La introducción de especies invasoras: un problema ambiental que crece sin control

Según un informe de National Geographic, la inserción intencionada de animales en España generó un impacto ecológico significativo, agravado por la falta de depredadores naturales

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Especies invasoras, como el arruí,
Especies invasoras, como el arruí, generan graves desequilibrios en ecosistemas españoles (Captura de video: YouTube)

La presencia de especies invasoras en España no siempre se debe a accidentes fortuitos. En muchos casos, estas especies fueron introducidas de manera intencionada con fines comerciales, cinegéticos o como mascotas exóticas.

Lo que en su momento fue una decisión impulsada por intereses económicos, terminó teniendo consecuencias ecológicas profundas, difíciles de revertir.

Este fenómeno no es exclusivo del territorio español. En países como Japón, Italia o Argentina, las especies invasoras también se convirtieron en un desafío para los ecosistemas.

Sin embargo, en el caso de España, el impacto se agrava por la falta de depredadores naturales, la fragmentación normativa entre comunidades autónomas y la alta adaptabilidad de muchas de estas especies.

¿Qué es una especie invasora?

Una especie invasora es aquella que, al introducirse en un nuevo ambiente, logra establecerse y expandirse rápidamente, afectando negativamente a las especies locales y alterando el equilibrio ecológico.

Estas especies son altamente competitivas, desplazan a la fauna y flora nativas, y pueden llevar a algunas al borde de la extinción.

La ausencia de depredadores o enfermedades que regulen sus poblaciones en su hábitat natural les permite crecer sin control. Este fenómeno explica su éxito como invasoras, pero también su impacto desproporcionado en los nuevos entornos.

De granjas peleteras a ríos y humedales

El coipú, un roedor sudamericano, fue introducido por la industria peletera y hoy prolifera en la provincia de Girona, especialmente en ríos como el Congost y el Tordera, donde encuentra un hábitat libre de depredadores.

La expansión del visón americano
La expansión del visón americano ha generado una grave amenaza al visón europeo meridional (REUTERS/Vasily Fedosenko)

Lo mismo ocurrió con el visón americano, cuya presencia comenzó tras su escape de granjas en el siglo pasado. Esta especie ha desplazado al visón europeo meridional, poniendo en riesgo su supervivencia.

Especies para caza que se volvieron invasoras

El arruí, un bóvido del norte de África, fue introducido en Murcia con fines cinegéticos. Actualmente representa una amenaza para varias plantas endémicas en peligro de extinción. El muflón y el gamo también han desplazado a especies autóctonas como el ciervo y el corzo.

Una situación similar se repite en Italia, los jabalíes introducidos para la caza también representan un problema ambiental y sanitario.

Italia enfrenta problemas ambientales por
Italia enfrenta problemas ambientales por la introducción de jabalíes para actividades cinegéticas (REUTERS/Remo Casilli)

El rol del abandono de mascotas

Además del comercio legal, el abandono de animales exóticos permitió que muchas especies terminen en libertad. En la Comunidad de Madrid, especies como la cotorra argentina o el mapache causan desequilibrios en los ecosistemas forestales.

“La mayoría de las especies invasoras viene por esta irresponsabilidad, tanto de venta como de compra, de animales que no deberían estar en las casas”, afirmó Silvia Díaz Lora, técnica del programa de especies de WWF.

También advirtió que el abandono responde, en parte, a la caída del valor económico de estos animales cuando pasan de moda.

En Tokio, Japón, las autoridades intensificaron sus esfuerzos para controlar la proliferación del mapache norteamericano, una especie introducida que se convirtió en una amenaza seria para la agricultura y la ganadería local.

Mapache norteamericano: una amenaza para
Mapache norteamericano: una amenaza para la biodiversidad y economía rural en Japón (AP)

En 2022, la situación alcanzó tal gravedad que se capturaron cerca de 1.300 ejemplares, y los daños ocasionados a cultivos y ganado superaron los USD 3 millones, según informó la agencia de noticias Kyodo News.

La expansión de esta especie invasora obligó a implementar medidas de control más estrictas para frenar su impacto económico y ambiental.

En Argentina, uno de los casos más notorios de impacto ambiental causado por especies invasoras es el del castor canadiense, introducido en Tierra del Fuego en 1946 con fines vinculados a la industria peletera.

Castores canadienses alteraron bosques nativos
Castores canadienses alteraron bosques nativos en Tierra del Fuego (Captura de video: YouTube)

En ausencia de depredadores naturales, esta especie se estableció con rapidez y su actividad provocó una devastación considerable en los bosques fueguinos.

La construcción de diques por parte de los castores alteró gravemente los cursos de agua y ocasionado la destrucción de extensas áreas de bosque nativo, afectando la biodiversidad y el equilibrio ecológico de la región.

El devastador impacto del picudo rojo

El picudo rojo es un escarabajo originario del sudeste asiático que afecta principalmente a las palmeras. Cada hembra puede poner hasta 400 huevos, con hasta tres generaciones al año.

El picudo rojo devasta palmeras
El picudo rojo devasta palmeras en varias regiones afectadas (Captura de video: YouTube - Bioimatge)

Las larvas crecen dentro del tronco, lo que hace difícil detectar los daños a tiempo. Los síntomas incluyen el secado de hojas, galerías en el tronco y, en fases avanzadas, la caída de la corona de la palmera.

En Entre Ríos, Argentina, el Senasa, junto con el Ministerio de Desarrollo Económico provincial y el INTA, implementó controles en zonas residenciales y rutas para frenar su avance.

El hongo quítrido: una amenaza microscópica

No todas las especies invasoras son visibles. El hongo quítrido, letal para los anfibios, fue vinculado con el declive de 500 especies en más de 60 países. En España, se detectó por primera vez en 1997 en el Parque Natural de Peñalara, tras analizar poblaciones de sapos parteros comunes.

Según Díaz Lora, “este hongo llegó a España por la experimentación con animales y por la adopción de mascotas”. Su erradicación es prácticamente imposible debido a la gran adaptabilidad de las especies portadoras.