Narcisismo paterno: 7 señales para identificar a un papá narcisista

Lejos de brindar contención o apoyo, un padre narcisista genera inseguridad, dependencia emocional y heridas psicológicas difíciles de sanar

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Un papá narcisista utiliza la
Un papá narcisista utiliza la manipulación emocional o la culpa para ejercer control y asegurarse de que todo se haga según sus expectativas (Buchanan Law Group)

En el Perú, un informe de Capital Humano de 2023 revela que el 44% de los peruanos tuvo un padre ausente en su infancia debido al trabajo. En la crianza de los hijos, la figura paterna cumple un rol fundamental. Un padre presente y amoroso es clave para el desarrollo emocional, social y psicológico de los niños.

No obstante, en la sociedad peruana, la ausencia de un padre comprometido o presente sigue siendo una problemática frecuente, ya sea por estar ocupado con su trabajo o por otros motivos como el abandono, el desinterés o simplemente por patrones de crianza marcados por la distancia emocional.

Pero no solo la ausencia paterna puede ser perjudicial. También existen casos en los que la presencia del padre puede causar daño, especialmente cuando se trata de un papá con rasgos narcisistas. Lejos de brindar contención o apoyo, este tipo de figura paterna genera inseguridad, dependencia emocional y heridas psicológicas difíciles de sanar. Identificar estos comportamientos es crucial para entender el impacto que pueden tener en los hijos.

7 señales de un papá narcisista

Un padre narcisista suele buscar
Un padre narcisista suele buscar reconocimiento en todo momento (Imagen Ilustrativa Infobae)

Entre los rasgos que caracterizan a un papá narcisista se destacan los siguientes:

  1. Necesita ser el centro de atención constantemente: un padre narcisista suele buscar reconocimiento en todo momento. Incluso en situaciones que deberían centrarse en los logros de sus hijos, él gira la atención hacia sí mismo, minimizando o ignorando los méritos de los demás.
  2. Control excesivo y falta de límites saludables: este tipo de padre no permite que sus hijos tomen decisiones propias, incluso en asuntos simples. Utiliza la manipulación emocional o la culpa para ejercer control y asegurarse de que todo se haga según sus expectativas.
  3. Falta de empatía: no logra conectarse con las emociones de sus hijos. Cuando estos expresan tristeza, miedo o frustración, suele descalificar sus sentimientos, ridiculizarlos o ignorarlos, mostrando una clara incapacidad de empatizar.
  4. Busca perfección y exige demasiado: tiende a imponer estándares inalcanzables y hace sentir a sus hijos que nunca son lo suficientemente buenos. El afecto está condicionado al rendimiento o la obediencia, lo que genera una constante sensación de insuficiencia.
  5. Culpa a los demás y no asume responsabilidades: cuando algo sale mal en la dinámica familiar, un padre narcisista rara vez asume sus errores. Siempre encuentra a quién culpar, ya sea a la madre, a los hijos o incluso a factores externos, sin cuestionar sus propias acciones.
  6. Utiliza el castigo emocional como herramienta de control: el silencio prolongado, los desprecios, las comparaciones humillantes y el retiro del afecto son algunas de las formas en que un papá narcisista castiga cuando no se hace lo que él espera.
  7. Imagen pública intachable, pero comportamiento distinto en privado: en público puede parecer el padre ideal: amable, comprometido y ejemplar. Sin embargo, en el ámbito privado muestra su verdadera personalidad, caracterizada por la manipulación, el egocentrismo y la falta de apoyo emocional.

La salud mental de los hijos de un narcisista

La constante invalidación, crítica y
La constante invalidación, crítica y presión genera en los hijos sentimientos de inseguridad, ansiedad y baja autoestima (Imagen Ilustrativa Infobae)

Al igual que tener una mamá narcisista tiene un impacto negativo en los hijos, un padre con narcisismo provoca que sus hijos crezcan con la sensación de que sus emociones no importan. La constante invalidación, crítica y presión genera en los hijos sentimientos de inseguridad, ansiedad, baja autoestima y dificultad para establecer límites sanos en sus relaciones personales. Muchos adultos que han crecido con padres narcisistas experimentan patrones de dependencia emocional, miedo al fracaso o necesidad de aprobación constante.

Además, al vivir en un ambiente donde el afecto está condicionado al desempeño o al cumplimiento de expectativas, los hijos suelen internalizar la idea de que su valor depende de cuánto agradan a los demás. Esto puede derivar en trastornos como la depresión, la ansiedad crónica e incluso estrés postraumático complejo.

Por otro lado, la relación padre-hijo se convierte en un vínculo tóxico donde el niño, en lugar de ser acompañado emocionalmente, termina desempeñando el rol de cuidador o mediador emocional del adulto.