Esta es la frase perfecta para decir “no” sin ofender a los demás, según una psicóloga

Negarse a algo no tiene por qué ser negativo ni hacernos pasar un mal trago, solo hay que decirlo de forma adecuada y asertiva

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Un grupo de amigos hace
Un grupo de amigos hace un pícnic en el campo. (Canva)

Negarse a algo que nos piden no es nada sencillo. Al menos para la mayoría y, al final, acabamos envueltos en lugares o compromisos que, su fuéramos sinceros, no aceptaríamos. Para evitar estas situaciones, es clave aprender a decir que no. Y no tiene por qué ser nada negativo ni hacernos pasar un mal trago, solo hay que decirlo de forma adecuada y asertiva.

El temor a desagradar surge, en muchos casos, por asociar el rechazo a una falta de aceptación. Según detalla el portal psicológico La mente es maravillosa, este miedo puede impulsarnos a decir “sí” incluso estando ocupados o enfrentando situaciones incómodas, buscando aprobación o reconocimiento. Asimismo, el rol que asumimos dentro de un grupo puede influir en nuestras decisiones. Si se nos atribuye un papel, como el “alma de las fiestas”, podemos sentirnos obligados a cumplir con esas expectativas, aun cuando preferiríamos priorizar nuestras propias necesidades.

Desde el portal añaden al listado de razones por las que bloqueamos el “no” las experiencias negativas del pasado también contribuyen a esta dificultad. Si al decir “no” fuimos criticados o señalados, es probable que evitemos repetir esa respuesta para no revivir el malestar. Además, la incapacidad para establecer límites claros puede fomentar comportamientos que ignoran el bienestar personal.

La inseguridad es otro factor determinante; quienes carecen de confianza en sí mismos suelen ceder fácilmente, lo que puede derivar en problemas emocionales y hasta síntomas físicos, como estrés o migrañas. A esto se suma la culpa, particularmente intensa en relaciones cercanas, y el temor a la exclusión social, alimentado por el miedo a ser rechazados y quedar al margen de dinámicas grupales.

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Cómo decir que no

Saber decir “no” es una habilidad fundamental para proteger la salud mental, fortalecer la autoestima y construir relaciones equilibradas. Negarse a una petición no implica fallar ni rechazar a los demás, sino establecer límites que reflejen respeto propio y consideraciones hacia el otro.

Desde La mente es maravillosa explican que entre las principales estrategias para aprender a decir “no” se encuentra la capacidad de priorizar las propias emociones y valores. Reflexionar sobre si la solicitud recibida resulta contraria a nuestras creencias, genera incomodidad o no encaja con nuestro ánimo en ese momento permite tomar decisiones conscientes. Negarse en estas situaciones no es egoísmo; es un acto de autocuidado que prepara el terreno para ofrecer nuestra mejor versión cuando realmente podemos hacerlo.

Establecer límites claros también es esencial. En ocasiones, es posible aceptar parcialmente lo que nos han pedido. Por ejemplo, transmitir que se está dispuesto a colaborar solo en determinados aspectos o bajo ciertas condiciones permite mantener el control personal sin romper completamente los lazos de cooperación. Comunicar estos límites con claridad también refuerza el mensaje de respeto propio.

La rapidez en la respuesta es igualmente importante para evitar confusión o falsas expectativas. Si la decisión es negativa, es preferible comunicarla de inmediato. Y si se requiere cambiar un “sí” inicial por un “no” debido a circunstancias imprevistas, esto debe hacerse con la misma prontitud y sinceridad.

Por último, la honestidad resulta fundamental para rechazar de forma efectiva. Ceder constantemente al deseo de complacer puede debilitarnos emocionalmente, generando un impacto negativo en nuestra salud mental. Aprender a expresar lo que realmente sentimos, sin temor ni dilaciones, nos ayuda a restablecer el dominio sobre nuestras decisiones y a construir relaciones basadas en la confianza y el respeto mutuo. En este sentido, la psicóloga clínica Maïté Tranzer explica para The Journal des Femmes que si la palabra “no” resulta demasiado categórica, se puede decir: “Te entiendo, pero prefiero no comprometerme con esto”.