El restaurante de Barcelona al que Rosalía lleva a sus citas: una taberna gastronómica para cenar de tapeo en el Eixample

El pasado fin de semana, Rosalía volvía a la que es su ciudad por excelencia, Barcelona. Vino para disfrutar como una más del festival Primavera Sound, y se quedó unos días disfrutando del ambiente y las calles de la Ciudad Condal. En estos días de turismo y paseos, la catalana ha estado bien acompañada por Emilio Sakraya, el cantante y actor alemán con el que la artista tendría actualmente una relación sentimental.

Además de pasear de la mano por las calles barcelonesas, la pareja ha podido disfrutar de la amplia y variada oferta gastronómica que ofrecen los restaurantes de la capital catalana. Así lo desvelaban en el programa ‘Que no salga de aquí’ de Catalunya Ràdio, tras recibir unas imágenes en las que aparecía la pareja en algunos de los locales gastronómicos más de moda del centro barcelonés. Su itinerario tuvo como final perfecto una cena de tapeo muy a la española, con una visita a la taberna Cu-Cut, ubicada en el número 68 de la calle Enric Granados.

En Cu-Cut, se combina la esencia de la cocina mediterránea con algunos toques exóticos, concluyendo en una carta muy variada que abarca desde tablas de quesos y charcutería hasta platos principales elaborados con mimo en sus cocinas. En la sección de charcutería aparecen embutidos seleccionados como el jamón ibérico, lomo, cecina de León y chorizo picante, disponibles tanto de forma individual como en tablas para compartir. El apartado de quesos abarca desde variedades blandas como camembert y gorgonzola hasta variedades nacionales, entre ellos manchego de cabra y Mahón curado.

El menú desarrolla además una sección de bocaditos delicatessen y tapitas, perfectas para un picoteo a base de sabores mediterráneos y propuestas creativas. Las combinaciones van desde el clásico piquillo con ventresca y anchoa, hasta creaciones más atrevidas como el foie de bacalao caramelizado con manzana verde o el salmón ahumado acompañado de yogur de eneldo y huevas de trucha. En el apartado de tapas, clásicos como ensaladilla rusa tradicional, tortilla de patatas o berenjena gratinada, así como toques de fusión con el ceviche de corvina y gambas, tartares y otros platos frescos.

Entre los principales, aparecen platos fruto de técnicas de cocción prolongada y una mezcla única de influencias, con recetas como la carrillera de ternera y el jarrete de cordero confitados, junto a propuestas más ligeras como la lubina al horno o la lasaña vegana con bechamel de coco. Los postres mantienen el mismo nivel de creatividad e identidad, con clásicos como la crema catalana y el tiramisú, y propuestas originales como la sopa fría de Malibú con helado de leche merengada y nísperos con dulce de leche salado.

Además de su carta, el restaurante ofrece opciones de menús de grupo, aptos para compartir en una cena de picoteo entre amigos. El precio de esta oferta, que incluye hasta siete platos para compartir, cuatro postres y bebidas, es de 38 euros por comensal, un coste que aumenta hasta los 40 si queremos añadir un plato principal a elegir.