Según expertos, ¿Cada cuánto o con qué frecuencia hay que lavar y cambiar las sábanas?

Pueden albergar más bacterias que un asiento de inodoro

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Los beneficios de cambiar sábanas
Los beneficios de cambiar sábanas Foto: iStock

Mantener la cama limpia no es solo una cuestión de orden, sino también de salud. Pasamos cerca de un tercio de nuestras vidas durmiendo, lo que convierte las sábanas en un espacio perfecto para la acumulación de microorganismos.

Sudor, restos de piel, aceites corporales y polvo se combinan para crear un ambiente propicio para bacterias y ácaros. Ante esta realidad, surge la pregunta: ¿con qué frecuencia debemos lavar la ropa de cama?

La sugerencia

Los expertos coinciden en que lo ideal es lavar las sábanas una vez por semana, ya que el contacto directo del cuerpo con la tela hace que esta se contamine rápidamente, lo que incrementa el riesgo de alergias, infecciones cutáneas e incluso problemas respiratorios.

Las camas son entornos húmedos y cálidos, ideales para la proliferación de bacterias y hongos, por lo que la limpieza regular no es solo una cuestión estética, sino una medida preventiva para mantener la salud.

Aunque el promedio recomendado es de siete días, hay situaciones que exigen un lavado más frecuente. Entre ellas, dormir con mascotas, sudoración excesiva, problemas de piel, dormir desnudo o enfermedades como gripes y resfriados. En estos casos, se sugiere cambiar las sábanas cada tres o cuatro días.

El clima también influye, puesto que en zonas calurosas o durante el verano, donde se suda más, la frecuencia debe aumentar. Asimismo, quienes padecen alergias deben ser más rigurosos, ya que los ácaros del polvo son desencadenantes comunes de síntomas respiratorios.

Dejar pasar más tiempo sin lavar las sábanas no solo implica mal olor, sino la acumulación de millones de microorganismos invisibles. Estos pueden afectar la salud y provocar desde irritaciones en la piel hasta infecciones más serias. Algunos estudios señalan que, después de una semana, las sábanas pueden albergar más bacterias que un asiento de inodoro.

Limpieza efectiva

Además de la frecuencia, es importante:

  • Utilizar agua caliente, al menos 60°C.
  • Detergentes adecuados para eliminar gérmenes.
  • También se recomienda dejar secar bien la ropa de cama antes de usarla, ya que la humedad puede favorecer la proliferación de moho.
  • Sacudir con fuerza diariamente, debido a que los muchos hongos y bacterias se transfieren a las sábanas, almohadas y edredones cuando nos movemos durante la noche.

Mantener una rutina de higiene en la cama no solo mejora la salud, sino también la calidad del sueño. Dormir en sábanas limpias genera una sensación de frescura y confort que contribuye al bienestar general.