
Durante la primavera, miles de personas en la Ciudad de Buenos Aires experimentan alergias respiratorias que se intensifican en septiembre debido al aumento de polen en el ambiente.
El plátano de sombra figura entre los principales responsables de estas reacciones en la ciudad.
Las manifestaciones más frecuentes incluyen rinitis o rinoconjuntivitis, caracterizadas por estornudos repetidos, congestión nasal, lagrimeo y enrojecimiento ocular. En situaciones más severas, la inflamación puede alcanzar los bronquios, provocando tos persistente, silbidos al respirar y broncoespasmo.

El plátano de sombra (Platanus hispánica, también conocido como Acerifolia o Platanus hibrida) es una especie resistente y de crecimiento rápido que puede alcanzar entre 30 y 40 metros de altura.
Gracias a su capacidad para tolerar la contaminación urbana y los cambios de temperatura, así como a sus grandes copas y hojas palmáceas que proporcionan sombra durante muchos meses, este árbol requiere poca agua y se ha convertido en una de las especies más utilizadas para ornamentar plazas, bulevares y paseos en la ciudad de Buenos Aires.
A pesar de compartir nombre, el plátano de sombra no guarda relación con la fruta conocida como plátano o banana.
Irrigación y alergia, como síntomas frecuentes

Diego Fernández Romero, jefe del Servicio de Alergia e Inmunología del Hospital Británico, explicó a Infobae que el árbol del plátano tiene una estructura que es la infrutescencia del árbol, “o típica bolita que está formada por las semillas con un penacho, como unos pelos y eso se libera al aire y el viento lo esparce”. En definitiva es la semilla del árbol, lo que va a hacer que nazca un nuevo árbol en el futuro.
“La semilla tiene unos pelitos que vuelan en el aire cuando el viento la desparrama. Si entra en la vía respiratoria o se pone en contacto con la vía respiratoria o con la conjuntiva del ojo, lo irrita. El polen, que aparece en septiembre, es lo que el árbol usa para formar la semilla. Ese polvito amarillo o polen, casi imperceptible que está en el aire en septiembre es el que da alergia”, sostuvo el experto
Y aclaró que mientras la pelusa causa irritación por una acción mecánica sobre las mucosas o la conjuntiva, el polen afecta solamente a las personas que tienen alergia y da una irritación alérgica que es mucho más sintomática, mucho más agresiva que la que causa la pelusa.

La doctora Patricia Portillo Mazal, otorrinolaringóloga del servicio de Otorrinolaringología del Hospital Italiano, explicó a Infobae que los plátanos son árboles frecuentes de ver en Buenos Aires y en otras grandes ciudades, por su capacidad de tolerar las condiciones adversas de la gran ciudad, porque da sombra y además absorbe parcialmente la polución.
“Ahora, en primavera, estos árboles son un problema para muchas personas, ya que en su polen tiene partículas con gran poder alergénico. Eso significa que en las personas que son alérgicas a este árbol, produce muchos síntomas, entre los cuales puede estar los estornudos, la picazón de nariz, la picazón de ojos, mocos, broncoespasmos”, precisó Portillo Mazal.
Y aclaró: “No en todos, pero sí en un gran porcentaje de la población que es alérgica a estas partículas. Inclusive, la polución hace que todos seamos un poquito más sensibles o propensos a diversas partículas de este estilo. Por otro lado, el plátano tiene algunas partículas volátiles orgánicas que pueden producir una leve irritación en personas no alérgicas. No es tan fuerte como le ocurre a los alérgicos, pero puede producir algo de picazón en los ojos o algo de picazón en la nariz”.
Cómo es el árbol del plátano

