Estas son las tres frutas que ayuda a destapar arterias y bajar el colesterol en poco tiempo

Una dieta rica en frutas con propiedades específicas puede contribuir a reducir los niveles de colesterol LDL o mejor conocido como ‘colesterol malo’

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El açaí, la fruta de
El açaí, la fruta de moda que es antioxidante y puede ayudar a controlar los niveles de colesterol (Adobe Stock)

La alimentación juega un papel determinante en la salud cardiovascular. Una dieta rica en frutas con propiedades específicas puede contribuir a reducir los niveles de colesterol LDL (“colesterol malo”) y mantener limpias las arterias, evitando problemas como la aterosclerosis.

Entre las opciones más recomendadas se encuentran las frutas cítricas, las fresas y los arándanos, gracias a su alto contenido de fibra soluble, antioxidantes y otros nutrientes clave.

Frutas cítricas: ricas en pectina y antioxidantes

Las frutas cítricas, como naranjas, toronjas, limones y mandarinas, se destacan por su contenido de pectina, una fibra soluble que ayuda a reducir el colesterol LDL al impedir su absorción en el intestino. Además, contienen flavonoides, antioxidantes naturales que favorecen la salud de los vasos sanguíneos al disminuir la inflamación y el estrés oxidativo, factores que pueden contribuir a la obstrucción arterial.

El consumo habitual de frutas cítricas también promueve la producción de óxido nítrico, una sustancia que ayuda a relajar y dilatar las arterias, mejorando la circulación sanguínea.

Frutas cítricas: ricas en pectina
Frutas cítricas: ricas en pectina y antioxidantes EFE/ Isaac Esquivel

Recomendación: Incluye en tu dieta un vaso de jugo de naranja natural (sin azúcar añadido) o una toronja fresca por la mañana. También puedes añadir limón o lima a tus comidas o bebidas para potenciar sus beneficios.

Fresas: aliadas en la salud cardiovascular

Las fresas, además de ser deliciosas, son ricas en fibra soluble y antioxidantes como los polifenoles, compuestos que protegen el corazón al reducir los niveles de colesterol LDL y prevenir daños en las paredes de las arterias. Asimismo, se ha comprobado que estas frutas rojas disminuyen los triglicéridos en sangre, lo que es fundamental para mantener un sistema cardiovascular en óptimas condiciones.

Otro beneficio importante de las fresas es su capacidad para combatir la inflamación gracias a su contenido de vitamina C y compuestos bioactivos, ayudando a prevenir la acumulación de placa en las arterias.

Fresas: aliadas en la salud
Fresas: aliadas en la salud cardiovascular (Composición Infobae: Andina / Webconsultas)

Recomendación: Consume una taza de fresas frescas en el desayuno, como snack o inclúyelas en ensaladas y licuados. Es importante priorizar las fresas naturales, evitando versiones procesadas o confitadas.

Arándanos: pequeños pero potentes

Los arándanos son considerados una fruta altamente cardioprotectora debido a su concentración de antioxidantes, especialmente antocianinas, que ayudan a reducir los niveles de colesterol LDL y a mejorar la funcionalidad de las arterias. También pueden potenciar la elasticidad de los vasos sanguíneos, lo que favorece un correcto flujo sanguíneo y reduce el riesgo de enfermedades como hipertensión o aterosclerosis.

Además, los arándanos contienen fibra soluble y elementos como el ácido gálico que contribuyen a la eliminación de toxinas, previniendo depósitos de grasa en las arterias. Su bajo índice glucémico los convierte en una opción ideal para quienes necesitan controlar su azúcar en sangre.

Recomendación: Agrega una porción de arándanos frescos (150 gramos) a yogures, avena o cómelos como refrigerio. Si optas por la versión deshidratada, confirma que no contengan azúcares añadidos.

Los arándanos y demás frutos
Los arándanos y demás frutos del género Vaccinium son el principal producto exportado de Perú a Estados Unidos. Foto: Campo Grande

Un recordatorio importante

Aunque incluir frutas como cítricos, fresas y arándanos en la dieta puede promover la salud cardiovascular, su consumo no representa una solución milagrosa ni un sustituto de un tratamiento médico. Es esencial supervisar los cambios en la alimentación con un profesional de la salud, como un nutriólogo o dietista.

Además, recuerda que una dieta balanceada y la práctica de ejercicio regular son fundamentales para mantener los niveles de colesterol controlados y garantizar un sistema circulatorio saludable. Un enfoque integral es la clave para proteger el corazón y el bienestar general.