El centenario bar de la calle Laurel premiado por la Academia Riojana: famoso por sus matrimonios y ‘bocatitas’

La Academia Riojana de Gastronomía también ha premiado al Consejo Regulador de la Denominación de Origen Rioja y la empresa de embutidos Martínez Somalo

Guardar
Copa de Rioja en la
Copa de Rioja en la calle Laurel (Adobe Stock)

Pensar en La Rioja es imaginar copas de buen tinto y barras repletas de gente disfrutando de un buen tapeo. Y la calle Laurel es la representación terrenal de todo ello. En apenas 300 metros de longitud, esta bulliciosa arteria acoge más de 80 establecimientos a los que locales y visitantes peregrinan en busca de una comida rica, variada, económica y muy disfutona.

Ahora, la Academia Riojana de la Gastronomía ha querido hacer homenaje a esta tradición a través de uno de sus mejores representantes, el bar de tapas Blanco y Negro. Este mítico local, en la misma entrada de la travesía, lleva décadas sirviendo sus especialidades a los vecinos, generación tras generación, una consistencia que les ha ganado ahora uno de los premios de honor en la cuarta edición de los galardones celebrados por la Academia Riojana de la Gastronomía.

Además de este mítico bar de tapas, también el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Calificada (DOCa) Rioja y la empresa de embutidos Martínez Somalo, situada en Baños de Río Tobía, han sido premiados en esta edición de los premios, un galardón que reconoce el papel de todos ellos como motor cultural, social y económico de la comunidad.

Exterior y pizarra del bar
Exterior y pizarra del bar Blanco y Negro (Instagram / @barblancoynegro)

Durante la entrega de premios, celebrada el pasado miércoles 15 de octubre, el copropietario del bar Blanco y Negro, Andrés Fernández, ha dado su punto de vista sobre el éxito de su negocio, uno que lleva años funcionando sin descanso en una de las zonas de tapeo más famosas del país. “Representamos lo que a mucha gente le gusta ver cuando va a la calle Laurel de Logroño”, aseguraba el empresario, y esta, asegura, es la clave para “seguir sobreviviendo y pensar que todavía hay un futuro por delante”.

Más de un siglo de ‘matrimonios’

Fundado a finales del siglo XIX, a raíz de que el ayuntamiento de la época decidiera abrir la calle Travesía Laurel a Bretón de los Herreros para dar así una nueva vida al Casco Antiguo, este bar cuenta con una dilatada tradición familiar, que se mantiene hasta los actuales propietarios que lo regentan. Su larga historia lo convierte en el bar más antiguo de toda la zona, convertido en un referente de la calle Laurel gracias a sus especialidades, tapas por las que cientos de logroñeses y visitantes peregrinan hasta su barra día tras día.

Su oferta gastronómica podría clasificarse como breve y sencilla, en el mejor de los ambos sentidos. Los ‘bocatitos’, pequeños bocados a base de dos trozos de pan tostado rellenos de sabor, son la estrella de la casa. Entre estos panes se colocan desde jamón al horno con salsa al ajillo hasta carpaccio de bacalao con pimiento verde, además del ‘especial’, una combinación de bacalao con anchoas, boquerón y pimientos verdes.

Pero en esta breve lista de ‘bocatitos’ hay uno en concreto que hace a sus parroquianos volver una y otra vez hasta el número primero de esta concurrida travesía. Se trata del ‘matrimonio’, una combinación de anchoa y boquerón sobre pan crujiente, coronado con pimiento verde.

Bocatito de matrimonio, del bar
Bocatito de matrimonio, del bar Blanco y Negro (Facebook)

A esta lista de opciones se suman las bruschettas, tostas de un solo pan coronadas con diferentes ingredientes. La indiscutible favorita es la bruschetta de queso de cabra con frambuesa, una combinación de sabores que rozan la modernidad sin escaparse del clásico concepto de bocado que tanto triunfa en los bares de tapeo.