Jennifer Aniston y el inesperado método que la ayudó a enfrentar su miedo a volar

Pese a su vida pública llena de éxitos y glamour, Jennifer Aniston enfrentó durante años un temor profundo que afectó tanto su vida personal como profesional: el miedo a volar.

En una reveladora entrevista con Cosmopolitan, la actriz compartió cómo logró hacer frente a esta fobia con un recurso poco convencional y una experiencia que marcaría un antes y un después en su vida.

El miedo a volar no distingue entre celebridades y personas comunes. Algunas figuras públicas compartieron sus temores de manera abierta: Adele habló de su ansiedad escénica, Scarlett Johansson confesó su pánico a las cucarachas tras un incidente doméstico, y Nicole Kidman reveló su fobia a las mariposas, una reacción que calificó de irracional. Estos casos muestran que las inseguridades y temores también forman parte del mundo de Hollywood.

Entre estas fobias, la aerofobia —el miedo a viajar en avión— destaca por su alta prevalencia, afectando a millones de personas alrededor del mundo. Jennifer Aniston no fue la excepción.

Jennifer Aniston alcanzó la fama internacional en los años noventa gracias a su papel de Rachel Green en la exitosa serie Friends, convirtiéndose en un rostro familiar para toda una generación. Su personaje se convirtió en un ícono de estilo y referencia cultural.

A partir de ese momento, Aniston consolidó una carrera constante tanto en televisión como en cine, con títulos como Marley & Me, Somos los Miller o la aclamada serie The Morning Show.

Desde su juventud, viajar en avión le generaba una ansiedad significativa, según publicó Cosmopolitan, destacando un obstáculo que no siempre se percibía en su imagen pública.

Con el paso de los años, este temor fue en aumento, al punto de obstaculizar compromisos profesionales y rodajes en el extranjero.

En declaraciones realizadas en el programa de Rosie O’Donnell, Jennifer Aniston detalló los numerosos esfuerzos que hizo por superar esta fobia. Probó con psicoterapia, hipnosis y métodos alternativos. Aunque estos tratamientos le ofrecieron cierta contención, ninguno fue verdaderamente transformador.

“El miedo me acompañaba desde hacía años. Había probado incluso la hipnosis”, confesó en aquella entrevista. Pero el verdadero cambio llegaría de una forma inesperada y en un contexto que no había sido planeado como parte de un tratamiento.

Durante un vuelo realizado en 1997, Aniston vivió una experiencia que, según relató, tuvo un efecto decisivo. En medio del viaje, se acercó a la puerta del piloto con una pregunta directa: “¿Va todo bien con el avión?”.

Su inquietud generó empatía entre el equipo que la acompañaba, quienes le ofrecieron la posibilidad de sentarse junto al piloto durante el despegue.

Sin embargo, al aproximarse el aterrizaje, algo cambió. Es que observarse esa secuencia desde la cabina del piloto, fue una experiencia que calificó como “increíble” y “terapéutica”. Por primera vez, sintió que era posible dejar atrás ese temor.

Pese al progreso alcanzado, el miedo a volar no desapareció por completo. En 2019, mientras realizaba un viaje de vacaciones, el avión en el que se encontraba tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia. Este incidente reactivó en la actriz las emociones y temores que creía haber superado.

Este episodio sirvió como recordatorio de que las fobias, incluso cuando parecen superadas, pueden reaparecer en situaciones límite.

El caso de Jennifer Aniston pone en evidencia cómo, detrás de la imagen segura y exitosa que proyectan muchas celebridades, pueden existir luchas personales profundas.

En su caso, la aerofobia no solo limitó su movilidad, sino que también la enfrentó con una realidad muy humana: el miedo que paraliza y la dificultad de superarlo incluso con acceso a los mejores recursos.

Aunque Aniston fue reservada en muchos aspectos de su vida, su testimonio sobre el miedo a volar contribuye a desestigmatizar las fobias y resalta la importancia de hablar abiertamente sobre la salud mental, incluso cuando se es una figura de proyección internacional.