Cómo saber que mi celular es resistente al agua

La resistencia al agua en móviles es una característica que ha pasado de ser exclusiva de modelos especializados a estar presente en una parte importante del mercado de celulares actual. Esta función representa una solución ideal a situaciones cotidianas como los riesgos de caída en el baño, salpicaduras o viajes a la playa. Aunque no todos los teléfonos tienen el mismo nivel de protección.

Para saber realmente si un teléfono móvil soporta el contacto con el agua, existe una metodología clara: la certificación IP y vamos a explicarla en detalle.

La certificación Ingress Protection (IP) es un estándar internacional que describe el grado de defensa de los dispositivos ante sólidos y líquidos. Es supervisada por la Comisión Electrotécnica Internacional y aparece siempre representada por las letras “IP” seguidas de dos números.

El primero se refiere a la protección frente al polvo y otros sólidos. El segundo informa sobre el nivel de defensa contra líquidos, especialmente agua.

Quien busca saber si su dispositivo aguanta el contacto con el agua debe consultar esta calificación, presente en el sitio oficial del fabricante, en la caja del móvil o en el manual de usuario. La ausencia de esta información significa que el equipo no fue confeccionado para resistir el agua más allá de potenciales pequeñas salpicaduras.

Resulta importante recalcar que la certificación IP no solo protege a teléfonos inteligentes, sino que se aplica también en tablets, relojes inteligentes y otros dispositivos electrónicos portátiles.

El código IP varía entre diferentes combinaciones numéricas y cada una representa un nivel específico. Revisar correctamente su significado es esencial:

Primer número (protección ante sólidos y polvo):

• 0: sin protección ante sólidos.
• 1: protección ante cuerpos sólidos de más de 50 mm de diámetro.
• 2: defensa ante cuerpos sólidos mayores a 12 mm.
• 3: resguardo ante partículas de más de 2,5 mm.
• 4: protección ante sólidos de más de 1 mm.
• 5: defensa parcial ante el polvo (ingreso limitado permitido, pero sin afectar el funcionamiento).
• 6: protección total ante el polvo (impide el ingreso de cualquier partícula sólida).

Segundo número (protección ante líquidos):

• 0: ausencia de protección frente a líquidos.
• 1: protección ante el goteo vertical de agua, ideal ante lluvias leves.
• 2: resguardo ante goteo tipo cortina con el dispositivo inclinado hasta 15 grados.
• 3: protección ante agua pulverizada en un ángulo de hasta 60 grados, aplicada a un promedio de 11 litros por minuto.
• 4: defensa ante salpicaduras de agua desde cualquier ángulo, a razón de casi 10 litros por minuto.
• 5: resistencia frente a chorros de agua a presión desde cualquier ángulo, unos 12,5 litros por minuto.
• 6: defensa ante chorros potentes de agua (unos 100 litros por minuto), desde cualquier ángulo.
• 7: protección temporal ante inmersión en agua —por ejemplo, caídas accidentales a piscinas—, por hasta 30 minutos bajo un metro de profundidad.
• 8: resistencia ante inmersiones prolongadas, con una profundidad y tiempo definidos por el fabricante (habitualmente hasta 3 metros y más de 30 minutos).
• 9K: defensa ante chorros de agua a alta presión y temperatura (80°C).

Un móvil con IP68, por ejemplo, puede resistir totalmente el polvo y sumergirse en agua durante 30 minutos y hasta 1,5 metros de profundidad, según las condiciones más comunes especificadas por los fabricantes.

Pese a sus ventajas, la clasificación IP responde solo a pruebas bajo condiciones controladas. Estas pruebas suelen realizarse en agua dulce y en ambientes de temperatura constante.

Si el usuario expone el móvil al agua salada del mar, la sal incrustada puede provocar daños irreversibles al corroer los componentes. Productos químicos en piscinas, como el cloro, dañan sellos internos y reducen la vida útil del dispositivo. Agua caliente y vapor, frecuentes en baños o cerca de duchas, pueden generar condensación y llevar humedad a zonas internas sensibles.

Incluso en los modelos con la máxima certificación, la protección no es indefinida ni exime al usuario de riesgos. El uso cotidiano puede ir degradando poco a poco los sellados, disminuyendo la estanqueidad original.

Cuando el dispositivo cuente con certificación IP, conviene igual tomar ciertas precauciones para prolongar la vida útil del equipo. Es fundamental asegurarse de que todas las tapas de puertos estén bien cerradas antes de cualquier contacto con el agua. Tras mojarse, el teléfono necesita secarse completamente antes de ponerlo a cargar o conectarlo a cualquier otro aparato.

Para actividades bajo el agua, como fotografía o grabación, lo más seguro es optar por fundas impermeables diseñadas especialmente para móviles. Esta prevención extra es particularmente importante en playas o piscinas, donde el agua salada o el cloro pueden sortear la protección IP.

Una advertencia para quienes confían plenamente en la protección IP: la mayoría de fabricantes excluye explícitamente los daños por líquido de la garantía. Si el celular sufre una avería tras mojarse, lo más probable es que el arreglo no se cubra oficialmente y deba asumirse el gasto. La mejor protección siempre será la prevención y el empleo de accesorios adicionales en situaciones de riesgo.