Un estudio revela que la pérdida de memoria no es el primer síntoma de demencia: “las conductas neurológicas y depresivas son una manifestación temprana”

El hallazgo permitiría a los médicos diagnosticar Alzheimer en fases más tempranas, cuando los síntomas todavía no son tan evidentes

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Sin embargo, la detección temprana
Sin embargo, la detección temprana puede ser fundamental. (Freepik)

Según un estudio publicado en 2024, la primera señal de alerta de la demencia podría no ser la pérdida de memoria. Identificar y abordar los factores que pueden conducir a esta enfermedad, estrechamente relacionada con el envejecimiento, es fundamental para retrasar su aparición e incluso prevenirla.

La demencia afecta a la memoria, el pensamiento y la capacidad de realizar actividades cotidianas. A través de una revisión exhaustiva de la literatura médica existente desde 1937 hasta 2016, los autores de la investigación Depresión en la enfermedad de Alzheimer: epidemiología, mecanismos y tratamiento han descubierto que, en realidad, los signos iniciales más frecuentes que indican que una persona la sufre serían la depresión y un deterioro cognitivo.

La conclusión principal del estudio indica que la depresión podría manifestarse mucho antes de que se realice el diagnóstico del Alzheimer, que es la forma más común de demencia. Esto sugiere que los cambios emocionales y el estado de ánimo podrían ser señales tempranas de alerta, incluso antes de que aparezcan los problemas de memoria o de otras funciones cognitivas.

El estudio en datos

Los datos de este estudio indican que de los pacientes con Alzheimer de inicio tardío, casi todos sufrieron depresión (98,5%) y problemas de memoria o pensamiento (99,1%) como primeros síntomas. En cuanto a las personas en las que la pérdida de memoria empezó antes de lo habitual, un 9% sufrió depresión y un 80% mostró problemas cognitivos al inicio.

De hecho, según ejemplifica la investigación, en algunos casos, los problemas de memoria pudieron detectarse hasta 12 años antes del diagnóstico del Alzheimer. Esta conclusión ha llevado a los investigadores a concluir que “las conductas neurológicas y depresivas son una manifestación temprana”.

De momento, no existe tratamiento curativo ni para el Alzheimer ni para la demencia. Sin embargo, la detección temprana puede ser fundamental. De este modo, el hallazgo permitiría a los médicos diagnosticar Alzheimer en fases más tempranas, cuando los síntomas todavía no son tan evidentes. Los pacientes y familiares podrían anticiparse al diagnóstico y recibir el apoyo emocional necesario para prepararse.

Reconocer estos síntomas de manera temprana podría ser clave para intervenir a tiempo, implementar estrategias preventivas y brindar apoyo adecuado, tanto a los pacientes como a sus familias, retrasando el avance de la enfermedad y mejorando la calidad de vida.

¿Cómo reconocer los síntomas de la depresión?

Identificar la depresión es el primer paso necesario para determinar cómo enfrentarse a ella. Mayo Clinic la define como “un trastorno emocional que causa un sentimiento de tristeza constante y una pérdida de interés en realizar diferentes actividades”.

La neuróloga Miriam Emil Ortíz ha redactado un curso con una serie de pautas para retrasar la enfermedad del Alzheimer

Es importante saber que la depresión no es una debilidad y que uno no puede recuperarse de la noche a la mañana de manera sencilla. De hecho, puede requerir tratamiento a largo plazo. Sin embargo, la mayoría de las personas con depresión se sienten mejor con medicamentos, con psicoterapia o con ambos. Las personas suelen tener varios episodios de depresión y, durante ellos, y los síntomas pueden producirse durante gran parte del día, casi todos los días y pueden consistir en:

  • Sentimientos de tristeza, ganas de llorar, vacío o desesperanza
  • Arrebatos de enojo, irritabilidad o frustración, incluso por asuntos de poca importancia
  • Pérdida de interés o placer por la mayoría de las actividades habituales o todas, como las relaciones sexuales, los pasatiempos o los deportes
  • Alteraciones del sueño
  • Cansancio y falta de energía
  • Falta de apetito y adelgazamiento, o más antojos de comida y aumento de peso
  • Ansiedad, agitación o inquietud
  • Lentitud para razonar, hablar y hacer movimientos corporales
  • Sentimientos de inutilidad o culpa, fijación en fracasos del pasado o autorreproches
  • Dificultad para pensar, concentrarse, tomar decisiones y recordar cosas
  • Pensamientos frecuentes o recurrentes sobre la muerte, pensamientos suicidas, intentos suicidas o suicidio
  • Problemas físicos inexplicables, como dolor de espalda o de cabeza

Para muchas personas con depresión, los síntomas suelen ser lo suficientemente graves para causar problemas en las actividades cotidianas, como el trabajo, la escuela, las actividades sociales o las relaciones con otras personas. Algunas personas pueden sentirse infelices o tristes sin saber realmente por qué.