Estos son los riesgos de tener grasa en el hígado, según la UNAM

Ese órgano cumple funciones vitales como la digestión, la eliminación de desechos y la producción de proteínas y colesterol.

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La enfermedad hepática por esteatosis
La enfermedad hepática por esteatosis no depende solo de la obesidad; factores como alcohol, diabetes y medicamentos también influyen. - VisualesIA

Cada año, crece la preocupación en la comunidad médica por el aumento de la llamada enfermedad hepática por esteatosis, anteriormente denominada “hígado graso”, un padecimiento cuyo alcance y complejidad han llevado a una revisión tanto en la terminología como en las estrategias de prevención y cuidado.

De acuerdo con una infografía publicada en la cuenta oficial de X de Ciencia UNAM, esta afección se ha convertido en una de las principales amenazas a la salud del hígado en el mundo moderno, presentando consecuencias que pueden ir desde simples alteraciones metabólicas hasta daños irreversibles en el órgano.

El hígado cumple funciones vitales para el organismo: es el responsable de secretar bilis para facilitar la digestión y la eliminación de desechos, producir proteínas para el plasma sanguíneo, así como sintetizar colesterol y otras proteínas que transportan grasas en todo el cuerpo.

La progresión puede llevar a
La progresión puede llevar a esteatohepatitis, fibrosis, cirrosis y cáncer de hígado, siendo el trasplante una posible consecuencia. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Esta actividad tan relevante puede verse comprometida cuando el hígado acumula grasa por encima de niveles normales, fenómeno que ocurre cuando los triglicéridos dentro de las células hepáticas superan el 5% del peso total de la víscera.

Durante el 2023, los especialistas médicos actualizaron el nombre de esta condición a “Enfermedad Hepática por esteatosis” o SLD, para representar mejor sus múltiples variantes y causas. De acuerdo con la información recopilada por Ciencia UNAM, este padecimiento abarca un espectro amplio de trastornos, que no dependen exclusivamente de la obesidad o el sobrepeso. Son factores el consumo excesivo de alcohol, la presencia de diabetes tipo 2, el síndrome metabólico, la hipertensión arterial y ciertos medicamentos o enferme.

Las variantes de la enfermedad se distinguen principalmente por su origen. Por un lado, está la forma asociada al metabolismo, que puede aparecer incluso en personas sin problemas evidentes de peso, y en la que intervienen factores como la dieta no saludable y los riesgos cardiometabólicos. Otra variante importante es la relacionada con el consumo de alcohol, donde la ingestión repetida y abundante disminuye la capacidad del hígado para regenerarse, generando daños en las células.

La enfermedad hepática por esteatosis
La enfermedad hepática por esteatosis antes era conocida como hígado graso. - VisualesIA

En relación con la progresión de la enfermedad, uno de los aspectos más alarmantes es el avance hacia la esteatohepatitis, una forma grave del padecimiento en la que la inflamación y el daño tisular (cicatrización o fibrosis) empiezan a ser notorios. La prevalencia de esta variante grave en la población general oscila entre 1.5% y 6.5%

El diagnóstico de la enfermedad hepática por esteatosis puede apoyarse en pruebas de imagen, sin embargo, los expertos consultados indican que la biopsia hepática sigue siendo el método definitivo para establecer una correlación precisa entre los datos clínicos, las pruebas analíticas y el estado real de los tejidos hepáticos.

Los riesgos de no atender esta condición a tiempo son altos. La acumulación excesiva de grasa puede provocar una reacción en cadena que inicia con inflamación, continúa con fibrosis, evoluciona a cirrosis y, en casos graves, termina en cáncer de hígado. Además, la enfermedad hepática avanzada ocasionada por la esteatosis se ha convertido en una de las principales causas de trasplante hepático y complicaciones cardiovasculares en la actualidad.

La prevención y el tratamiento incluyen la reducción de peso cuando es necesario, el aumento de la actividad física, el seguimiento de una dieta balanceada y la eliminación del consumo de alcohol y medicamentos innecesarios. Ante cualquier síntoma,