Harina de castaña: cuáles son sus propiedades nutricionales y tres recetas para usarla en panes, bizcochos y crepes

La harina de castañas nos aporta fibra, vitaminas del grupo B, potasio y magnesio; además, es baja en grasas, no contiene gluten y posee un contenido significativo de hidratos de carbono complejos, ideales para obtener energía

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Harina de castaña (Adobe Stock)
Harina de castaña (Adobe Stock)

Si eres de esos que esperan con ansia las fechas otoñales para poder disfrutar de las castañas, te alegrará saber que existen formas de disfrutar de este fruto seco en otros formatos y diferentes momentos del año. Una de las opciones menos conocidas, aunque más interesantes, es la harina de castañas, un producto saludable y sin gluten que sirve como alternativa las harinas tradicionales.

Se trata de un producto que se obtiene a partir de las propias castañas secas, y que tiene propiedades y usos similares a ellas. El proceso tradicional consiste en pelar las castañas, secarlas completamente y luego molerlas hasta lograr un polvo fino. En algunas regiones, el secado se realiza en hornos de leña o al sol, lo que aporta unos matices especiales al sabor final de la harina.

Una de las dudas más comunes respecto a este ingrediente es su composición nutricional. A pesar de ser un fruto seco, la composición de las castañas se asemeja más a la de los cereales. Las castañas son fuente de fibra y ricas en hidratos de carbono complejos, los cuales ocupan casi la mitad de su composición y suponen la fuente más importante de energía en nuestra dieta. Además, su cantidad de grasa también es bastante similar a la de los cereales y, por lo tanto, notablemente inferior a la que contienen el resto de los frutos secos.

Asimismo, la harina de castañas es una buena fuente de fibra dietética, lo que favorece el tránsito intestinal y la salud digestiva. Respecto a las proteínas, aporta cerca de 6 gramos por cada 100 gramos, una cantidad relevante para una harina de origen vegetal.

Los consejos de los expertos para escoger bien las castañas este otoño: “Hay cosas que podemos detectar solo por la vista”.

Entre los micronutrientes, destaca la presencia de potasio y magnesio, minerales esenciales para la función muscular y el equilibrio de líquidos en el organismo. Aporta vitaminas del grupo B, importantes para el metabolismo energético y el sistema nervioso. Al no contener gluten, es apta para personas con enfermedad celíaca o sensibilidad al gluten. Además, su perfil antioxidante ayuda a contrarrestar el daño celular ocasionado por los radicales libres, y su bajo índice glucémico la convierte en una opción adecuada para dietas de control glucémico.

En la cocina, la harina de castaña tiene infinidad de aplicaciones; especialmente en repostería y panadería, donde sirve como una alternativa a la harina de trigo habitual para personas celíacas. Además, siguiendo en el mundo dulce, esta harina aporta su toque de sabor a elaboraciones como galletas, magdalenas, tartas, flanes o crepes.

En cuanto a las recetas saladas, esta harina puede servir como elemento para fritos y rebozados, también como espesante o como sustituto de la harina o la miga de pan en recetas como las albóndigas. Con ella se pueden elaborar cremas y purés de castaña, sin necesidad de tener siquiera estos frutos frescos o congelados, ni tener que hervir, cocer, pelar y triturar.

Receta de pan con harina de castaña

Pan de castaña (Adobe Stock)
Pan de castaña (Adobe Stock)

Este pan se elabora mezclando harina de castaña con harina de trigo para conseguir una miga esponjosa y un sabor delicado. El resultado es un pan de corteza crujiente y suave aroma tostado, ideal para acompañar una tabla de quesos o un desayuno nutritivo. Incluyendo los levados, esta receta requiere de entre 2,5 y 3,5 horas

Ingredientes

  • 250 g de harina de castaña
  • 250 g de harina de trigo (puede ser integral)
  • 10 g de sal
  • 7 g de levadura seca de panadería (o 20 g de levadura fresca)
  • 350 ml de agua tibia
  • 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • Opcional: nueces, pasas, romero o semillas al gusto

