El romero puede con todo, pero es mejor no plantarlo al lado de esta planta: donde ubicarlo en el jardín y cómo utilizarlo

El romero contiene vitaminas A, B1, B2, B3, B6, C, E y K, así como minerales como calcio, hierro, magnesio y zinc

Guardar
Las plantas que no pueden
Las plantas que no pueden convivir con el romero en el jardín de tu casa. (Imagen Ilustrativa Infobae)

El romero (Rosmarinus officinalis) es una de las plantas aromáticas más utilizadas tanto en la cocina como en la medicina tradicional. Su resistencia y su bajo requerimiento de agua la convierten en una opción atractiva para huertos y jardines domésticos.

Sin embargo, su cultivo puede verse comprometido si no se considera con cuidado qué otras especies lo acompañan. En este sentido, el romero necesita sol directo, suelos secos y bien drenados y un entorno sin excesiva humedad.

Estas condiciones lo hacen incompatible con plantas que requieren suelos húmedos o que compiten por los mismos recursos. Por ejemplo, especies de sombra como las calabazas o las acelgas pueden generar microclimas desfavorables, aumentando el riesgo de encharcamientos y enfermedades fúngicas.

Es decir, el cultivo del romero requiere planificación, elección de las plantas que lo acompañan, vigilancia constante de su estado y control de factores como el agua y el sol para garantizar su desarrollo y conservar sus múltiples beneficios.

Plantas que afectan su desarrollo y prevención

Las plantas de la familia Brassicaceae, como el repollo o la coliflor, no son recomendables como compañeras de cultivo. Estas especies demandan nutrientes similares y podrían afectar el crecimiento del romero. Además, son susceptibles a enfermedades que pueden transmitirse fácilmente.

También lo son aquellos cultivos que atraen plagas, como las zanahorias o las cebollas, que pueden generar la aparición de pulgones y propagarse al romero. En el caso de flores ornamentales como los geranios, el riesgo se encuentra en que pueden actuar como hospedadoras de insectos nocivos.

Así, para mantener saludable al romero, una buena práctica es la rotación de cultivos y la separación física respecto de especies poco compatibles. Observar posibles señales de deterioro, como manchas o amarillamiento de las hojas, es fundamental para detectar a tiempo la presencia de plagas o enfermedades.

Es recomendable dedicar un espacio
Es recomendable dedicar un espacio exclusivo para el romero. (Pixabay)

Cuidados básicos

El romero se adapta bien a climas cálidos y secos. Necesita estar ubicado en un lugar con buena exposición solar y en suelos arenosos o con grave para que garanticen el drenaje.

En cuanto al riego, resulta conveniente esperar a que el suelo esté completamente seco antes de volver a aplicar agua, salvo en primavera y verano, cuando el crecimiento de la planta exige mayor hidratación.

La poda es también una herramienta útil. Permite controlar el tamaño del arbusto, especialmente si se cultiva en espacios reducidos, y eliminar ramas afectadas por plagas o daños.

Propiedades medicinales

Más allá de sus usos culinarios, el romero contiene vitaminas A, B1, B2, B3, B6, C, E y K, así como minerales como calcio, hierro, magnesio y zinc, nutrientes que ayudan a mejorar la circulación, facilitan la digestión y refuerzan el sistema inmunológico.

También se le atribuyen propiedades antiinflamatorias y antibacterianas. En la medicina natural, se utiliza para aliviar dolores, tratar heridas superficiales o combatir problemas respiratorios.

El aceite natural de romero
El aceite natural de romero es un elemento uy codiciado en la medicina natural. (Shutterstock)

Plagas y enfermedades frecuentes

A pesar de su rusticidad, el romero puede verse afectado por plagas como la cochinilla algodonosa o la araña roja. Ambas especies se alimentan de los tejidos de la planta y pueden combatirse con insecticidas. Además, el exceso de agua es otro factor de riesgo, ya que la dificultad de drenaje facilita la aparición de hongos.