Cómo hacer roscón sin gluten: el clásico navideño con un sabor y una textura que se mantienen fieles a la receta original

Si hay un dulce que marca las festividades navideñas, más allá de los turrones, polvorones y mazapanes es el Roscón de Reyes. Cada año, el día 6 de enero, se sirve en la mesa de los hogares españoles para desayunar o de postre. A pesar de su forma de corona y de estar adornado con frutas confitadas que recuerdan a las joyas, su origen nada tiene que ver con Sus Majestades de Oriente, ni siquiera con la tradición cristiana. Para repasar su historia nos tenemos que remontar hasta la antigua Roma, en concreto, a las fiestas conocidas como Las Saturnales, en honor al dios Saturno, tal y como apunta en el portal web Casa Mira.

Estas celebraciones tenían lugar a finales de diciembre para conmemorar la llegada del solsticio de invierno y para agradecer a los esclavos su largo trabajo en el campo. Por aquel entonces, el roscón no era tal y como lo conocemos ahora, sino una especie de torta elaborada con higos, dátiles y miel. A partir del siglo II se empezó a introducir un haba seca, que a diferencia de lo que ocurre ahora, era el gran premio.

Tras ser olvidado con la instauración del cristianismo, resurgió en Francia con la tradición de Le Roi de Fave, donde los niños recibían el pastel con un haba escondida. Más tarde, el rey Luis XV popularizó la costumbre de incluir una moneda en el interior. En el siglo XVIII, Felipe V introdujo esta tradición en España, convirtiéndose en una fiesta navideña. Durante el siglo XIX, el haba adquirió un significado negativo al obligar al descubridor a pagar el roscón, pero se añadió una figurita de cerámica para compensar, simbolizando realeza temporal.

Normalmente, los grandes olvidados de estos días son los celiacos, ya que muchos de los dulces que se sirven estos días llevan gluten. Sin embargo, hay una adaptación de este clásico navideño a su dieta, con un sabor y una textura que se mantienen fieles a la receta original: una masa suave, aromática y ligeramente dulce, decorada con frutas escarchadas y azúcar perlado.

El tiempo estimado para la elaboración de esta receta es de aproximadamente 3 horas y 30 minutos:

• Preparación de ingredientes: 30 minutos.
• Fermentación: 2 horas.
• Decoración y horneado: 1 hora.

• 500 g de mezcla de harinas sin gluten (para pan o repostería).
• 10 g de psyllium en polvo (para mejorar la elasticidad).
• 1 sobre de levadura seca de panadería sin gluten.
• 100 g de azúcar.
• 1 cucharadita de sal.
• 3 huevos medianos.
• 100 ml de leche (puede ser vegetal).
• 50 ml de agua de azahar.
• 100 g de mantequilla sin sal, a temperatura ambiente.
• Ralladura de 1 naranja y 1 limón.
• Frutas escarchadas para decorar.
• Azúcar perlada y almendras laminadas (opcional).

1. Preparar la masa: mezcla las harinas sin gluten, el psyllium, el azúcar, la sal y la levadura en un bol grande. Después, añade los huevos, la leche, el agua de azahar y las ralladuras. Mezcla bien hasta formar una masa homogénea. Por último, incorpora la mantequilla poco a poco mientras amasas hasta que quede una masa suave.
2. Dejar fermentar: cubre la masa con un paño húmedo y deja reposar en un lugar cálido durante 1 hora y 30 minutos, o hasta que doble su tamaño.
3. Formar el roscón: amasa ligeramente para desgasificar. Forma una bola y haz un agujero en el centro para darle forma de rosca. Luego coloca la masa en una bandeja de horno forrada con papel de hornear.
4. Decoración y segunda fermentación: decora con las frutas escarchadas, el azúcar perlado y las almendras laminadas. Deja reposar durante 30 minutos más.
5. Hornear: precalienta el horno a 180 °C y hornea el roscón durante 25-30 minutos, hasta que esté dorado.

Con esta receta se obtienen aproximadamente 8-10 porciones medianas.

Cada porción contiene aproximadamente:

• Calorías: 270
• Grasas: 12 g
• Grasas saturadas: 6 g
• Carbohidratos: 35 g
• Azúcares: 12 g
• Proteínas: 5 g

El roscón sin gluten se mantiene fresco hasta 3 días a temperatura ambiente en un recipiente hermético. Aunque también puede congelarse y disfrutarlo durante un mes.