Las “cápsulas de silencio” ganan terreno en aeropuertos y estaciones

La instalación de espacios insonorizados en terminales de trasnprote responde a la creciente demanda de soluciones para el estrés y la fatiga, y ofrecien refugio a viajeros y profesionales en entornos saturados de ruido y estímulos constantes

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Un viajero descansa dentro de
Un viajero descansa dentro de una cápsula insonorizada equipada con escritorio y conexiones, diseñada para reducir el estrés en entornos saturados de ruido.

El auge de las cápsulas de silencio en terminales de transporte responde a una transformación en la manera en que los viajeros y profesionales buscan gestionar el estrés y la fatiga en entornos saturados de estímulos. La proliferación de estos espacios insonorizados en aeropuertos y estaciones refleja una tendencia global hacia la personalización del bienestar en medio del bullicio urbano. Según un informe de Global Market Insights, el mercado de cápsulas y cabinas de descanso en aeropuertos superó los 80 millones de dólares en 2024 y continúa en expansión.

El incremento sostenido del tráfico aéreo y ferroviario en las grandes ciudades ha impulsado la demanda de soluciones que permitan a los usuarios encontrar refugio frente al ruido y la sobrecarga sensorial. En este contexto, la instalación de cápsulas de silencio se ha convertido en una alternativa viable. Experiencias pioneras como las GoSleep pods del aeropuerto de Helsinki o los prototipos probados en el San Diego Airport Innovation Lab han demostrado que existe una creciente disposición a pagar por este tipo de servicios.

Una cápsula insonorizada tipo “booth”
Una cápsula insonorizada tipo “booth” para trabajo o descanso ofrece aislamiento del ruido en espacios públicos.

El diseño de estas cápsulas prioriza el aislamiento casi total del entorno exterior. Para lograrlo, incorporan materiales fonoabsorbentes evaluados bajo estándares como la ISO 23351-1:2020, que mide la reducción del nivel de voz dentro de cabinas, y en algunos casos se apoyan en criterios de privacidad definidos por la ASTM E2638. También integran sistemas de ventilación independientes y, en ocasiones, iluminación regulable y opciones de aromaterapia. Las versiones más avanzadas permiten gestionar la música ambiental mediante pantallas táctiles, acceder a internet de alta velocidad y cargar dispositivos electrónicos.

La funcionalidad de las cápsulas de silencio no se limita al descanso. Se han consolidado como espacios de trabajo improvisados para profesionales que requieren privacidad y silencio para realizar videollamadas o responder correos electrónicos. Este uso se ha extendido en terminales internacionales, siguiendo la lógica de los “privacy pods” corporativos que ya se emplean en oficinas y conferencias, como documenta la firma YOURspace Inc.

Filas de “sleep pods” en
Filas de “sleep pods” en aeropuerto, pensadas para que los viajeros puedan relajarse o dormir un rato antes de su próximo trayecto.

El acceso a estos espacios suele estar regulado mediante sistemas de reserva y pago por uso, lo que ha generado un debate sobre su carácter inclusivo. En muchos casos, las tarifas resultan elevadas para ciertos segmentos de viajeros, reforzando la percepción de que se trata de un servicio orientado a quienes pueden asumir un gasto adicional durante su trayecto. Esta dimensión económica plantea interrogantes sobre la equidad en el acceso al bienestar en espacios públicos. El caso de la sala sensorial del aeropuerto de Seattle-Tacoma, reportado por la Airports Council International (ACI), muestra cómo algunas terminales buscan equilibrar innovación y accesibilidad con servicios gratuitos dirigidos a pasajeros con discapacidades ocultas.

Desde la perspectiva de la salud mental, la existencia de cápsulas de silencio responde a la necesidad de gestionar el impacto del ruido y la sobreestimulación en la vida cotidiana. Una revisión científica publicada en Environmental Health (2018) halló una relación entre la exposición al ruido de aeronaves y el deterioro de la salud mental. De manera similar, un metaanálisis en PMC (2022) documentó efectos que incluyen trastornos del sueño, dificultades de concentración y alteraciones del estado de ánimo. Estos hallazgos respaldan la utilidad de contar con refugios temporales en medio del caos urbano.

Cabina cerrada con iluminación suave,
Cabina cerrada con iluminación suave, ideal para aislarse del bullicio del transporte público o de terminales muy concurridos.

No obstante, la implementación de estas cápsulas ha suscitado críticas en torno a la fragmentación del espacio público y la privatización de servicios que, en principio, deberían estar al alcance de todos. Como señalan especialistas en accesibilidad aérea en un estudio publicado por Elsevier (2024), existe el riesgo de que los beneficios se concentren en quienes pueden pagar, profundizando desigualdades en el acceso a condiciones óptimas de descanso y bienestar.

En cuanto al diseño, las empresas responsables han optado por soluciones modulares y adaptables, que permiten su instalación en áreas de tránsito sin interferir con la circulación de los pasajeros. Casos como el de la sala sensorial inaugurada en San Francisco International Airport en 2024 (SFGate) confirman la aceptación de este tipo de espacios por parte de operadores de aeropuertos que buscan elevar el estándar de confort. La integración de tecnologías de control ambiental y conectividad ha posicionado a las cápsulas como un referente de innovación en el sector del transporte.

Un módulo de oficina o
Un módulo de oficina o cápsula multifunción en aeropuerto, con posibilidades de uso para llamadas, concentración o descanso.

La experiencia de los usuarios que han probado estas instalaciones suele ser positiva, destacando la sensación de aislamiento y la mejora en la calidad del descanso. Muchos viajeros valoran la oportunidad de desconectarse del entorno y recuperar energías antes de continuar su trayecto, lo que ha impulsado la demanda y la expansión de este tipo de servicios en terminales de todo el mundo.

El crecimiento de la movilidad urbana y global plantea nuevos desafíos y oportunidades para el diseño de espacios públicos orientados al bienestar. La tensión entre exclusividad y necesidad colectiva seguirá marcando el debate sobre el papel de la tecnología en la gestión del estrés y la salud mental en entornos urbanos.