Si haces estas cosas, arruinarás la vida de tus hijos, según una psicóloga

Evita estos comportamientos por el bienestar de tus hijos

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Un padre con su hijo.
Un padre con su hijo. (Freepik)

La educación de los niños es una de las cosas más importantes. Recibir una buena formación desde temprana edad es fundamental para el desarrollo de su carácter y pensamiento crítico.

Si eres padre o madre y tus hijos están en la etapa de la niñez o la adolescencia, hay ciertas frases y comportamientos que debes evitar por completo. Una psicóloga, conocida en redes sociales como @aiorapsicologa, ha explicado en un vídeo las conductas que debes evitar.

¿Qué es lo que no debes decir a tus hijos?

Entre los hábitos más perjudiciales, la psicóloga menciona la comparación constante con otras personas, como hermanos, primos o compañeros. Este tipo de juicios incide directamente sobre el sentido de valía personal e incrementa su inseguridad. “Tú sacas mejores notas que ella”, ejemplifica la especialista.

Estos comentarios instalan una dinámica de competencia y menosprecio, que genera una gran distancia afectiva y dificulta la creación de buenas conductas dentro de la familia. Otra conducta frecuente consiste en minimizar o invalidar las emociones de los menores. La especialista enfatiza que restar importancia a las frustraciones o inquietudes que los hijos experimentan puede dejarlos sin herramientas para gestionar sus propios sentimientos.

Frases como “anda, no es para tanto, deja de llorar por tonterías” transmiten desapego y desinterés por el mundo emocional de los niños, generando un efecto acumulativo que limita su capacidad para expresar necesidades y buscar apoyo.

Noticias del día 24 de septiembre del 2025.

El análisis de la psicóloga subraya que no hace falta alzar la vos ni recurrir a la violencia con los hijos para hacerles daño. Los gestos, las palabras y la indiferencia empleadas de forma cotidiana pueden tener un impacto duradero. El desprecio silencioso o la ausencia de reconocimiento se convierten en señales de desaprobación que persisten mucho después de los episodios concretos.

La repetición de estos patrones de comunicación afecta la percepción que los niños tienen de sí mismos. Según relata la psicóloga, si se les reitera que “no sirven para nada” o que deberían aprender de otros, es probable que crezcan con una autoimagen distorsionada.

Esta dinámica no solo genera inseguridad, sino que también crea barreras que impiden la cercanía y refuerzan una actitud distante o defensiva frente a la familia. Las consecuencias no desaparecen con el paso de los años. Los expertos en salud mental advierten que los niños expuestos de forma sistemática a la comparación y a la invalidez emocional sufren inseguridad y pueden enfrentar dificultades en sus relaciones interpersonales en la adultez.

La especialista señala que la raíz del problema suele estar en la falta de conciencia sobre el peso de las palabras y comportamientos repetitivos. Corregir estas actitudes implica una revisión crítica de los propios hábitos familiares y un compromiso activo con el bienestar emocional de los hijos.

Promover dinámicas familiares más positivas es la mejor opción. Para ello, muestra interés por sus gustos y empatiza con sus emociones. Dedicar tiempo a escuchar sin interrupciones, validar sus experiencias y ofrecerles tu ayuda refuerza su autoestima y fortalece el vínculo afectivo.