Cómo gestionar los pensamientos negativos, según Mario Alonso Puig: la clave está en el silencio

El doctor señala al nervioso sistema simpático como principal responsable de este pesimismo

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Mario Alonso Puig, en una
Mario Alonso Puig, en una conferencia. (Jaime Olivos)

La vida moderna se materializa en un ritmo frenético, altos niveles de ansiedad, insomnio o un tic nervioso en el ojo. Bajo este clima, distintos especialistas ofrecen sus servicios para ayudar a la gestión emocional y el estrés.

Mario Alonso Puig (@marioalonsopuig) fue médico especialista en cirugía general y del aparato digestivo durante 25 años. Pero progresivamente, fue dejando la medicina para dedicarse “a la investigación y docencia en el campo del desarrollo personal y profesional”, afirma en su página web. Actualmente da ciclos de conferencias, cursos y coaching ejecutivo. En sus charlas y entrevistas, ofrece claves y consejos sobre cómo gestionar los pensamientos negativos y formas de transformar la vida.

Persona en la cama sujetándose
Persona en la cama sujetándose la cara. (Imagen Ilustrativa infobae)

El sistema nervioso simpático es la parte del sistema nervioso autónomo que prepara al cuerpo para la acción en momentos estresantes, subiendo la tasa metabólica e involucrando a gran parte de los recursos corporales para hacerle frente a la situación. “Cuando una persona está constantemente con ansiedad, con preocupación, con sensación de impotencia, esta desesperanza activa una parte de su sistema, que se llama sistema nervioso simpático”, explica el doctor. “El sistema nervioso simpático sirve para estar atentos para cruzar una calle, si vemos que una persona tiene intención de robarnos, para estar espabilados a la hora de tomar una decisión”, ejemplifica. “Pero cuando tenemos constantemente activado el sistema nervioso simpático, produce un enorme desgaste corporal”.

La constante activación del sistema nervioso simpático se traduce en un ruido mental constante que libera la hormona del cortisol. No hay que demonizarla, ya que cumple funciones esenciales como la regulación del metabolismo de carbohidratos o el control de los niveles de azúcar en sangre. Sin embargo, el estrés crónico es una de las principales causas de los niveles elevados de cortisol, que “produce un enorme daño, no solo en el cuerpo, sino también a nivel cerebral”.

“Cuando uno está constantemente rumiando, dándole vueltas a lo mismo, y eso a lo que le da vueltas es constantemente negativo, está generando una liberación de cortisol que es bastante negativa para la salud”, añade el experto.

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Controlar la rumiación

En este tipo de situaciones de estrés crónico, es recomendable acudir a un profesional que ofrezca herramientas acordes al estilo de vida para regular los niveles de estrés. Mario Alonso Puig, en sus conferencias, propone cuatro pilares para afrontarlo de forma efectiva:

La primera es cuestionar los pensamientos, pues la mayoría de las preocupaciones no tienen una base real. No se trata de ignorar los problemas, sino de evitar magnificarlos de manera innecesaria.

“El segundo lugar es cultivar el silencio”. Cultivar momentos de quietud ayuda a calmar el sistema nervioso. Una práctica recomendada es el silent walking, caminar sin distracciones tecnológicas para reconectar con uno mismo y liberar tensión a través del movimiento.

En tercer lugar, conversar y ser escuchado. Compartir emociones sin esperar soluciones permite liberar la carga mental. Sentirse escuchado ya tiene un efecto reparador.

Y, por último, la risa. “El humor produce una forma de endorfinas que está asociación con la reducción de los niveles de estrés”. “Cuando uno libera oxitocina, se corta el eje del estrés y está curado por la propia mente que no deja de dar vueltas”.

En definitiva, la risa, junto con el silencio y la conversación, actúan como un antídoto natural contra la rumiación mental.