
El consumo excesivo de ciertos medicamentos puede ocasionar daños graves en la salud, especialmente cuando se trata de sustancias diseñadas para condiciones clínicas específicas.
Aunque muchos fármacos disponibles sin receta presentan riesgos si se usan de manera inadecuada, existe uno que, pese a no ser de venta libre, ha alcanzado niveles preocupantes de uso recreativo entre jóvenes: el fentanilo.
Investigaciones recientes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) han puesto de relieve el enorme peligro que representa este medicamento para el cerebro humano, al convertirse en una de las sustancias más dañinas y adictivas, tanto en contextos médicos como en el ámbito de las drogas ilícitas.
El informe, publicado en la Gaceta UNAM y respaldado por el doctor en neurociencias Óscar Prospero García, advierte que el fentanilo es considerablemente más potente que otros opioides, incluso que la morfina, uno de los analgésicos más usados en el manejo del dolor terminal.

La preocupación no solo radica en su uso médico, sino en la rápida popularización del fentanilo como droga recreativa, lo que ha desencadenado miles de muertes por sobredosis y un notable deterioro en la función cerebral de quienes lo consumen sin control.
Fentanilo: el impacto devastador en el sistema nervioso central
El fentanilo es un opioide sintético que posee una potencia hasta cien veces superior a la morfina, según especialistas de la Facultad de Medicina de la UNAM. Su acción sobre el sistema nervioso central es especialmente intensa: actúa sobre el sistema mesolímbico del cerebro, regulando la motivación e impulsando el llamado circuito de recompensa. Esta estimulación produce sensaciones de placer extremas que, de acuerdo con testimonios recogidos por el doctor Prospero, pueden llegar a equivaler hasta “doce veces el de un orgasmo”.
Mientras una dosis de morfina suele medirse en miligramos, una dosis de fentanilo se calcula en microgramos. Para dimensionar su letalidad, basta un tercio de un grano de arroz para provocar la muerte. De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, cada día fallecen más de 150 personas en ese país por sobredosis de esta sustancia.
El fentanilo interfiere con funciones vitales como la respiración y la actividad cardíaca, lo que incrementa el riesgo de paro cardiorrespiratorio incluso con cantidades ínfimas. También afecta el equilibrio emocional al impactar la amígdala extendida y el hipotálamo, fomentando ansiedad, irritabilidad e inestabilidad en el ánimo. Cuando la dependencia se arraiga, la corteza prefrontal se ve comprometida, dificultando la toma de decisiones y la capacidad para pensar con claridad.

Pese a ser un fármaco autorizado únicamente para el tratamiento del dolor crónico y terminal, su adquisición en el mercado ilegal ha multiplicado los casos de adicción y muerte en diversas poblaciones, sobre todo entre jóvenes. “Es extremadamente potente y la gente muchas veces lo consume sin saber que está consumiendo fentanilo, porque suele adulterarse y mezclarse con otras drogas”, alertó la investigadora María Elena Medina-Mora de la Facultad de Psicología de la UNAM.
Fármacos comunes y riesgos para el cerebro
Si bien el fentanilo representa el mayor peligro, la lista de medicamentos capaces de alterar la química cerebral no se limita a los opioides sintéticos. Analgésicos convencionales, antiinflamatorios y sedantes, cuando se usan en exceso o fuera del control médico, pueden incidir negativamente en la función neuronal, causando efectos que van desde confusión y problemas de memoria hasta dependencia física y emocional.
El doctor Prospero explicó que, en casos leves, el dolor suele manejarse con medicamentos como el ácido acetilsalicílico o el ketorolaco, con menor riesgo cerebral si se utilizan correctamente. Los opioides se reservan solo para cuadros muy graves y resistentes a otras terapias, por lo que su uso debe estar absolutamente regulado. “El abuso de medicamentos con influencia sobre el sistema nervioso central, sin seguimiento profesional, puede detonar cuadros de adicción y alteraciones profundas en la conducta”, puntualizó el académico.

Alternativas naturales y el papel del médico: la salud cerebral no es un juego
Según los especialistas de la UNAM, es posible considerar alternativas naturales para ciertos padecimientos, especialmente cuando se trata de molestias leves. Estrategias como la actividad física, la meditación, la terapia de calor o frío y algunas terapias complementarias pueden reducir la necesidad de tratamientos farmacológicos invasivos. El propio cuerpo humano produce endorfinas, compuestos naturales con efecto analgésico y placentero, generados a partir de actividades saludables.
No obstante, cualquier intento de reemplazo o reducción en el uso de medicamentos siempre debe realizarse bajo la supervisión de un médico, quien evaluará los riesgos y beneficios de cada intervención. La investigación enfatiza que los tratamientos invasivos solo corresponden a situaciones específicas y nunca deben emplearse sin indicación profesional clara.
El fentanilo, aun bajo prescripción, debe manejarse con máxima cautela, y cualquier alternativa terapéutica –natural o farmacológica– requiere la asesoría de especialistas certificados para evitar consecuencias severas para la salud cerebral y la vida.
Más Noticias
La Casa de los Famosos México en vivo hoy 25 de septiembre: quiénes son los nominados de la semana
Sigue minuto a minuto la transmisión en vivo de Vix

Metrobús CDMX: estaciones cerradas en esta última hora del 25 de septiembre
Inaugurado el 19 de junio de 2005, actualmente transporta a más de 22 millones de usuarios al año

El pronóstico del tiempo para la ciudad de Veracruz de este 25 de septiembre
La ciudad de Veracruz se caracteriza por su gran valor histórico y cultural

Cuáles son las propiedades curativas de tomar licuado de fresa con avena y granola
Esta combinación es rica en antioxidantes, fibra, vitaminas y minerales

La calidad del aire en la CDMX este 25 de septiembre
El reporte del estado del aire se publica cada hora y diariamente por la Dirección de Monitoreo Atmosférico de la capital del país
