El bar clandestino al estilo ‘speakeasy’ que triunfa en Santander: es la primera coctelería en Cantabria con un Solete Repsol

Corría el año 1920, en un Estados Unidos que acababa de ver aprobada la archiconocida ‘ley seca’, una norma que prohibía la manufacturación, venta y transporte de bebidas alcohólicas. Fue entonces cuando nacieron los ‘speakeasy’, bares clandestinos que comercializaban alcohol de manera ilegal, en espacios ocultos a los que solo se podía acceder con una contraseña, ajenos a la mirada de las autoridades. De su secretismo viene también su nombre; para no levantar sospechas, los barmans les decían a los clientes que ‘hablaran bajito’ (’speak easy’).

Inspirado en los bares secretos de entonces, nacía en 2013 Little Bobby Speakeasy, una coctelería al estilo clandestino del Chicago de los años 20 que es uno de los destinos imperdibles de la ciudad de Santander. El proyecto surge de la mano de dos jóvenes cocteleros, Ángel Ontavilla y Jose Luis Regata, que querían crear un espacio de coctelería de autor con un ambiente único que traslade a sus clientes a la clandestinidad de la ‘Ley seca’.

Situado en pleno centro de la capital cántabra, concretamente en la calle del Sol, a este local solo puede accederse con una llave en forma de contraseña, que abre las puertas hacia un auténtico viaje en tiempo y espacio.

En su carta, clásicos como el pisco sour, la piña colada, el Negroni, el Cosmopolitan o el Dry martini conviven con creaciones de autor que van cambiando con el paso de las semanas. Cuentan con una variada carta de cócteles, gin tonics y una buena ronería llamada La Habana Vieja que viene maridada con una pequeña cava de puros.

Su horario comienza con el after work a partir de las 16:00, tiempo en el que sale a brillar su carta de destilados. A medida que va anocheciendo, en Little Bobby Speakeasy dan paso a su amplia selección de vinos. Cuando entra la noche, llega el momento de bajar las luces, al mismo tiempo que su DJ empieza a pinchar tonos de Swing hasta la hora del cierre, las 4:30 de la madrugada. Los fines de semana habilitan la segunda planta, su ‘Almacén’, que se convierte en una sala de baile de los años 20.

En el verano de 2024, un poco más de diez años después de su apertura, esta coctelería recibía un Solete de la Guía Repsol, convirtiéndose en el primer local de esta clase en Cantabria que cuelga este distintivo en su puerta. Lo conseguía gracias a una recomendación, la del chef Nacho Solana, del restaurante con una estrella Michelin y dos Soles Repsol Solana. “Tienen una variedad y un ambiente diario espectacular. Mi cocktail favorito es el ‘Monkey Flower’, ¡pero todos están buenísimos!”, asegura el cocinero cántabro sobre este escondido bar.

Más allá de los reconocimientos oficiales, la fama de este local se acredita echándole un vistazo a las reseñas que sobre él se pueden encontrar en su web. “Little Bobby es mucho más que un bar: es una auténtica experiencia”, escribe uno de sus clientes, mientras que otros alaban su ambiente, el amable trato del personal y su “carta infinita de tragos muy variados”. Sumando todas las opiniones de su apartado de reseñas, más de 1.300, el bar presume de una puntuación de 4,5 en Google.