
Una pequeña araña marrón con abdomen bulboso y patas cubiertas de plumas finas desafía lo que se conoce sobre la depredación entre arácnidos. La Uloborus plumipes no utiliza colmillos ni veneno inyectado como la mayoría de las arañas.
En cambio, recurre a una combinación de seda y toxinas digestivas para matar a sus presas, de acuerdo con un estudio publicado en la revista BMC Biology.
Un método de caza inusual: envoltura y secreciones tóxicas
Uloborus plumipes habita en plantas de interior y viveros de jardinería, y pasa desapercibida por su tamaño reducido y su comportamiento reservado. “Probablemente ni siquiera las notarías”, afirmó Giulia Zancolli, bióloga evolutiva de la Universidad de Lausana (Suiza). Con cuerpos delicados y patas delanteras plegadas hacia adelante, estas arañas pueden confundirse fácilmente con fragmentos de hojas secas.

El proceso de caza inicia cuando detectan una presa, como una mosca de la fruta. En lugar de atacar directamente, la araña teje una densa envoltura de seda alrededor del insecto, utilizando a veces cientos de metros de hilo.
Luego, libera fluidos tóxicos provenientes de su tracto digestivo (vómito), que penetran el cuerpo de la presa y la matan, sin necesidad de colmillos venenosos.
Zancolli explicó que estas arañas no son moderadas en la cantidad de toxinas que aplican: “La cubren generosamente”, detalló. La presa, completamente inmovilizada, muere antes de ser digerida externamente por estas secreciones letales.
Redescubrimiento científico de una observación olvidada
El interés por este comportamiento resurgió cuando Zancolli, al revisar literatura científica antigua, halló una referencia de 1931 que describía este mecanismo. “Pensé... ¿De qué estás hablando?”, recordó al encontrar el artículo. El dibujo hallado en ese documento constituía la única evidencia previa sobre este tipo de depredación.

Motivado por esta pista, el equipo de la Universidad de Lausana buscó ejemplares de Uloborus plumipes en tiendas de plantas y viveros. Allí documentaron visualmente el método de caza y confirmaron la descripción de hace más de 90 años. El artículo publicado en BMC Biology constituye la primera confirmación moderna y detallada de esta estrategia depredadora.
Anatomía y genética: diferencias con otras arañas
A diferencia de las arañas comunes, la Uloborus plumipes no posee glándulas venenosas ni conductos inyectores en sus colmillos. Estudios de anatomía revelaron que, donde otras especies tienen glándulas de veneno, esta presenta masas musculares. Estos músculos podrían estar involucrados en el impulso de los fluidos tóxicos.
Por otro lado, análisis genéticos detectaron en el tejido intestinal genes responsables de toxinas potentes, producidas en el intestino medio. Estas son las que la araña expulsa sobre su presa envuelta.

El equipo evaluó la efectividad de estas toxinas aplicándolas a moscas de la fruta. Los resultados mostraron que su letalidad es comparable al veneno de arañas domésticas comunes. La aplicación externa de estas secreciones resultó suficiente para matar a las presas rápidamente.
Este hallazgo demuestra que, pese a no contar con un sistema de inyección, la Uloborus plumipes logra un nivel de eficacia similar mediante su método alternativo. La cantidad y potencia de las toxinas aplicadas aseguran una caza exitosa.
Relevancia evolutiva y científica del descubrimiento
Zancolli destacó la importancia de revisar la literatura olvidada y de observar especies menos estudiadas. Con cuerpos discretos y camuflaje eficaz, estas arañas escapan a la atención humana. Su forma de plegar las patas delanteras facilita su mimetismo con el entorno vegetal.

Además de ampliar el conocimiento sobre estrategias de depredación, el estudio invita a reconsiderar la definición de veneno en biología. El hallazgo demuestra que existen métodos alternativos igualmente letales, incluso en especies aparentemente comunes.
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