
La interacción entre tiburones y aves marinas en el atolón French Frigate Shoals, ubicado en el noroeste de Hawái, reveló una dinámica inesperada en la ocupación del hábitat marino.
Un estudio de la University of Hawaii, publicado en la revista Ecosphere, demostró que la presencia estacional de aves marinas —en especial albatros juveniles— provoca una “guerra de territorios” entre diferentes especies de tiburones, alterando su distribución y modificando la estructura del ecosistema.
Un ecosistema coralino bajo presión estacional
El atolón French Frigate Shoals, situado dentro del Monumento Nacional Marino Papahānaumokuākea, constituye uno de los entornos coralinos más prístinos del Pacífico.

Este enclave alberga alta concentración de biodiversidad, con el ciclo reproductivo de aves marinas, tortugas verdes y focas monje hawaianas marcando la estacionalidad.
En este escenario conviven el tiburón tigre (Galeocerdo cuvier), depredador dominante; el tiburón de arrecife gris (Carcharhinus amblyrhynchos), de rol subordinado, y el tiburón de Galápagos (Carcharhinus galapagensis), definido como competidor.
Las islas arenosas, que suman apenas 0,25 km², son puntos críticos de anidación y descanso para aves, tortugas y focas. Durante el verano, la abundancia de presas juveniles, como albatros recién emplumados, crías de tortuga y cachorros de foca, convierte estos islotes en focos de actividad para los depredadores marinos.

Competencia y partición del hábitat entre tiburones
El estudio de la University of Hawaii analizó la competencia y depredación entre tiburones del atolón. El tiburón tigre, de mayor tamaño y especie clave, caza peces de arrecife, pero también depreda sobre otras especies de tiburones y aves marinas. El tiburón de arrecife gris, más pequeño, se alimenta de peces y evita hábitats de alto riesgo.
El seguimiento acústico de 128 tiburones entre 2009 y 2012 mostró que los tiburones tigre eligen activamente los islotes donde hay albatros juveniles en verano, aprovechando este recurso alternativo y alterando la dinámica entre depredadores.
Cuando la actividad de aves disminuye al final del verano, los tiburones tigre amplían su rango de hábitat, mientras que los tiburones de arrecife gris colonizan islotes que antes evitaban.

Según la University of Hawaii, “los tiburones tigre, como depredadores dominantes, seleccionan hábitats ocupados por presas estacionales. Cuando la actividad de las aves disminuye, amplían su uso del espacio. Los tiburones de arrecife gris evitan los hábitats de aves en verano, probablemente por riesgo, pero los utilizan en invierno”.
La presencia de aves marinas no solo ofrece alimento estacional para tiburones tigre, sino que ejerce influencia indirecta sobre otras especies. En invierno, cuando la presencia de tiburones tigre disminuye, estos tiburones aprovechan esos hábitats.
El tiburón de Galápagos comparte hábitats con tiburones tigre y consume presas variadas, como cachorros de foca monje. La coexistencia entre especies resulta posible por presas alternativas y por la partición espacial y temporal del hábitat.

Implicancias ecológicas: equilibrio y vulnerabilidad
La University of Hawaii destaca que “las aves marinas pueden influir en el uso del espacio de varias especies de tiburones a partir de las decisiones de su principal depredador, el tiburón tigre”. Este fenómeno revela la complejidad de las interacciones ecológicas marinas.
El análisis de telemetría evidenció que los tiburones tigre residen más en zonas lagunares durante el verano, coincidiendo con la abundancia de aves marinas.
Los tiburones de arrecife gris se concentran en los arrecifes exteriores y acceden a los islotes lagunares solo cuando el riesgo disminuye. El tiburón de Galápagos presenta patrones intermedios y una especialización estacional en distintas presas.

La partición del hábitat es también temporal. En los pocos lugares donde tiburones tigre y de arrecife gris coinciden, como en Trig Island, hay actividad opuesta: tiburones de arrecife gris durante el día en verano, mientras tiburones tigre dominan de noche en invierno.
La investigación concluye que “los tiburones tigre cumplen un rol clave con sus patrones de forrajeo, influyendo en el comportamiento de especies subordinadas como los tiburones de arrecife gris y de Galápagos”.
Finalmente, la University of Hawaii advierte que la pérdida de hábitats críticos por eventos extremos —como el paso del huracán Walaka— podría perturbar las relaciones entre depredadores y presas en el atolón.
Modificaciones en la disponibilidad de áreas de forrajeo forzarían a los tiburones tigre a adaptarse, con posibles efectos en cadena para otras especies y poblaciones vulnerables como focas monje y aves marinas.

