Un veterinario responde a si un perro debe dormir en la cama con los dueños: “Lo hace con la misma ropa con la que lo ha sacado a pasear”

Estudios demuestran que llegamos a compartir flora bacteriana con nuestros perros cuando convivimos juntos

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Un perro dormido en la cama. (Adobe Stock)

Para quien los tenga, los perros, son una parte esencial de la vida. Nos ofrecen su cariño y un hogar más alegre. Existe una interdependencia emocional entre los dueños y sus mascotas.

Por eso, compartimos con ellos los espacios que, de forma cotidiana, frecuentamos. El sofá, el coche, la cama. Vienen con nosotros a todas partes. Convivimos de manera que nuestros lugares de descanso también son los suyos.

Sin embargo, muchas personas se preguntan: ¿Es higiénico compartir la cama con nuestros perros? ¿Es saludable que nuestros espacios de descanso también sean los suyos?

Si bien es cierto que anímicamente hay algo que nos conecta, también se dan una serie de condiciones ambientales y de higiene que nos distancian.

Fue en el Sr. Wolf podcast donde se lanzó la pregunta: ¿Un perro debería dormir en la cama? ¿Qué beneficios tienen? ¿E inconvenientes?

Beneficios emocionales

Compartir la cama con un perro puede fomentar un vínculo más estrecho entre dueño y mascota. El contacto físico o la cercanía fomenta el cuidado mutuo lo que aumenta la confianza. Tu mascota encuentra en ti aquello que le reconforta al mismo tiempo que para ti supone una forma de descansar de los problemas del día a día. Además, muchos dueños coinciden en que dormir con su perro les brinda una sensación de seguridad y compañía inigualable.

Estudios científicos confirman que la
Estudios científicos confirman que la convivencia refuerza los rasgos compartidos entre humanos y sus mascotas (Imagen Ilustrativa Infobae)

Entre los beneficios, por lo tanto, estaría la creación de vínculos fuertes, así como un sentimiento reconfortante de sentirse acompañado.

Un estudio del Canisius College de Buffalo, recopilado en un artículo del National Geographic sobre mascotas, expone que, en cuanto a calidad del sueño, los mejores acompañantes de cama son los perros, seguidos de los humanos y, en tercer lugar, los gatos. Esto se debe a que son mucho menos inquietos, pudiendo permanecer a un lado de la cama sin molestar a su dueño. Además, también explica cómo, por su tendencia a la compañía y al afecto humano, reducen el sentimiento de soledad en las personas.

Algunos inconvenientes

Sin embargo, no todo es positivo. El hecho de compartir espacios con tus mascotas demanda un cuidado higiénico mayor. En el podcast del Sr. Wolf se explicaba cómo las personas tendemos a ducharnos y cambiarnos de ropa con regularidad. En contrapartida, las condiciones higiénicas de los perros suelen estar sometidas a otros tiempos.

En el caso de que quieras subir el perro a la cama lo ideal sería intensificar los cuidados. Alergias, parásitos, suciedad acumulada durante los paseos, son algunas cosas que hay que tener en cuenta. También hay condiciones específicas (como sistemas inmunes debilitados o enfermedades respiratorias) donde dormir con un perro no es lo más aconsejable. La recomendación general es establecer rutinas de higiene exhaustivas, mantener al día las vacunas y evaluar cada caso según la salud del animal y del dueño.

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Compartir la cama con una mascota es una decisión personal que hay que tomar con cierta responsabilidad. Si bien es cierto que ayuda a construir un lazo afectivo fuerte, también es importante tener en cuenta el bienestar higiénico de ambas partes. Una evaluación sincera de la situación, considerando pros y contras, tal vez pueda reconciliar ambos estilos de vida.