
En el debate contemporáneo sobre las dinámicas generacionales, se destacó ampliamente la difícil posición de los millennials y la constante adaptación de la Generación Z en un mundo digital. Sin embargo, un sector que pasó más desapercibido en muchas conversaciones es la Generación X, constituida por individuos nacidos entre 1965 y 1980.
Esta generación se encuentra en un punto crítico de su ciclo vital, enfrentando desafíos únicos que otras generaciones observan con menos intensidad, según analizó el medio The Economist con perspectivas especializadas.
Mientras que los millennials (1981-1996) a menudo lamentan las dificultades para adquirir propiedades, y los baby-boomers (1946-1964) se preocupan por la inestabilidad de sus jubilaciones, los “Gen Xers”, inmersos en la base de estos dilemas, experimentan una presión que pocas veces es reconocida.

La invisibilidad de una generación
Culturalmente, la Generación X fue pasada por alto en comparación con sus contrapartes generacionales. Una búsqueda simple en Google revela que el interés mundial por esta cohorte es significativamente menor que el dedicado a millennials o baby-boomers.
Producciones de libros y podcasts que se enfocan en experiencias generacionales a menudo ignoran al grupo. Además, estas personas muestran una falta de autoidentificación con su propia etiqueta generacional.
Aparte del libro Generation X: Tales for an Accelerated Culture de Douglas Coupland, que popularizó el término en 1991, pocos textos exploran en profundidad las experiencias y los retos propios de este grupo.
Dificultades reales de los “Gen X”
La naturaleza esquiva de la generación no solo se limita al ámbito cultural; sus miembros realmente enfrentan desafíos demoledores. Según una encuesta llevada a cabo por Ipsos en 30 países, un alarmante 31% de los “Gen Xers” se describe a sí mismo como “no muy feliz” o “nada feliz,” superando las tasas de otras generaciones.
Este sentimiento de malestar se refleja en la teoría del “U-bend of life”, que sostiene que las personas experimentan más felicidad en su juventud y vejez, pero sufren descontento en la mediana edad. Para el grupo analizado, este período coincide con la presión adicional de cuidar no solo de sus hijos, sino también de sus padres envejecidos.
En Estados Unidos, destinan aproximadamente el 5% de sus gastos a la doble responsabilidad, comparado con solo el 2% que destinan los boomers. En países como Italia y España, una proporción creciente de jóvenes adultos vive con sus padres, muchos de los cuales pertenecen a la Generación X.

Las desigualdades económicas
El panorama económico tampoco fue benevolente para la Generación X. Aunque sus ingresos reales, ajustados por inflación, son mejores que los de generaciones anteriores, la ganancia es módica.
Kevin Corinth del American Enterprise Institute y Jeff Larrimore de la Reserva Federal, señalaron que entre los 36 y los 40 años, los ingresos reales de los hogares eran apenas un 16% más altos que los de la generación anterior en la misma edad, representando la mejora más baja registrada.
Asimismo, el lento progreso está vinculado a la actitud laboral de muchos “Gen Xers”, que priorizan el equilibrio entre trabajo y vida personal, alejándose de ser meros “drones corporativos”, un concepto arraigado en películas icónicas de los 90´ como “Matrix” y “El club de la pelea”, donde los personajes centrales desafían las restricciones de un estilo de vida monótono.
Acumulación de riqueza
Por desgracia para esta generación, las oportunidades para acumular riqueza también fueron limitadas. Durante la década de 1980, cuando los boomers estaban en sus 30 años aproximadamente, el mercado de valores experimentó un crecimiento notable, duplicando su valor.
Los millennials, ahora también en sus 30, disfrutaron de sólidas ganancias en los mercados recientes. Sin embargo, a principio de los años 2000, cuando los pertenecientes la Generación X buscaban capitalizar sus inversiones, los mercados financieros globales retrocedieron en medio de la implosión de la burbuja del dotcom y su posterior crisis financiera.

Dificultades con la propiedad de vivienda
El sueño de la vivienda propia, considerado un bastión del éxito intergeneracional, es un campo de batalla desigual para este sector etario. La narrativa popular sugiere que los millennials son quienes más sufren el fenómeno del “alquiler eterno”, pero en realidad, fue durante la transición de los boomers a Gen X cuando se observó un marcado declive en las tasas de propiedad.
En sus 30 y 40 años, cuando muchos buscan adquirir una casa, la Generación X se enfrentó a un mercado inmobiliario desfavorable agravado por la crisis financiera de 2007-09. Victoria Gregory de la sucursal de St Louis de la Reserva Federal, documentó que la probabilidad de propiedad para los X en esta coyuntura se asemeja a la de los millennials actuales.
Los legados de adversidad económica y dinámica familiar compleja que enfrenta el grupo no parecen ceder. En la estructura demográfica actual, estas experiencias en gran medida no documentadas resaltan la necesidad de reconocer y abordar a una generación invisible.
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