La empatía aleja la tristeza: un estudio demuestra que las personas que ayudan a los demás son más felices

Una investigación de la Universidad de Mannheim, en Alemania, ha encontrado una relación entre la amabilidad y la satisfacción vital

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Una mujer ayudando a una
Una mujer ayudando a una persona mayor a subir las escaleras. (AdobeStock)

Ser amable con los demás tiene recompensa en uno mismo. Un estudio realizado por de la Universidad de Mannheim, en Alemania, ha demostrado que las personas empáticas son más felices y experimentan un mayor bienestar personal. El objetivo de la investigación era analizar la relación entre la compasión hacia otras personas y la satisfacción vital, un vínculo apenas estudiado por la ciencia.

Los resultados han sido publicados en la revista Scientific Reports y surgen tras un metaanálisis en el que se han examinado datos procedentes de más de 40 estudios individuales. Así, las conclusiones han puesto de manifiesto que quienes muestran empatía, ofrecen apoyo o desean ayudar a otras personas tienden a declarar una mayor satisfacción con su vida, experimentan más alegría y perciben un sentido más profundo en su existencia.

En términos generales, el bienestar psicológico de las personas empáticas y compasivas es superior. No obstante, la relación entre la compasión y la reducción de emociones negativas, como el estrés o la tristeza, resulta menos intensa, aunque también se han detectado tendencias positivas en este sentido.

La compasión, desde una perspectiva científica, se define como la capacidad de identificar el sufrimiento ajeno, responder emocionalmente ante él y sentir la motivación de aliviarlo. Esto puede traducirse, por ejemplo, en prestar ayuda práctica a alguien que atraviesa una situación difícil o en facilitar pequeños alivios en la vida cotidiana.

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La empatía supera la frontera de la edad, el género y la cultura

Un aspecto especialmente relevante del estudio es que la asociación entre compasión y bienestar personal se ha observado con independencia de la edad, el género o la religión de las personas analizadas. Este hallazgo sugiere que se trata de un vínculo fundamental que se manifiesta de manera similar en distintos grupos de población. Sin embargo, el equipo de la Universidad de Mannheim ha advertido que aún son necesarias investigaciones longitudinales bien controladas para comprender con precisión los mecanismos que explican este efecto.

La primera autora del estudio, Majlinda Zhuniq, ha destacado en declaraciones recogidas por Medical Xpress: “Dado que el bienestar personal contribuye a la longevidad, la salud y el funcionamiento social, fomentar la compasión hacia los demás parece una vía prometedora para las intervenciones en psicología y salud pública”. Zhuniq ha añadido que, si se logra promover la compasión de forma específica a través de la educación, proyectos sociales u otros programas, esto podría no solo incrementar la calidad de vida individual, sino también mejorar las relaciones sociales.

Entre las posibles estrategias para fomentar la compasión, los autores han señalado la utilidad de programas escolares, ofertas de formación para adultos o cursos digitales que ayuden a incorporar la compasión en la vida diaria.

En una parte más reducida de los estudios analizados, el equipo ha investigado el impacto de intervenciones específicas de entrenamiento en amabilidad, como ciertas formas de meditación, sobre el bienestar. Los resultados de estos trabajos también han mostrado mejoras, lo que indica que la compasión puede promover activamente el bienestar personal y no es únicamente una consecuencia de este.