
El cuidado adecuado de frazadas, mantas y acolchados es fundamental para preservar su calidad y prolongar su vida útil, especialmente cuando llega el momento de guardarlos al final de la temporada.
Aunque puede parecer una tarea sencilla, lavar estos productos de manera incorrecta puede dañarlos, afectando tanto su textura como su apariencia.
Ya sea que se elija el lavado en lavarropas o a mano, explica Cleanipedia,cada tipo de material requiere un tratamiento específico para mantener sus propiedades intactas y garantizar que sigan brindando confort y calidez en los próximos inviernos.
Cómo lavar en lavarropas frazadas, mantas y acolchados
Lavar frazadas, mantas y acolchados en el lavarropas es una opción rápida y conveniente, pero es fundamental seguir ciertos pasos para asegurarse de que no se deterioren ni dañen el aparato.
1) Revisión del tamaño de la prenda
Antes de proceder con el lavado en el lavarropas, es importante verificar que el tamaño de la prenda sea adecuado para la máquina.
Si la manta o acolchado es excesivamente grande, lo más conveniente es optar por el lavado a mano para evitar daños en el equipo.
2) Preparación de la prenda
Sacudir bien la frazada, manta o acolchado para eliminar el polvo y las pelusas. Este paso es esencial para asegurar que el lavado sea más efectivo.
3) Selección del ciclo adecuado
Es recomendable seleccionar un ciclo suave, con agua fría, y usar un detergente suave. Evitar el uso de suavizantes que puedan alterar la calidad de las fibras y afecten la textura original de la prenda.

4) Cargar la lavadora correctamente
Colocar la prenda de forma aislada en el tambor del lavarropas para prevenir fricciones con otras prendas que podrían dañar su estructura o causar pilling.
También es importante que la prenda esté distribuida de manera uniforme en el tambor para evitar movimientos bruscos durante el lavado.
5) Secado adecuado
Una vez finalizado el lavado, es fundamental retirar la prenda del lavarropas sin demorar demasiado tiempo. Es recomendable colgar la manta o frazada en un lugar ventilado, preferentemente a la sombra, ya que la exposición directa al sol puede afectar el color y la integridad de las fibras.
Cómo lavar a mano frazadas, mantas y acolchados
El lavado a mano puede ser la opción más segura para ciertos materiales, especialmente para las mantas de lana o acolchados delicados.
1) Sacudir y cepillar
Antes de proceder al lavado, se recomienda sacudir la frazada para eliminar el polvo y las pelusas. Si es necesario, se puede utilizar un cepillo ligeramente humedecido con agua y jabón para limpiar las áreas más sucias, especialmente los bordes, que suelen estar en contacto con el suelo.
2) Llenar la bañera
Se debe llenar una bañera con agua tibia, idealmente a una temperatura de aproximadamente 30°C, y añadir una pequeña cantidad de detergente suave. Para frazadas de lana, es aconsejable utilizar productos especializados en lavado a mano.
3) Remojo y frotado
Una vez sumergida la frazada en el agua, es recomendable moverla con las manos para asegurar que el jabón se disuelva adecuadamente.
Se debe dejar en remojo durante 30 a 40 minutos y, posteriormente, frotar las zonas más sucias con las manos o un cepillo suave.

4) Enjuagar
Después del tiempo de remojo, es importante enjuagar cuidadosamente la frazada con agua fría para eliminar cualquier residuo de detergente. Es fundamental que no queden restos de jabón, ya que estos pueden dañar las fibras.
5) Secado
La frazada debe ser extendida sobre un tendedero en posición horizontal para permitir un secado uniforme. Es recomendable evitar la exposición directa al sol, ya que este puede provocar que los colores se desvanezcan. El tiempo de secado puede superar las 12 horas debido al grosor de las frazadas.
Cada cuánto tiempo se recomienda lavar los abrigos de invierno
Los abrigos de invierno, al igual que las frazadas y mantas, requieren un cuidado adecuado para mantenerse en buen estado.
1 ) Frazadas y mantas
Es recomendable lavar las frazadas al menos cada 20 días para eliminar ácaros y bacterias que pueden acumularse con el uso.
Este cuidado es fundamental para preservar la salud y la higiene, especialmente en personas alérgicas al polvo o a los ácaros.

2) Acolchados y abrigos
Los acolchados y abrigos deben lavarse al final de la temporada de invierno, antes de ser guardados para el siguiente año.
Este procedimiento garantiza que estén limpios y frescos al momento de su almacenamiento. En caso de que el abrigo o acolchado se ensucie durante la temporada, debe lavarse conforme a las instrucciones de la etiqueta.
3) Almacenaje de invierno
Al guardar las frazadas y abrigos fuera de temporada, es crucial que estén completamente secos antes de ser almacenados.
Para preservar su frescura, se recomienda el uso de bolsas al vacío o contenedores herméticos, además de añadir bolsitas de lavanda para prevenir la presencia de polillas.
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