Nuevas técnicas de reciclaje buscan reducir el impacto ambiental de la moda

La industria textil enfrenta críticas por su contribución a los residuos globales. The Washington Post difundió datos preocupantes y las innovadoras estrategias de recuperación que prometen cambiar el rumbo ambiental

Guardar
La moda rápida genera el
La moda rápida genera el 85% de los residuos textiles globales, según los datos compartidos por la Agencia de Protección Ambiental. La montaña de ropa descartable en Atacama (Chile) es un reflejo del problema (AFP)

En un mundo donde la moda rápida domina, los residuos textiles se convirtieron en una preocupación creciente, con demasiadas prendas terminando en vertederos o siendo incineradas. Este fenómeno es perjudicial para el medio ambiente y pone de manifiesto las limitaciones actuales en la tecnología de reciclaje textil. El medio The Washington Post informó sobre las dinámicas en la industria y las estrategias para tratar la problemática.

A medida que los investigadores exploran nuevas técnicas, desde la separación electrostática hasta el reciclaje químico, el desafío central sigue siendo cómo incrementar la tasa de reciclaje en un sector que, hasta ahora, logró reciclar menos del 1% de sus materiales en nuevas prendas.

Mezclas de algodón y poliéster
Mezclas de algodón y poliéster complican el proceso de reciclaje en la industria textil a nivel mundial (Andina)

Problemas del reciclaje textil internacional

El reciclaje textil enfrenta una serie de barreras complejas que dificultan su eficacia. La moda rápida, criticada por fomentar la compra de prendas de corta duración, contribuye significativamente a que billones de prendas se desechen anualmente.

Según Karen Pearson, presidente del consejo de sostenibilidad en el Fashion Institute of Technology, un gran desafío radica en la composición de las prendas: la mayoría está hecha de fibras mezcladas, lo que complica el proceso de reciclaje al requerir la separación y purificación de materiales para su reutilización efectiva. Además señaló que “esa mezcla de fibras complica la posibilidad de restaurar los textiles a un estado puro”, limitando las opciones de tratamiento y refabricación.

Motivos de una baja tasa en reciclaje textil

A pesar de la producción masiva de textiles, un alarmante 85% de estos terminan en residuos, de acuerdo con un informe reciente de la Agencia de Protección Ambiental (EPA). Un destacado reporte de la Fundación Ellen MacArthur identificó que menos del 1% de los materiales utilizados en la confección se reciclan en nuevas prendas.

Uno de los principales obstáculos es la falta de una infraestructura centralizada para la recogida y clasificación de textiles, explicó Amanda Forster, investigadora de materiales del Instituto Nacional de Normas y Tecnología (NIST). Esta tarea generalmente recae en organizaciones benéficas que enfrentan el difícil reto de tomar decisiones óptimas para cada prenda donada.

Las mezclas de fibras también presentan un reto considerable. Como indicó Abigail Clarke-Sather, profesora asociada de ingeniería industrial en la Universidad de Minnesota Duluth, muchas fábricas tienen estrictos requisitos técnicos para aceptar fibras recicladas. Esto se debe a que las fibras cortas y de baja pureza pueden impactar negativamente la calidad del producto final, limitando el mercado para fibras recicladas.

La técnica de separación electrostática
La técnica de separación electrostática mejora la clasificación de fibras, reduciendo costos ambientales (Imagen Ilustrativa Infobae)

Innovaciones en reciclaje de ropa

Para abordar estas problemáticas, los investigadores están desarrollando métodos innovadores que podrían revolucionar el reciclaje textil. Un avance significativo es el uso de la espectroscopía de infrarrojo cercano, que permite identificar tipos de fibras a través de patrones únicos que actúan como “huellas digitales”.

Este tipo de tecnología, apoyada por una base de datos reciente del Instituto Nacional de Normas y Tecnología (NIST), podría facilitar la clasificación rápida y eficiente de los materiales textiles en los centros de reciclaje, según el tipo de compuestos.

Otro método emergente es la separación electrostática, investigada por Katarina Goodge del NIST, que utiliza propiedades intrínsecas de las fibras para separarlas. Por ejemplo, al exponer fibras a un campo eléctrico, es posible separar las fibras de algodón cargadas positivamente de las de poliéster cargadas negativamente. Esta técnica podría integrarse en sistemas de reciclaje mecánico más tradicionales, que convierten tejidos en fibras.

De igual manera, el reciclaje mecánico plantea desafíos propios porque degrada las fibras, acortando su longitud y afectando el rendimiento material al producir problemas como el pilling (formación de “bolitas” de fibra). El proceso también requiere de energía y agua, lo que por sí mismo presenta un costo ambiental.

Alternativamente, el reciclaje químico y los procesos biológicos, aunque requieren recursos como agua y calor, ofrecen la posibilidad de generar materiales de calidad virgen, lo cual podría representar una mejora considerable sin los costos ambientales del cultivo tradicional del algodón.

Avances como la identificación de
Avances como la identificación de fibras por espectroscopía infrarroja podrían transformar el reciclaje (NIST)

Futuro del reciclaje textil

El desarrollo y aplicación de estas tecnologías es vital para crear un cambio significativo en la industria textil. Según Amber Härkönen de Circulose, a pesar de los costos ambientales asociados, el reciclaje de textiles (sea mecánico o químico) es preferible antes que la producción tradicional de materiales vírgenes. Sumado a que las enzimas naturales utilizadas podrían ofrecer un impacto ambiental considerablemente menor.

El futuro del reciclaje textil no solo depende de avances tecnológicos sino también de la aceptación y experimentación por parte de los molinos y fábricas textiles. “Existe una demanda por materiales reciclados y los consumidores quieren utilizar fibras recicladas y hacer lo correcto”, sentenció la especialista Clarke-Sather.

La continuación del desarrollo de técnicas de reciclaje, junto con la voluntad de la industria para adaptarse e innovar, serán factores determinantes para lograr un sistema textil más sostenible. Pese a que los desafíos del reciclaje textil son considerables, las técnicas pueden allanar el camino hacia una economía más circular y menos dependiente de recursos vírgenes.