Demasiado tiempo frente a las pantallas está vinculado con la agresión, la ansiedad y la baja autoestima en los niños

Un estudio internacional de gran escala confirmó lo que muchos padres y especialistas en salud infantil temían: el aumento del tiempo frente a las pantallas está estrechamente relacionado con un deterioro en el bienestar emocional y social de los niños.

El informe, publicado en la revista Psychological Bulletin, analizó datos de cerca de 300.000 niños de todo el mundo y encontró que pasar muchas horas al día frente a televisores, tabletas, computadoras o consolas de videojuegos eleva el riesgo de desarrollar problemas emocionales como ansiedad, conductas agresivas y baja autoestima.

Los investigadores descubrieron que esta relación es bidireccional: no solo el uso prolongado de dispositivos puede desencadenar trastornos emocionales, sino que los niños que ya enfrentaban dificultades sociales o psicológicas tendían a buscar más tiempo frente a las pantallas.

Según explicó el psicólogo Michael Noetel, coautor del estudio y profesor en la Universidad de Queensland, Australia, esto podría crear un ciclo difícil de romper. “Muchos niños con problemas emocionales recurren a los videojuegos o a otras formas de entretenimiento digital como vía de escape, lo que a su vez agrava esos mismos problemas”, señaló Noetel a ABC News.

Aunque los investigadores no se centraron exclusivamente en los videojuegos violentos, sí detectaron que el tiempo frente a consolas está más fuertemente vinculado con alteraciones emocionales que otras actividades digitales, como ver televisión o usar aplicaciones educativas.

El contenido específico de los juegos no fue el principal factor de análisis, pero se observó que jugar videojuegos en general, independientemente de su temática, representaba una amenaza mayor para el desarrollo emocional.

“Muchos padres ya limitan los juegos violentos en niños pequeños, pero incluso los juegos no violentos pueden influir negativamente si se consumen en exceso”, aclaró Noetel.

El informe se basa en el análisis de 117 estudios longitudinales realizados entre 1972 y 2024, centrados en niños menores de 10 años. Este enfoque permitió a los investigadores evaluar no solo asociaciones puntuales, sino también causas y consecuencias a lo largo del tiempo.

La Academia Estadounidense de Pediatría (AAP) recomienda limitar el uso recreativo de pantallas a una hora diaria entre semana y tres horas los fines de semana para niños de entre 2 y 5 años. Sin embargo, los datos muestran que más del 40% de los menores de entre 8 y 12 años pasan más de cuatro horas al día frente a dispositivos electrónicos. Este exceso duplica el riesgo de presentar trastornos de salud mental, alertó la doctora Tara Narula, corresponsal médica de ABC News.

A pesar de los hallazgos, los autores del estudio no recomiendan eliminar completamente el uso de tecnología. De hecho, aseguran que un uso moderado y supervisado, especialmente con fines educativos, no conlleva los mismos riesgos.

El problema aparece cuando las pantallas se convierten en la principal forma de manejar emociones, reemplazando la interacción con otras personas, el juego físico o el descanso adecuado.

“Es esencial que el uso de pantallas no interfiera con aspectos básicos como una buena noche de sueño o la actividad física diaria”, se lee en el estudio. También se sugiere que los padres establezcan límites claros de manera no autoritaria, favoreciendo el diálogo y el acompañamiento.

El estudio llega en un momento en que los trastornos mentales infantiles están en aumento en numerosos países. Según cifras citadas por ABC News, la mitad de los diagnósticos de enfermedades mentales en Estados Unidos surgen antes de los 14 años.

El crecimiento en el uso de dispositivos digitales coincide con este aumento, lo que ha motivado investigaciones como esta para entender los posibles vínculos.