ABBA, el fenómeno que desafía el tiempo y las fronteras

La reciente biografía de Jan Gradvall y el análisis de The New Yorker exploran cómo el cuarteto sueco se ha reinventado y consolidado como un referente cultural global, trascendiendo géneros y generaciones

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"Dancing Queen" de ABBA

En algún rincón del planeta, a cualquier hora, suena una canción de ABBA. Ya sea en un club nocturno del Mediterráneo, en una tienda de comestibles en Vietnam o en una emisora mexicana con una versión en español, la música del cuarteto sueco mantiene una presencia constante.

Décadas después de su apogeo, ABBA no solo conserva su vigencia, sino que amplía su influencia, como lo demuestra la publicación reciente de la biografía The Story of ABBA: Melancholy Undercover, escrita por Jan Gradvall. Según The New Yorker, la historia del grupo trasciende lo musical y se convierte en un fenómeno cultural que desafía el tiempo y las fronteras.

La vigencia global de ABBA: un fenómeno sin fronteras

La universalidad de ABBA se refleja en la diversidad de contextos donde su música sigue presente. The New Yorker describe cómo un remix de Gimme! Gimme! Gimme! (A Man After Midnight) suena en pistas de baile mediterráneas, mientras Happy New Year acompaña las compras en supermercados de Vietnam y Knowing Me, Knowing You es emitida en español por radios mexicanas.

Las presentaciones en vivo tampoco han desaparecido: desde homenajes en plazas públicas de Japón hasta teatros colmados en Johannesburgo, Sudáfrica, la música del grupo sigue convocando audiencias. La banda tributo Björn Again, una de las más reconocidas, asegura que fue invitada a actuar para Vladimir Putin, aunque el Kremlin lo desmiente.

En Londres, la experiencia se ha transformado con ABBA Voyage, un espectáculo en el que hologramas de tamaño real —los llamados ABBAtars— interpretan los clásicos del grupo junto a una banda en vivo, en un recinto construido especialmente para este propósito. Esta propuesta tecnológica refleja cómo ABBA ha sabido adaptarse sin perder su identidad.

"ABBA Voyage" en Londres utiliza
"ABBA Voyage" en Londres utiliza hologramas de tamaño real para revivir los clásicos del grupo (REUTERS/Henry Nicholls/File Photo)

De la formación al estrellato: la historia de ABBA

ABBA, conformado por los compositores y productores Björn Ulvaeus y Benny Andersson, junto con las vocalistas Agnetha Fältskog y Anni-Frid Lyngstad, desarrolló su actividad principal entre 1972 y 1982. El grupo alcanzó la fama internacional tras ganar el Festival de Eurovisión en 1974 con Waterloo, inicio de una sucesión de álbumes que lideraron listas de éxitos globales.

El documental ABBA: The Movie, centrado en la gira australiana de 1977, ilustra la intensidad de la “ABBAmana”, con multitudes de seguidores y cobertura mediática constante.

Durante esa década, los dos matrimonios que formaban el grupo se disolvieron, aunque los integrantes mantuvieron una relación profesional, sin exponer detalles personales. Esta combinación de éxito, reserva y profesionalismo consolidó el mito del grupo, alejado de los escándalos que suelen acompañar a otras figuras del pop.

De la crítica a la reivindicación: la evolución de la imagen de ABBA

Pese a su popularidad, ABBA enfrentó escepticismo por parte de la crítica musical, especialmente en sus primeros años. The New Yorker señala que, mientras los Beatles lograron superar la percepción de superficialidad, ABBA fue considerado un producto comercial, sin autenticidad artística. En Suecia, algunos los calificaban como “tan muertos como una lata de arenque en escabeche”, en alusión a una canción satírica sobre una marca de conservas con su mismo nombre.

Los años ochenta resultaron complejos para los exintegrantes, cuyas iniciativas solistas y musicales no alcanzaron el éxito anterior. En 1989, siete años después de la disolución, el catálogo de ABBA fue vendido a PolyGram, con previsiones de ventas moderadas.

El resurgimiento en los años noventa y la consolidación como ícono pop

El renovado interés cultural posicionó
El renovado interés cultural posicionó a ABBA como símbolo pop intergeneracional (Crédito: imdb)

La situación cambió en los años noventa con el lanzamiento del recopilatorio ABBA Gold en 1992, que revitalizó el interés comercial y cultural por el grupo. Ese mismo año, U2 invitó a Ulvaeus y Andersson a interpretar Dancing Queen en un concierto, mientras el dúo británico Erasure publicó un EP con versiones del grupo. Incluso Kurt Cobain seleccionó a Björn Again como banda de apertura para Nirvana en el festival de Reading.

La producción literaria en torno a ABBA también creció, con biografías, memorias y estudios académicos, entre ellos Bright Lights, Dark Shadows: The Real Story of ABBA, de Carl Magnus Palm. Este renovado interés consolidó al cuarteto como un símbolo pop capaz de trascender modas y generaciones.

