El restaurante especializado en lechazo asado y “vinos baratos y deliciosos” que ha conquistado a ‘The Guardian’ en Aranda de Duero

Aranda, la capital de la Ribera del Duero, ofrece por supuesto exquisitos vinos, pero también platos deliciosos con los que acompañarlos, como el lechazo al horno o la morcilla

Guardar
Horno de lechazo en El
Horno de lechazo en El Lagar de Isilla, en Aranda del Duero (Asociación de Hostelería de Aranda y la Ribera)

Castilla y León es tierra de vinos y de una exquisita gastronomía. En su interior, la Ribera del Duero se erige como uno de los destinos por excelencia para quien busque probar los tintos más prestigiosos de todo el territorio nacional, una zona que incluye más de 300 bodegas diferentes que se situa en la confluencia de las provincias de Soria, Burgos, Segovia y Valladolid.​

Hasta esta región ha viajado Ailsa Sheldon, redactora del diario británico The Guardian, para conocer a fondo cada bodega, cada viñedo y restaurante de en esta región castellanoleonesa se esconden. Durante su visita, la periodista visitó los valles repletos de viñedos, y tuvo la oportunidad de descubrir grandes y pequeñas bodegas de la zona y, por supuesto, de probar sus excelentes vinos. La ruta acabó, como no podía ser de otra manera, en la capital de la Ribera, Aranda de Duero.

Esta localidad, conocida por sus bodegas subterráneas y su bella arquitectura, es también uno de los rincones en los que mejor se come de todo Castilla y León, algo que Sheldon pudo descubrir gracias a su visita a El Lagar de Isilla, uno de los restaurantes más icónicos de la zona ubicado en pleno centro de esta urbe burgalesa.

Interior del restaurante El Lagar
Interior del restaurante El Lagar de Isilla, en Aranda del Duero (Web del restaurante)

Además de quedar prendada por su decoración típica castellana, con paredes repletas de antigüedades, vigas de lagar y mesas hechas con trillos, la británica quedó encantada con su variada oferta gastronómica. “Nos deleitamos con bacalao a la bechamel, gildas con aceitunas gordas y anchoas, y pulpo cocinado con patatas y pimentón dulce”, explicaba la periodista en su reportaje. Por supuesto, todo ello fue acompañado de caldos de D.O.P. Ribera del Duero. “El vino es barato y delicioso, directamente de los viñedos del restaurante, y el ambiente es animado”, completaba su descripción.

Lechazo asado y una bodega subterránea

La fiesta en este clásico arandino comienza en la barra, donde se pueden degustar, por copas o botellas, muchos de los vinos de la Ribera del Duero. En este amplio mostrador, la costumbre del tapeo cobra su máxima expresión, con tapas y raciones que acompañan de maravilla a estos caldos de sello Ribera del Duero. Tostas, patatas bravas, pinchos de morcilla de Aranda, empanadillas, tablas de quesos, raciones de ibéricos, huevos rotos con picadillo de lechazo... Son solo algunas de las delicias que podemos disfrutar sentados en sus butacas.

En el salón, todo el protagonismo se lo lleva el horno de leña, el elemento más representativo del restaurante y epicentro alrededor del cual se colocan todas las mesas para comidas y cenas. En él se asa la especialidad de la casa, el lechazo o cordero lechal. El horno empieza a calentarse desde primera hora de la mañana, para alcanzar la temperatura perfecta y conseguir que el cordero lechal asado quede en su punto exacto.

A este plato principal se suman otro tipo de delicias en una variada carta que incluye entrantes, carnes y pescados, además de recetas tradicionales de la zona y algunas elaboraciones con toques de la cocina moderna. Destacan especialidades como la sopa castellana, brochetas de riñones de lechazo a la parrilla, cecina de León, lomo de Guijuelo y especialidades de la cocina micológica, como el arroz cremoso de boletus, queso, piñones y helado de boletus. Se recomienda dejar un hueco para saborear alguno de sus postres caseros, como la tarta de queso al horno o su postre del abuelo.

Bodega subterránea bajo el restaurante
Bodega subterránea bajo el restaurante El Lagar de Isilla, en Aranda de Duero (Web del restaurante)

Todos estos manjares pueden maridarse con alguna de las 450 referencias de vino que se conservan en la bodega, la mayoría de Ribera del Duero. Esta se encuentra bajo el propio local del restaurante, una bodega subterránea con galerías excavadas en tierra durante los siglos XIII-XIV, vinculada a la Denominación de Origen y que también puede visitarse.