Valter Longo, experto en envejecimiento, revela la “dieta de la longevidad”: “Tenían una edad biológica dos años y medio menor que su edad real”

El bioquímico se muestra crítico con el uso de fármacos inyectables para adelgazar, como los agonistas del receptor GLP-1, y sostiene que deberían emplearse solo cuando otras alternativas han fracasado

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Walter Longo.
Walter Longo.

La posibilidad de reducir la edad biológica mediante intervenciones dietéticas ha cobrado relevancia en el ámbito científico. El bioquímico Valter Longo sostiene que la denominada dieta Mima-Digiuno puede lograr que una persona rejuvenezca hasta dos años su edad biológica, según ha explicado en una entrevista con Corriere della Sera. Longo, director del Longevity Institute de la University of Southern California, advierte sobre los riesgos de los medicamentos inyectables para adelgazar y defiende la eficacia de su método, que ha sido objeto de estudios recientes.

El propio Longo atribuye la longevidad de su familia a la adopción de hábitos saludables. Sus padres, originarios de Molochio, en la provincia de Reggio Calabria, han alcanzado edades avanzadas: su padre, policía, vivió hasta los 95 años, y su madre, costurera, tiene actualmente 90 años. Longo relató al medio italiano que su interés por la longevidad surgió tras mudarse a Chicago para estudiar música, donde observó que varios de sus primos padecían obesidad y diabetes avanzada debido a una dieta rica en azúcares y carne. Él mismo desarrolló hipercolesterolemia, lo que lo llevó a colaborar en 1992 con Roy Walford, reconocido experto mundial en longevidad, y posteriormente a doctorarse en bioquímica en la UCLA y especializarse en neurología del envejecimiento.

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La dieta Mima-Digiuno, según la descripción de Longo, consiste en un régimen de cinco días que puede repetirse cada tres a seis meses. El menú principal incluye sopas de champiñones, tomate o minestrone de quinoa para el almuerzo y la cena, acompañadas de tentempiés como galletas de kale, barritas de chocolate, aceitunas saladas o al ajo, y bebidas de naranja. Entre los efectos secundarios, Longo menciona dolores de cabeza y fatiga alrededor del cuarto día. El objetivo principal de este protocolo no es la pérdida de peso, sino la reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares y oncológicas.

Longo citó un estudio realizado junto a la Universidad La Sapienza en pacientes con enfermedades renales crónicas, donde tras la aplicación de la dieta mima-digiuno se observó una disminución de la proteinuria y una mejora general en órganos como el hígado, los músculos, el páncreas y el sistema nervioso. Según sus palabras, “después de tres ciclos, las personas presentaban una edad biológica dos años y medio inferior a la real”, un dato que resalta la potencialidad rejuvenecedora del método.

Longo, crítico con los fármacos inyectables para adelgazar

En contraste, Longo se muestra crítico con el uso de fármacos inyectables para adelgazar, como los agonistas del receptor GLP-1, y sostiene que deberían emplearse solo cuando otras alternativas han fracasado, debido a los efectos adversos comprobados. En su libro Il peso della longevità, Longo compara el uso de estos medicamentos con la intervención en el metabolismo de los osos grizzly durante la hibernación, señalando que muchos médicos prescriben tratamientos farmacológicos antes de recomendar cambios en el estilo de vida. Advierte que estos fármacos provocan una pérdida significativa de masa muscular, cercana al 40%, y que al suspender el tratamiento, el peso recuperado suele ser mayor y en forma de grasa, debido a la pérdida de masa magra.

Walter Longo.
Walter Longo.

Longo también alerta sobre otros riesgos asociados a estos medicamentos, como el aumento de la incidencia de isquemia óptica, que puede derivar en ceguera, así como problemas gastrointestinales, pancreatitis y casos de depresión. Cita un estudio realizado entre 2015 y 2023 en el que se analizaron trastornos psiquiátricos en aproximadamente 162.000 pacientes tratados con fármacos GLP-1. Según Longo, el desarrollo de un medicamento requiere años de pruebas, mientras que las empresas farmacéuticas priorizan los beneficios a corto plazo. Explica que estos fármacos, eficaces contra la diabetes, también se emplean para tratar la obesidad porque el aumento de insulina reduce el apetito.

El ejercicio físico es fundamental

No obstante, Longo afirma que los mismos resultados pueden obtenerse con la dieta de la longevidad. Según un estudio de la Universidad de Tor Vergata, tres ciclos de dieta mima-digiuno en seis meses permiten perder la misma cantidad de peso que los fármacos mencionados. Longo asegura que él mismo sigue las recomendaciones que promueve: desayuna una frisella integral procedente de Altamura, untada con una crema de chocolate casera a base de almendras y cacao; omite el almuerzo; merienda té y galletas; y cena habitualmente pescado con 70 gramos de pasta y legumbres.

El ejercicio físico es, para Longo, un pilar fundamental. “Una hora diaria de bicicleta y caminata. Y no uso ascensores”, declaró a Corriere della Sera. En cuanto al consumo de alcohol, recomienda tres copas de vino a la semana, salvo antecedentes familiares de cáncer de mama, y considera innecesario eliminar aquello que aporta felicidad. Defiende que dos cafés al día son beneficiosos y desmiente la creencia de que las proteínas favorecen la pérdida de peso, citando estudios de Harvard que demuestran que el consumo de proteínas animales incrementa el peso y el riesgo de diabetes. Sobre la hidratación, sostiene que un litro y medio de agua al día es suficiente.

Longo concluye advirtiendo sobre el riesgo de una sociedad dependiente de soluciones farmacológicas para evitar el esfuerzo físico y los hábitos saludables, lo que, en su opinión, podría suponer el final de la especie humana.