Cómo identificar la felicidad en un niño: las claves emocionales y la influencia de los padres

Aquellos que logran gestionar sus sentimientos, explorar su mundo con interés y superar la frustración suelen experimentar una mayor estabilidad emocional, lo que favorece un bienestar duradero

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Según expertos, la verdadera felicidad
Según expertos, la verdadera felicidad infantil se basa en su capacidad para gestionar las emociones y afrontar frustraciones (Imagen Ilustrativa Infobae)

La felicidad infantil es un concepto complejo y multifacético, que no puede reducirse simplemente a momentos de risa o alegría efímera.

Para comprender realmente si un niño es feliz, es necesario analizar diversos factores emocionales, sociales y psicológicos.

Katia Giménez Molins, psicóloga y directora del Centro de Psicología Montjuic en Barcelona, explicó en diálogo con Men´s Health que la felicidad infantil no debe entenderse solo como una sucesión de momentos alegres, sino como un proceso integral que involucra la autoestima, la gestión emocional y la seguridad en el entorno.

La experta señala que uno de los principales indicadores de un niño feliz es su capacidad para expresar sus emociones de manera natural, sin miedo a ser juzgado.

Cuando un niño se siente libre de mostrar lo que siente, ya sea alegría, tristeza o frustración, y sabe que los adultos a su alrededor apoyarán esa expresión emocional de manera positiva, esto refleja un bienestar emocional profundo.

Un niño que mantiene vínculos
Un niño que mantiene vínculos afectivos seguros tiene más probabilidades de desarrollar una personalidad equilibrada (Imagen Ilustrativa Infobae)

Este tipo de comportamiento solo es posible si los padres, en su rol de modelos, muestran un manejo adecuado de sus propias emociones, lo que permite que los niños aprendan a aceptar y regular sus propios sentimientos sin reprimirse.

Además, un niño feliz generalmente muestra un interés constante por su entorno. La curiosidad es otro factor crucial en el desarrollo emocional.

Los niños que hacen preguntas, experimentan y disfrutan aprendiendo sobre el mundo que los rodea están desarrollando una base emocional sólida.

Este comportamiento está estrechamente ligado a un ambiente que favorece la exploración y el descubrimiento, algo que, de acuerdo con los estudios, es esencial para el bienestar infantil.

Otro signo de felicidad en los niños es su capacidad para mantener vínculos afectivos positivos. La psicología infantil ha demostrado que el apego seguro es fundamental para el bienestar emocional.

Los niños que sienten que su entorno familiar y social es seguro, y que tienen relaciones afectivas saludables, son más propensos a desarrollar una personalidad equilibrada.

Por otro lado, el juego es otra de las claves para evaluar la felicidad infantil. Ya sea en solitario o en compañía, es una de las formas más puras de disfrutar la vida.

El juego entre los niños
El juego entre los niños trae beneficios para su salud mental (Imagen Ilustrativa Infobae)

Los niños que disfrutan de estas actividades, que se sienten cómodos en ambientes creativos y de fantasía, suelen estar emocionalmente equilibrados.

De acuerdo con los estudios, este tipo de interacción lúdica favorece la estabilidad emocional, permitiendo que el niño exprese sus sentimientos, aprenda a resolver problemas y se sienta capaz de manejar sus emociones en un contexto de seguridad.

Un niño feliz también es aquel que sabe manejar la frustración y se adapta bien a los desafíos. La psicología moderna ha dejado claro que la felicidad no implica ausencia de frustraciones, sino la capacidad de enfrentarlas y aprender de ellas.

Un niño que experimenta frustración, pero que sabe cómo gestionarla, desarrollará resiliencia, una habilidad emocional clave para la vida adulta.

Aquí, los padres juegan un papel crucial al actuar como modelos en cómo lidiar con las emociones difíciles sin invalidar los sentimientos del niño.

Cuando se experimentan momentos de
Cuando se experimentan momentos de tristeza o frustración, es crucial no intentar “arreglar” la emoción de inmediato (Imagen ilustrativa Infobae)

Según la psicóloga Giménez Molins, decirle a un niño “no llores, es una tontería” o “si no sabes perder, no jugarás más” no ayuda a fomentar la resiliencia, sino que contribuye a la represión emocional.

En cambio, reconocer y acompañar al niño en sus emociones de frustración ayuda a fortalecer su capacidad para tolerar y superar las adversidades.

Por otro lado, el descanso y la alimentación equilibrada son otros factores importantes en el bienestar emocional de los niños. Al igual que en los adultos, las rutinas saludables de sueño y alimentación son fundamentales para el desarrollo adecuado.

Un niño que duerme lo suficiente y sigue hábitos alimenticios adecuados generalmente tendrá un estado emocional más equilibrado, lo que refuerza su capacidad para afrontar el día a día de manera positiva.

Un artículo de Business Insider destaca que, aunque existen diversos factores que pueden influir en la felicidad de los niños, las investigaciones apuntan a que los niños que se sienten emocionalmente conectados con sus padres y que perciben que sus necesidades emocionales son atendidas, tienden a desarrollar una mayor capacidad para enfrentar los retos de la vida.

amor, contención, paternidad, abrazo, cariño
amor, contención, paternidad, abrazo, cariño (Imagen Ilustrativa Infobae)

De hecho, un estudio que se publicó en la revista The Journal of Positive Psychology en 2011, mostró que los niños con actitudes positivas son más sociales y están más comprometidos con su entorno, lo que es un indicio claro de bienestar emocional.

Por otro lado, según un estudio realizado por el profesor de física, de la Universidad de Briston, Russ Jago, y publicado en la revista BMC Public Health, la actividad física también juega un papel fundamental en la felicidad infantil.

La actividad física es clave
La actividad física es clave para el desarrollo emocional y físico, especialmente en los primeros años (Imagen Ilustrativa Infobae)

En una sociedad cada vez más sedentaria, las investigaciones subrayan la relación directa entre padres activos físicamente y niños que practican ejercicio regularmente.

La actividad física tiene un impacto directo en su bienestar emocional, lo que puede favorecer su desarrollo de una manera integral.

Según los datos proporcionados por BMC Public Health, los niños que tienen la oportunidad de estar activos físicamente y de disfrutar de actividades al aire libre tienden a ser más felices y menos propensos a sufrir de estrés o problemas emocionales.

El ejercicio regular favorece la
El ejercicio regular favorece la autoestima y la capacidad para manejar el estrés (Imagen Ilustrativa Infobae)

Por otro lado, la noción de que un niño debe estar feliz todo el tiempo es una idea errónea que los padres deben desaprender.

Con un enfoque equilibrado que permita tanto la expresión de emociones positivas como negativas, los niños pueden crecer para convertirse en adultos emocionalmente saludables y resilientes.