los alimentos con mayor contenido de vitamina K, los médicos suelen recomendar un control estricto de la dieta en estos contextos.

Plato de lentejas cocidas, una
Plato de lentejas cocidas, una opción nutritiva y saludable para una alimentación balanceada. - (Imagen Ilustrativa Infobae)

En personas sanas, las lentejas suelen ser seguras y beneficiosas. Sin embargo, la cocción adecuada resulta fundamental para eliminar sustancias potencialmente tóxicas, como los lectinas, que se inactivan tras el hervor. Consumir lentejas crudas o mal cocidas puede producir síntomas digestivos agudos.

El consumo de lentejas en exceso también puede generar molestias gastrointestinales incluso en personas sanas. Profesionales en nutrición recomiendan integrarlas como parte de una dieta equilibrada y variada, poniendo atención a las necesidades y tolerancia individual.