Este ingrediente de cocina te ayuda para los hongos de los pies

Preparaciones sencillas a base de este ingrediente, como baños y mezclas tópicas, se posicionan como opciones efectivas

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El ajo actúa sobre las
El ajo actúa sobre las membranas celulares de los hongos, dificultando su proliferación y favoreciendo su eliminación. Foto: (iStock)

Un dato poco conocido sobre el ajo es su capacidad para actuar directamente sobre las membranas celulares de los hongos, lo que dificulta su proliferación y favorece su eliminación.

Esta propiedad, atribuida a los compuestos sulfurados presentes en el Allium sativum, ha despertado el interés de quienes buscan alternativas naturales para tratar infecciones fúngicas, especialmente en zonas como los pies, donde la humedad y el calor suelen favorecer el desarrollo de estos microorganismos.

El ajo se ha utilizado durante siglos en distintas culturas no solo como condimento, sino también como remedio natural para combatir infecciones.

Su eficacia frente a los hongos se debe principalmente a la alicina, un compuesto bioactivo que se libera cuando el ajo se corta o se tritura.

La alicina, junto con otros compuestos sulfurados, actúa de forma sinérgica para inhibir el crecimiento de hongos y bacterias, lo que convierte al ajo en una opción interesante para quienes sufren de afecciones como el pie de atleta.

El ajo puede emplearse en
El ajo puede emplearse en baños para pies, sumergiéndolos en agua con ajo hervido durante 20 a 30 minutos. (Adobe Stock)

El pie de atleta es una infección fúngica frecuente en personas que mantienen los pies húmedos o expuestos a ambientes cálidos. Los síntomas incluyen picazón, enrojecimiento y descamación entre los dedos.

Frente a este problema, el ajo puede emplearse de varias maneras. Una de las más efectivas consiste en preparar baños de ajo: se hierven 4 o 5 dientes de ajo en 4 litros de agua durante 10 minutos, se deja enfriar y se sumergen los pies durante 20 a 30 minutos.

Este procedimiento puede repetirse varias veces por semana, siempre asegurándose de secar bien los pies después del baño para evitar la humedad residual que favorece el crecimiento de hongos.

Otra forma de aprovechar las propiedades antifúngicas del ajo es mediante la aplicación tópica. Para ello, se trituran 2 o 3 dientes de ajo y se mezclan con aceite de oliva o de coco, ambos con propiedades antimicrobianas adicionales.

Esta mezcla se aplica sobre la zona afectada y se deja actuar entre 30 y 60 minutos antes de enjuagar con agua tibia. La frecuencia recomendada es de dos a tres veces por semana.

Consultar a un profesional de
Consultar a un profesional de la salud es fundamental si la infección fúngica persiste o se agrava tras el uso de ajo. Foto: (iStock)

El consumo de ajo crudo también puede reforzar la acción antifúngica desde el interior del organismo. Incorporar ajo fresco picado en ensaladas o salsas, o recurrir a suplementos de extracto concentrado, son alternativas válidas para quienes desean potenciar su dieta con este ingrediente.

Es fundamental tener en cuenta que, aunque el ajo es un recurso natural, puede provocar irritación o reacciones alérgicas en algunas personas. Por ello, se recomienda probar primero en una pequeña zona de la piel. Si la infección persiste o se agrava, resulta imprescindible consultar a un profesional de la salud.