“The Story of ABBA: Melancholy Undercover”: una biografía diferente

En este contexto, Jan Gradvall publica The Story of ABBA: Melancholy Undercover, una obra que, de acuerdo con The New Yorker, se aleja del formato convencional para ofrecer un estudio amplio sobre los orígenes y el legado del grupo. Gradvall, quien ha entrevistado a los miembros durante más de diez años, adopta un enfoque digresivo y episódico, combinando relatos sobre canciones como Mamma Mia! con perfiles individuales: Andersson, como generador de melodías; Ulvaeus, introspectivo; Fältskog, como estrella reservada; y Lyngstad, como voz poderosa marcada por vivencias trágicas.

Traducido por Sarah Clyne Sundberg, el libro explora también el entorno cultural sueco que influyó en el grupo, desde los “raggare” —rockeros locales— hasta las “dansbands”, conjuntos que tocaban diversos géneros en bailes populares. Fältskog y Lyngstad comenzaron sus carreras en estas formaciones, cuyos elementos influyeron ocasionalmente en la música del grupo, como en I Do, I Do, I Do, I Do, I Do.

Universalidad y adaptabilidad: las claves del éxito de ABBA

ABBA celebra su victoria en
ABBA celebra su victoria en el Festival de la Canción de Eurovisión de 1974 con su canción "Waterloo" (Foto AP/Robert Dear, Archivo)

La música de ABBA, hoy considerada universal y atemporal, emergió de un contexto local. En la Suecia de los años setenta, el país no era un referente musical internacional, dominado por el folk y las baladas alemanas. Antes de formar el grupo, Andersson integraba los Hep Stars, una banda de garage rock que versionaba éxitos internacionales para el público local.

La habilidad de ABBA para transformar influencias externas en un sonido propio fue clave. Waterloo, por ejemplo, nació del deseo de crear una canción con un título comprensible para el público internacional de Eurovisión, según explicó el mánager Stig Anderson.

El grupo eligió el inglés como idioma principal, priorizando su alcance global. Gradvall analiza este fenómeno y sostiene que el “inglés turístico”, una versión simplificada del idioma, se convirtió en la lengua común del pop, lo que permitió que canciones como Money, Money, Money o Dancing Queen fueran ampliamente entendidas.

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ABBA eligió el inglés como idioma principal para alcanzar una audiencia global (Crédito: imdb)

La versatilidad de ABBA queda reflejada en su discografía, que abarca desde la chanson francesa de “Ring Ring” hasta incursiones en el glam, el prog-rock, la música disco y los ritmos tropicales. Antes de establecerse como grupo, sus miembros realizaron giras en formato cabaret, lo que impregnó su música de teatralidad y eclecticismo.

ABBA en el mundo: del comunismo a la cultura queer

El impacto de ABBA no se restringió a los países occidentales. The New Yorker destaca su sorprendente popularidad en el bloque comunista, impulsada por la presencia de cooperantes suecos en Vietnam tras la guerra, lo que convirtió a Happy New Year en un himno del festival Tết. En Polonia, una visita promocional motivó al gobierno a destinar todo el presupuesto de 1976 para música occidental a la edición de 800.000 copias del álbum Arrival.

En Australia, el décimo aniversario de la “ABBAmana” de 1977 originó noches temáticas en bares gay, mientras en Nueva York, DJs remixaban temas como Lay All Your Love on Me. Gradvall identifica en la cultura queer un motor clave del resurgimiento del grupo en los noventa. Así, ABBA logró insertarse tanto en espacios marginales como en la cultura popular dominante, al este y oeste del Telón de Acero.

Innovación y futuro: el espectáculo “ABBA Voyage” y la tecnología de hologramas

La capacidad de ABBA para reinventarse se evidencia en su apuesta tecnológica con ABBA Voyage, en cartel desde 2022 en Londres. El espectáculo utiliza avatares digitales de los miembros originales, quienes, ya septuagenarios y octogenarios, colaboraron activamente en el diseño de los movimientos de sus réplicas. Según contaron a Jan Gradvall, usaron trajes especiales y cascos de captura de movimiento para recrear las coreografías de los años setenta.

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ABBA demuestra su capacidad de reinvención con un show tecnológico pionero en Londres (REUTERS/Henry Nicholls)

The New Yorker califica este espectáculo como una muestra de que ABBA ha creado una maquinaria de movimiento perpetuo en el pop, capaz de adaptarse y persistir mientras existan oyentes.

El legado inagotable de ABBA

La historia de ABBA, narrada por Jan Gradvall en The Story of ABBA: Melancholy Undercover y analizada por The New Yorker, revela a un grupo que ha superado su época y origen geográfico para consolidarse como fenómeno global.

Desde sus comienzos en la Suecia de los setenta hasta las actuales producciones con hologramas, la banda ha demostrado una capacidad singular para renovarse, manteniéndose vigente en la cultura popular. Como concluye Gradvall, la música de ABBA seguirá sonando mientras haya quienes deseen escucharla.