Por qué el Wi-Fi en aviones aún no es tan bueno como en tierra

Las principales aerolíneas apuestan por la conectividad satelital para ofrecer internet confiable en sus flotas. The Atlantic informó que la implementación enfrenta desafíos regulatorios y de infraestructura que postergan la promesa de una mejor experiencia digital

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La brecha entre la promesa
La brecha entre la promesa de Wi-Fi gratuito y estable en aviones, en comparación con la experiencia real persiste hace años (Imagen Ilustrativa Infobae)

En la era de la hiperconectividad, la exigencia de acceso a internet se volvió tan indispensable como elegir el asiento junto a la ventana en un avión. Viajar sin Wi-Fi resulta, para muchos pasajeros actuales, tan desconcertante como volar sin cinturón de seguridad. Sin embargo, a pesar de los avances tecnológicos y las promesas de empresas líderes, la experiencia de conectividad a bordo dista mucho de la que se disfruta en tierra firme.

Asimismo, el acceso estable a la red se transformó en una necesidad fundamental tanto para viajes de trabajo como de ocio. El medio The Atlantic informó sobre esta tendencia con opiniones especializadas, dado que el Wi-Fi en los aviones sigue enfrentando obstáculos técnicos y comerciales que impiden su universalidad.

La pandemia y el auge
La pandemia y el auge digital elevaron las expectativas de los pasajeros sobre el acceso a internet en vuelo (Freepik)

Expectativas vs. realidad: la experiencia digital a bordo

Las grandes aerolíneas anuncian frecuentemente la llegada inminente de Wi-Fi gratuito y estable en toda su flota.

Pese a las promesas, millones de pasajeros siguen topándose con una realidad por debajo de lo ideal; conexiones irregulares, lentitud, interrupciones y, en muchas ocasiones, sistemas fuera de servicio. “El Wi-Fi se convirtió en eso para nosotros. Más importante que los horarios de vuelo y los aeropuertos”, explicó Joseph Eddy, director de entretenimiento y conectividad a bordo de Delta Air Lines.

La calidad del servicio a bordo continúa siendo una incógnita para quienes emprenden cada viaje, lo que frustra tanto a los que esperan trabajar como aquellos que anhelan mantenerse comunicados y entretenidos durante el vuelo.

Las aerolíneas priorizan la instalación
Las aerolíneas priorizan la instalación de Wi-Fi satelital en aviones de mayor capacidad y rutas largas (REUTERS)

Evolución tecnológica: de los primeros intentos a la era satelital

La historia de la conectividad aérea comienza mucho antes del actual reclamo digital. Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, los pasajeros se acostumbraron a los teléfonos Airfone, un sistema aire-tierra costoso y poco eficiente, que fue el punto de partida hacia el internet a bordo.

Más adelante, compañías como Gogo Inflight intentaron acercar Wi-Fi a los aviones, pero dependían de la visibilidad con estaciones terrestres, limitación que dificultaba cobertura y calidad, especialmente por debajo de los 3.000 metros.

Mientras que la llegada de la tecnología satelital desde 2013 supuso un avance fundamental. JetBlue fue pionera al ofrecer Wi-Fi gratuito a bordo gracias al uso de satélites, lo que permitió mayor velocidad, fiabilidad e incluso acceso sobre el mar y en condiciones meteorológicas adversas. Aunque, esta transición sigue lejos de completarse.

Obsesión por la conectividad en los pasajeros

El valor de la conexión a bordo se disparó tras la pandemia de COVID-19, cuando la digitalización se consolidó en la vida cotidiana. Herramientas como Zoom y Slack se volvieron imprescindibles. Al volver a viajar, los pasajeros ya no vieron el internet como un extra, sino como una expectativa básica.

Heather Garboden, directora de atención al cliente de American Airlines, explicó en The Atlantic que cerca del 26% de sus clientes pertenece a la generación Z o más jóvenes, un segmento que da por sentado estar conectados en cualquier parte.

La evolución del entretenimiento también eleva el listón. American ofrece películas y series en dispositivos personales, mientras que en Delta el 20% de los usuarios de Wi-Fi conecta más de un aparato a la vez. El acceso, la calidad y la continuidad de la red afectan directamente en la satisfacción del viajero.

La pandemia y el crecimiento
La pandemia y el crecimiento digital de algunos grupos de personas, elevaron las expectativas de los pasajeros sobre el acceso a internet en vuelo (Imagen Ilustrativa Infobae)

Desafíos técnicos, económicos y regulatorios

A pesar de la presión tecnológica y comercial, la migración hacia una conectividad satelital universal tropieza con retos complejos. Equipar cada modelo de avión con antenas y sistemas actualizados exige inversiones elevadas, largas certificaciones y diversas adecuaciones técnicas según el diseño de la aeronave.

Ciertos modelos de aeronaves, como el Boeing 717 o los Bombardier CRJ, presentan desafíos extras por la ubicación de los motores y requisitos de seguridad adicionales, según pudo explicar Joseph Eddy.

Por el momento, las aerolíneas priorizan sus aviones de mayor capacidad y rutas de largo recorrido para las actualizaciones satelitales, ya que concentran la demanda de clientes corporativos o internacionales. Los jets regionales, en cambio, se mantienen muchas veces con sistemas obsoletos aire-tierra, lo que se traduce en una experiencia más deficiente para quienes vuelan distancias cortas.

Un futuro prometido y todavía lejano

Las aerolíneas responden a la expectativa anunciando plazos y mejoras. Como refrentes del sector, Delta y American Airlines proyectan la cobertura total de Wi-Fi gratuito y estable para 2026. Sin embargo, hasta que toda la flota esté equipada y la cobertura garantizada, la desconexión seguirá siendo parte del vuelo para muchos pasajeros.

En comparación, sectores como la hotelería enseñan que la competencia puede acelerar el desarrollo tecnológico. Las aerolíneas admiten que el Wi-Fi dejó de ser un lujo para convertirse en tan fundamental como el asiento asignado.

La conectividad aérea aún no
La conectividad aérea aún no iguala la fiabilidad del internet en tierra, pese a las inversiones y avances (Freepik)

A pesar del compromiso creciente y las inversiones en marcha, la conectividad aérea sigue alejada de la experiencia en tierra. El horizonte señala 2026 como la fecha en que empresas líderes alcanzarán la cobertura prometida.

De igual manera, hasta que conectarse en pleno vuelo deje de ser un golpe de suerte y pase a ser una certeza, la promesa de internet confiable en los cielos seguirá suspendida como una meta aún por materializar.