“Mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer”: este es el truco que usa tu mente para que lo creas

El ‘sesgo status quo’ es el término psicológico que explica nuestro miedo al cambio

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Un hombre indeciso. (Freepik)
Un hombre indeciso. (Freepik)

Preferimos lo conocido antes que arriesgarnos a algo nuevo. Hay muchos refranes o dichos en español que explican esta tendencia. Por ejemplo: “más vale pájaro en mano que ciento volando” o “mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer”. Un sesgo de comportamiento que se conoce en psicología como status quo. Afecta a cómo se percibe y se da por supuesto el estado actual de las cosas.

El sesgo status quo es la preferencia innata del ser humano mantenernos como estamos, aunque no sea lo ideal. De esta forma, el cerebro actúa generando inclinación hacia lo conocido que a lo desconocido. Por ello cuesta tanto cambiar.

El concepto de sesgo status quo fue acuñado por William Samuelson y Richard Zeckhauser en 1988. La expresión utiliza la palabra sesgo como error de pensamiento que empuja a una determinada dirección sin ser conscientes de ello. Este sesgo es de tipo emocional, donde las emociones crean distorsiones al razonar y al elaborar juicios sobre un aspecto concreto.

Explicación del sesgo

Hay varios efectos involucrados en este sesgo. Entre ellas está la aversión a la pérdida, pues duele más perder que ganar. Por ello, va a existir una mayor preferencia a la hora de evitar perder un bien o una cantidad, que ganar algo mejor o de igual valor.

También está el efecto de dotación, que hace que lo que ya se posee parezca más valioso. Por tanto, se experimenta una tendencia a considerar que vale más dinero cuando se trata de vender algo, que cuando uno está dispuesto a comprarlo, aunque el bien sea el mismo.

Luego está el miedo al arrepentimiento y ese pensamiento que a veces evita tomar decisiones que hagan pensar “me equivoqué”. Es decir, la persona preferirá mantenerse como está a tener que arrepentirse de las consecuencias de una decisión. Aunque, paradójicamente, también exista la posibilidad de arrepentirse de no haber tomado una.

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Por último, está la familiaridad o efecto de mera exposición. Lo conocido genera un aura de seguridad y confianza. Un atajo mental del cerebro por el cual una persona va a mostrar una preferencia hacia lo conocido.

En todos ellos, existe una tendencia clara. Prevalecerá el no asumir riesgos aun existiendo la posibilidad de existir unos beneficios. Según un estudio de la Academia Nacional de Ciencias Económicas (ANCE), “la predilección por el status quo puede operar en la práctica como un mecanismo que reduce la volatilidad del ambiente que enfrenta al sujeto”.

Sin embargo, en contraposición al sesgo status quo existe el sesgo de la acción. Donde existe una preferencia por hacer algo en lugar de nada, incluso cuando mantenerse es más ventajoso. Porque, aunque la acción por defecto es la inacción, otras veces la opción por defecto implicar un esfuerzo deliberado.

Cómo afecta este sesgo a la vida cotidiana

Una persona realiza sus cuentas
Una persona realiza sus cuentas personas mensuales. (Freepik)

Hay múltiples ejemplos donde aparece reflejado el sesgo status. Por ejemplo, si en una entrevista de trabajo todos los candidatos son iguales, el diferente tiene más probabilidades de no ser elegido.

En los seguros, los clientes suelen quedarse con la póliza que les es dada por defecto. O en las inversiones, hay muchas personas que no cambian el fondo aunque haya mejores opciones. Por ejemplo, cambiar de banco o mantener la cartera de inversiones durante demasiado tiempo. También está relacionado con la procrastinación de decisiones financieras, como revisar o actualizar el testamento.

También se puede hablar de que el sesgo status quo es una cuestión sistémica. Pues los sistemas son los que establecen normas para los individuos en una organización o estructura, de forma que el sesgo status quo hace más difícil que los individuos acepten cambios institucionales.