
Las duchas de agua fría ganaron popularidad como parte de rutinas de bienestar y salud. Pero mientras algunos aseguran que el agua helada revitaliza cuerpo y mente, otros advierten sobre sus posibles efectos adversos. ¿Son realmente beneficiosas o una tendencia con más mito que ciencia?
Aunque la exposición al frío fue utilizada durante décadas en el ámbito clínico y deportivo, el debate actual se centra en su eficacia real, la evidencia científica que la respalda y los potenciales riesgos para personas con ciertas condiciones médicas. Desde hospitales hasta laboratorios de investigación y especialistas abordaron el tema en profundidad, lo que marcó límites y recomendaciones claras.
¿Cuáles son los riesgos de ducharse con agua fría?

El principal riesgo de las duchas frías radica en su impacto cardiovascular. La doctora María Sanz Almazán, miembro del Grupo de Trabajo de Enfermedad Cardiovascular de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia, advierte que el frío “aumenta la frecuencia cardíaca y estrecha los vasos sanguíneos, lo que puede reducir el flujo sanguíneo al corazón y provocar efectos graves como síncopes, angina o incluso infartos”.
El médico internista Ramiro Heredia (MN 117.882), del Hospital de Clínicas José de San Martín en Buenos Aires explicó en una nota anterior a Infobae que estas prácticas requieren supervisión médica, especialmente en pacientes con enfermedades cardiovasculares “no compensadas o sin tratamiento adecuado”.
Otros grupos vulnerables incluyen personas con síndrome de Raynaud, crioglobulinemia, hipersensibilidad al frío, y diabéticos, según los expertos. Además, exposiciones prolongadas o con temperaturas extremadamente bajas pueden derivar en quemaduras, sabañones, trastornos de la piel y problemas vasculares.
¿Por qué se dice que las duchas con agua fría hacen bien a la salud?

Más allá del escepticismo, la crioterapia —nombre técnico de las terapias con frío— tiene fundamentos fisiológicos. La exposición breve y controlada al frío activa mecanismos adaptativos que podrían beneficiar varios sistemas del cuerpo humano.
Según la Mayo Clinic, las duchas frías promueven la vasoconstricción seguida de vasodilatación, mejorando la circulación, sobre todo en personas con insuficiencia venosa o várices. Sanz Almazán confirma que pueden aliviar síntomas como “pesadez, hormigueo e hinchazón al final del día”.
La vasoconstricción, provocada por el contacto con temperaturas bajas, contrae los vasos sanguíneos y contribuye a disminuir el daño en los tejidos musculares, lo que favorece una recuperación más rápida. Este fenómeno también reduce el flujo sanguíneo hacia los músculos, lo que ayuda a controlar la inflamación y el dolor, aliviando la rigidez y limitando la disfunción. Según la psiquiatra e investigadora en biología de la salud de la Universidad de Stanford, Vanika Chawla, “la exposición al frío reduce la inflamación y el dolor muscular al disminuir el flujo sanguíneo hacia los músculos, lo que ayuda a disminuir la disfunción y la sensación de rigidez”.

En el plano inmunológico, el frío podría estimular la producción de glóbulos blancos y la liberación de noradrenalina, neurotransmisor que fortalece las defensas del organismo y mejora el estado de ánimo. La exposición al agua fría, además, aumenta la termogénesis, lo que implica un gasto calórico adicional y la activación de la grasa parda, un tipo de tejido que quema calorías para generar calor y puede ayudar a combatir la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares, según explicó Heredia.
¿Cuál es la temperatura ideal del agua para ducharse?
Los efectos beneficiosos del frío comienzan cuando la temperatura del agua está por debajo de los 15°C, según las definiciones de inmersión en agua fría (CWI por sus siglas en inglés). La crioterapia corporal total (WBC), que se realiza en cámaras de aire helado, utiliza temperaturas mucho más bajas, aunque bajo condiciones controladas.

En este punto, Sanz Almazán señaló que la temperatura no debe bajar de 5 a 7°C para evitar daños dérmicos o neurológicos. Por otro lado, el uso doméstico de duchas frías debe adaptarse al umbral de tolerancia de cada persona, comenzando con temperaturas ligeramente frías para evitar un choque térmico abrupto.
¿Con qué frecuencia hay que ducharse?
No existe una recomendación médica universal sobre la frecuencia óptima para ducharse con agua fría. Sin embargo, los expertos coinciden en que la constancia y la moderación son claves.

Heredia aclara que muchas de las investigaciones más prometedoras se basaron en exposición regular a inmersión en agua fría, no tanto en duchas ocasionales. En general, se recomienda comenzar con sesiones breves (de 30 segundos a 2 minutos) e ir aumentando progresivamente, siempre atentos a las reacciones del cuerpo.
La ducha fría no debe sustituir tratamientos médicos ni convertirse en una rutina sin supervisión para quienes padecen afecciones crónicas o cardiovasculares.
Consejos para una ducha saludable

- Consultar al médico antes de comenzar esta práctica si se tiene alguna enfermedad preexistente.
- Comenzar con agua templada y terminar con un chorro frío para evitar choques térmicos.
- Aplicar el agua de forma ascendente, desde los pies hacia el torso, para mejorar el retorno venoso.
- Limitar la duración de la exposición al frío a unos pocos minutos.
- Escuchar al cuerpo: si hay dolor, mareos, sensación de entumecimiento o incomodidad persistente, suspender la práctica.
La ciencia aún no alcanza aún consenso pleno sobre los beneficios de las duchas frías, pero tampoco los descarta. Con aplicación moderada y bajo control médico, pueden ser una herramienta más en el cuidado del bienestar físico y emocional, siempre que se respeten los límites del cuerpo.
Últimas Noticias
Cáncer de próstata: cuáles son los síntomas y cómo se trata la enfermedad que tiene Joe Biden
El ex presidente de Estados Unidos atraviesa una forma agresiva de la patología. Cómo se origina y qué aconsejan los especialistas para abordarla

Ayuno intermitente: ¿es más saludable saltarse el desayuno o la cena?
Investigaciones recientes han puesto de relieve cómo la omisión de comidas específicas puede influir en la salud y la gestión del peso

Qué actividades pueden frenar el aumento de la miopía en niños y adolescentes
El uso creciente de dispositivos electrónicos y la falta de contacto con la luz natural aceleran el deterioro visual en la infancia. Según un reciente estudio la solución podría estar en la exposición solar. ¿Cuánto tiempo recomiendan?

Argentina dio un paso importante para tener una vacuna contra una enfermedad en cerdos transmisible a humanos
Científicas del CONICET probaron una inmunización eficiente en ratones y así avanzan en una nueva estrategia para prevenir la brucelosis porcina, de fuerte impacto en la salud pública. La palabra de las expertas a Infobae

Qué futuro enfrentarán las nuevas generaciones por el cambio climático
Un estudio internacional publicado en la revista Nature reveló qué pasará con olas de calor, inundaciones y sequías sin precedentes. Cuáles son las medidas urgentes para cuidar a los adultos en los años que vienen