El plátano llegó a la ciudad durante la presidencia de Domingo F. Sarmiento, entre 1868 y 1874, y desde entonces se ha transformado en un verdadero pulmón urbano, ya que da oxígeno y contribuye a reducir el dióxido de carbono. El plátano de sombra se distingue por su robustez y longevidad. Su tronco recto y corteza clara se combina con una copa amplia que brinda sombra en espacios urbanos.
Las hojas son grandes, palmadas, y permanecen verdes durante muchos meses. Esto lo convierte en un árbol ideal para calles, avenidas y parques, ya que requiere poco mantenimiento y resiste tanto la contaminación como los cambios de clima.
El sistema radicular profundo le permite absorber agua incluso en condiciones secas, mientras que su porte alto lo hace visible desde lejos y un referente estético en la ciudad. Estas características, junto con su capacidad de generar sombra y oxígeno, explican por qué se ha transformado en un árbol emblemático de Buenos Aires. Su presencia masiva, sin embargo, tiene un efecto secundario: la liberación de polen que provoca alergias respiratorias en primavera.
Cuándo florece el plátano
La polinización del plátano ocurre principalmente entre septiembre y noviembre, aunque las fechas pueden variar ligeramente de un año a otro y se ven afectadas por el cambio climático.
La doctora Stella Maris Cuevas, especialista en otorrinolaringología y alergias, señaló que la caída de pólenes de los árboles es un fenómeno habitual durante estos meses, especialmente en días ventosos. De acuerdo con los calendarios polínicos, el período de polinización se extiende desde septiembre hasta noviembre o diciembre, lo que incrementa la presencia de pólenes en el ambiente.
El polen del plátano es extremadamente liviano, lo que le permite flotar en el aire y ser transportado por el viento hasta 30 kilómetros. Por eso, incluso personas que no viven cerca de avenidas o plazas con plátanos pueden verse afectadas. La lluvia, en cambio, disminuye la carga polínica al limpiar la atmósfera, y los días húmedos suelen ser menos problemáticos para los alérgicos.
El plátano presente en CABA
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, los plátanos se encuentran distribuidos en plazas, avenidas y bulevares, formando un paisaje característico y verde.
Según el último censo de arbolado del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, finalizado en 2018, en territorio porteño hay 431.326 ejemplares, de los cuales 70.000 son plátanos. Su sombra y su longevidad lo han hecho popular entre urbanistas y vecinos, pero también ha generado debates debido al impacto en la salud respiratoria de la población sensible.
Las “lluvias polínicas” de primavera generan molestias significativas, especialmente en días ventosos cuando los granos de polen se dispersan con facilidad. La combinación de alta densidad de plátanos y condiciones climáticas favorables a la dispersión del polen explica por qué la ciudad registra tantos casos de rinitis y rinoconjuntivitis estacional en septiembre y octubre.
¿Por qué le genera alergia a algunas personas?

La alergia al plátano se debe principalmente a su polen. Cuevas explica que “los pólenes se ponen en contacto con las mucosas respiratorias de las personas que tienen una carga genética (personas susceptibles) y aparecen así la rinitis o rinoconjuntivitis alérgica, con estornudos en salva, congestión (obstrucción nasal, falta o disminución del olfato, presencia de moco, picazón de nariz), enrojecimiento de ojos.
Y en algunos pacientes, puede aparecer broncoconstricción, fatiga, opresión, y sensación de sed de aire”.
Para que un polen provoque alergia, deben cumplirse ciertos requisitos: ser transportado por el viento, ser sensibilizante para el individuo, que la especie esté ampliamente difundida y que el peso molecular del polen sea liviano, lo que facilita su transporte. En días lluviosos, la carga polínica disminuye y los síntomas suelen aliviarse.
Además del polen, la pelusa que suelta el fruto del plátano puede irritar ojos y vías respiratorias, aunque esta no constituye una alergia en sí misma y afecta a todas las personas por igual. La sensibilidad al polen, por el contrario, depende de la predisposición genética y de la exposición previa a otros pólenes, como gramíneas, olivo o malezas.
¿Qué se puede hacer para tratar las alergias respiratorias de primavera?

La prevención es clave para minimizar los síntomas. Los especialistas suelen recomendar medicación preventiva, que puede incluir antihistamínicos de segunda generación, soluciones salinas para limpiar las fosas nasales y corticoides tópicos bajo indicación médica. Además, en casos específicos, se puede indicar una vacuna específica contra el polen, que modifica el curso de la enfermedad y disminuye la sensibilidad al alérgeno.
Cuevas aconseja también medidas de control ambiental: usar gafas y barbijos para evitar el contacto con la conjuntiva, mantener ventanas cerradas durante las horas de mayor polinización, ventilar la casa solo unos minutos varias veces al día y limpiar superficies con trapos húmedos. Se recomienda mantener las ventanillas cerradas del auto mientras se circula y evitar colgar ropa al aire libre durante la noche. Asimismo, es preferible postergar la actividad física al aire libre durante las primeras horas de la mañana y al atardecer, que coinciden con los picos de polen en el aire.

En caso de que los síntomas ya estén presentes, se indica un tratamiento de rescate para aliviar la congestión y el malestar, seguido de un mantenimiento con medicación preventiva.
“Hoy por hoy contamos con un arsenal terapéutico muy importante, con mucha eficacia y seguridad”, subraya la especialista. De este modo, quienes sufren alergia al plátano pueden atravesar la primavera con mejor calidad de vida y menor riesgo de complicaciones respiratorias.
El diagnóstico se realiza a partir de la historia clínica y pruebas específicas y estudios de sangre para confirmar la sensibilidad a polen de plátano y otros alérgenos. La mayoría de los alérgicos a este polen también presentan síntomas ante otros pólenes, por lo que el tratamiento integral y el seguimiento médico son esenciales.
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