Cómo hacer pan con harina de castaña, paso a paso

  1. Prepara la levadura: disuelve la levadura en parte del agua tibia y espera a que haga burbujas (10 minutos).
  2. Mezcla los ingredientes secos: combina la harina de castaña, la harina de trigo y la sal en un bol amplio.
  3. Añade los líquidos: abre un hueco en el centro de la mezcla y añade la levadura disuelta, el agua restante y el aceite.
  4. Amasa: integra los ingredientes y amasa unos 10 minutos, hasta conseguir una masa elástica y suave. Si la masa está muy pegajosa, añade un poco más de harina de trigo.
  5. Primer levado: coloca la masa en un cuenco ligeramente aceitado, cúbrelo y deja reposar en un sitio cálido de una a dos horas, hasta que doble el volumen.
  6. Forma el pan: desgasifica la masa presionando suavemente. Si deseas añadir nueces, semillas o pasas, hazlo en este punto. Dale forma de hogaza o colócala en un molde.
  7. Segundo levado: cubre de nuevo y deja levar durante 30-45 minutos adicionales.
  8. Horneado: precalienta el horno a 200 ℃. Haz cortes en la superficie del pan y hornea 35-40 minutos, hasta que la base del pan suene hueca al golpearla. Un buen corte superficial ayuda a que el pan suba bien.
  9. Enfría sobre una rejilla antes de cortarlo. Es crucial dejarlo enfriar para que la miga asiente.

Receta de bizcocho con harina de castaña

Bizcocho de castañas (Adobe Stock)
Bizcocho de castañas (Adobe Stock)

El bizcocho de harina de castaña se elabora con ingredientes sencillos, obteniendo como resultado una miga tierna y un sabor ligeramente dulce. Aporta energía y es apto para celíacos, siempre que se utilicen ingredientes certificados sin gluten. El toque opcional de cítricos y frutos secos le otorga mayor personalidad. Este bizcocho tiene un tiempo de preparación de entre 50 y 60 minutos.

Ingredientes

  • 200 g de harina de castaña
  • 100 g de azúcar
  • 3 huevos
  • 100 ml de leche (puede ser vegetal)
  • 80 ml de aceite de oliva suave o mantequilla derretida
  • 1 sobre de levadura química (10-12 g)
  • 1 pizca de sal
  • Ralladura de 1 limón o naranja (opcional)
  • Frutos secos al gusto (opcional)
  • Pasas o trocitos de chocolate (opcional)

Cómo hacer bizcocho con harina de castaña, paso a paso

  1. Precalienta el horno a 180 ℃ (calor arriba y abajo).
  2. Bate los huevos con el azúcar hasta obtener una mezcla blanquecina y espumosa.
  3. Añade el aceite (o mantequilla) y la leche, integrando bien.
  4. Tamiza la harina de castaña con la levadura y la sal.
  5. Incorpora los ingredientes secos, mezclando con suavidad para evitar grumos. Mezclar los ingredientes con movimientos envolventes facilita una textura esponjosa.
  6. Agrega la ralladura de cítricos y, si lo deseas, frutos secos, pasas o chocolate.
  7. Utiliza un molde engrasado y ligeramente enharinado (ideal con harina de castaña) para evitar que el bizcocho se pegue.
  8. Vierte la masa y hornea 30-40 minutos, hasta que al pinchar con un palillo este salga seco.
  9. Espera a que el bizcocho enfríe antes de desmoldar para que no se rompa la miga.

Receta de crêpes de harina de castaña

Crepes con harina de castaña
Crepes con harina de castaña (Adobe Stock)

La masa se prepara de forma sencilla: se mezclan los ingredientes líquidos con la harina de castaña hasta obtener una mezcla suave y sin grumos. El resultado son crêpes finos y flexibles, perfectos para enrollar o doblar, con un inconfundible sabor a fruto seco.

Ingredientes

  • 125 g de harina de castaña
  • 2 huevos
  • 250 ml de leche (puede ser vegetal)
  • 1 cucharada de azúcar (opcional, para crêpes dulces)
  • 1 pizca de sal
  • 15 g de mantequilla derretida (más extra para la sartén)

Cómo hacer crêpes de harina de castaña, paso a paso

  1. En un bol, coloca la harina de castaña y la pizca de sal.
  2. Añade los huevos y mezcla suavemente.
  3. Incorpora poco a poco la leche, batiendo con varillas hasta obtener una masa fina, sin grumos. Agregar la leche lentamente para evitar grumos.
  4. Si deseas una versión dulce, incorpora el azúcar.
  5. Añade la mantequilla derretida y mezcla.
  6. Cubre la masa y deja reposar en la nevera durante 30 minutos para mejorar la textura.
  7. Calienta una sartén antiadherente y úntala con un poco de mantequilla.
  8. Vierte un cucharón de masa, moviendo la sartén para que la mezcla cubra completamente la superficie. Mantener la sartén bien caliente y aceitar entre cada crêpe garantiza un dorado perfecto.
  9. Cocina durante un minuto por cada lado, dándole la vuelta con ayuda de una espátula.
  10. Coloca las crêpes listas sobre un plato tibio y cúbrelas con un paño para que se mantengan flexibles.