Día de Mundial de la Hipertensión: riesgos y dificultades de esta enfermedad en México

La Organización Mundial de la Salud impulsa programas para reducir la prevalencia global de la hipertensión

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Tres de cada cinco mexicanos
Tres de cada cinco mexicanos con hipertensión desconocen su estado, según datos recientes, lo que pone en riesgo su salud y subraya la necesidad de prevención y control efectivo Foto: (iStock)

Cada 17 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Hipertensión, una fecha que busca generar conciencia sobre los riesgos y las dificultades asociadas a esta enfermedad, así como promover su prevención, diagnóstico y control.

Según datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2022, en México, tres de cada cinco personas adultas desconocen que padecen hipertensión arterial, lo que representa un desafío significativo para el sistema de salud, ya que la falta de control puede derivar en discapacidad, mala calidad de vida y mortalidad prematura.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la hipertensión arterial es una enfermedad crónica caracterizada por la elevación persistente de la presión con la que la sangre circula por las arterias.

Esta condición, conocida como el “asesino silencioso”, muchas veces no presenta síntomas hasta que provoca daños graves en órganos vitales como el corazón, el cerebro, los riñones y los ojos. Entre las complicaciones más comunes se encuentran los accidentes cerebrovasculares, los infartos de miocardio, la insuficiencia renal y la pérdida de visión.

La OMS y los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) lanzaron en 2016 la iniciativa Global Hearts, un esfuerzo internacional para reducir la prevalencia de la hipertensión en un 25% para este 2025.

La hipertensión podría tener implicaciones
La hipertensión podría tener implicaciones en otras enfermedades cardiovasculares. Foto: (Archivo)

Este programa incluye cinco paquetes técnicos diseñados para mejorar la salud cardiovascular: HEARTS (manejo del riesgo cardiovascular), MPOWER (reducción del tabaquismo), ACTIVE (promoción de la actividad física), SHAKE (reducción del consumo de sal) y REPLACE (eliminación de grasas trans).

Los parámetros generales para diagnosticar hipertensión, según la American Heart Association (AHA) y la OMS, establecen que una presión arterial normal debe ser inferior a 120/80 mmHg. Valores entre 120-129 mmHg para la presión sistólica y menos de 80 mmHg para la presión diastólica se consideran elevados, mientras que cifras iguales o superiores a 140/90 mmHg corresponden a hipertensión en etapa 2.

En casos extremos, una crisis hipertensiva se diagnostica con valores iguales o superiores a 180/120 mmHg.

La hipertensión no controlada puede causar daños severos en diversos órganos. En el cerebro, puede provocar accidentes cerebrovasculares y demencia vascular; en el corazón, insuficiencia cardíaca, infartos y crecimiento del ventrículo izquierdo; en los vasos sanguíneos, aneurismas y aterosclerosis acelerada; en los riñones, insuficiencia renal crónica; y en los ojos, retinopatía hipertensiva que puede llevar a la pérdida de visión.

Uno de los principales desafíos asociados a esta enfermedad es su carácter asintomático, lo que dificulta su detección temprana. Según los expertos, hasta el 50% de las personas con hipertensión desconocen que la padecen.

Además, la adherencia al tratamiento es otro problema significativo, ya que muchas personas abandonan la medicación al no percibir síntomas inmediatos. Factores como el acceso limitado a servicios médicos, medicamentos y alimentos saludables también complican el manejo de la enfermedad, especialmente en comunidades con recursos limitados.

El estilo de vida desempeña un papel crucial en el desarrollo de la hipertensión. Hábitos como el consumo excesivo de sodio, grasas saturadas y azúcares, el sedentarismo, el tabaquismo, el consumo de alcohol y el estrés crónico son factores de riesgo importantes. Además, ciertos medicamentos y drogas, como los esteroides y la cocaína, pueden elevar la presión arterial.

El monitoreo constante de la
El monitoreo constante de la presión arterial es fundamental para personas con condiciones prexistentes. Foto: (Archivo)

Para prevenir y controlar la hipertensión, la OMS recomienda reducir el consumo de sal a menos de cinco gramos diarios, adoptar una dieta rica en frutas, verduras, legumbres y granos integrales, realizar al menos 30 minutos de actividad física cinco veces por semana, mantener un peso corporal saludable, evitar el tabaco y el consumo excesivo de alcohol, y controlar el estrés. También es fundamental monitorear la presión arterial de manera regular para detectar posibles alteraciones.

En México, según un comunicado de Secretaría de Salud en 2024, la hipertensión afecta a aproximadamente 40 millones de personas, y su incidencia está aumentando en edades cada vez más tempranas, alrededor de los 30 años, debido a factores como el sedentarismo y el consumo de alimentos procesados con alto contenido de sodio.

Según especialistas, la acumulación de colesterol en los vasos sanguíneos, favorecida por la hipertensión, causa daños graves en las arterias, lo que incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Ante el envejecimiento de la población, se estima que en tres décadas la mayoría de los habitantes de México tendrán 60 años o más, lo que subraya la urgencia de fomentar hábitos saludables desde la infancia.