Carpaccio de remolacha, una receta sencilla y refrescante para el verano

El carpaccio de remolacha aporta una explosión de color y frescura a cualquier mesa, conquistando con su presentación visual y su sabor sutil. Esta preparación se ha convertido en una de las opciones favoritas en menús creativos, tanto de restaurantes como en reuniones caseras, gracias a su versatilidad y sencillez. Ideal para quienes buscan un plato ligero, saludable y vistoso, el carpaccio de remolacha combina ingredientes que aportan diferentes texturas y matices.

Aunque no forma parte del recetario tradicional español, el carpaccio de remolacha ha sido acogido con entusiasmo en la cocina contemporánea del país. Inspirado en el clásico carpaccio italiano, sustituye la carne cruda por la remolacha cocida, lo que brinda una opción apta para vegetarianos. Suele servirse como entrante, especialmente en verano, y admite múltiples variaciones con quesos, frutos secos o brotes verdes. Un vino blanco fresco o un cava joven armonizan especialmente bien con el plato.

El carpaccio de remolacha consiste en remolacha cocida cortada en láminas finas y presentada con un aderezo ligero y acompañamientos como queso fresco, frutos secos y verdes tiernos. La clave está en laminar la remolacha lo más fina posible para que absorba bien los matices del aliño y se integre con el resto de ingredientes. El resultado final es un plato refrescante y elegante, muy fácil de preparar en casa.

• Preparación de ingredientes: 10 minutos
• Montaje del plato: 5 minutos
• Tiempo total: 15 minutos

• 2-3 remolachas cocidas (al vapor o hervidas)
• 50 g de queso de cabra o queso feta (opcional)
• Un puñado de nueces o piñones tostados
• Un puñado de rúcula o canónigos (opcional)
• 2-3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
• 1-2 cucharaditas de vinagre balsámico o reducción de balsámico
• Sal en escamas al gusto
• Pimienta negra recién molida al gusto

1. Pela las remolachas cocidas y lamínalas en rodajas muy finas, usando una mandolina o cuchillo afilado.
2. Disponlas solapadas en la base de un plato grande o bandeja.
3. Desmenuza el queso de cabra o feta sobre las remolachas, repartiendo de manera uniforme por toda la superficie para obtener sabor en cada bocado.
4. Agrega el puñado de nueces o piñones tostados sobre el plato.
5. Si lo deseas, añade rúcula o canónigos para ofrecer un contraste de frescor y vistosidad.
6. Aliña con aceite de oliva virgen extra y vinagre balsámico, procurando que todo el carpaccio quede bien impregnado.
7. Termina salpimentando al gusto y, si prefieres, añade unas hojas de menta fresca o unas gotas de miel para potenciar el contraste de sabores.

Esta receta rinde entre dos y cuatro porciones, dependiendo de si se sirve como entrante individual o como parte de un plato para compartir.

• Bajo en calorías
• Fuente de fibra y antioxidantes (por la remolacha)
• Contiene proteínas y calcio (si se utiliza queso)
• Aporta grasas saludables (de frutos secos y aceite de oliva)
• Rico en minerales como potasio y magnesio

Cabe señalar que estas son estimaciones, y los valores nutricionales precisos dependen de los ingredientes específicos utilizados en la preparación y las cantidades de cada porción.

El carpaccio de remolacha ya montado se puede conservar en la nevera hasta 24 horas, bien cubierto para que no se reseque. La remolacha laminada, sin aliñar, puede guardarse hasta tres días en recipiente hermético.