Cuáles son las propiedades curativas del té de bugambilia

Esta bebida se ha utilizado en la medicina tradicional para tratar diversas afecciones respiratorias

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Esta bebida se ha utilizado
Esta bebida se ha utilizado en la medicina tradicional para tratar diversas afecciones respiratorias. - (Imagen Ilustrativa Infobae)

La bugambilia, conocida científicamente como Bougainvillea glabra, es una planta originaria de América del Sur que se ha integrado en la medicina popular de diversas regiones, sobre todo en México. Sus flores de colores intensos no solo destacan en jardines, sino que también han despertado interés por el uso tradicional en remedios naturales contra distintos malestares.

En la medicina herbolaria mexicana, la bugambilia se emplea principalmente para tratar afecciones respiratorias. Desde hace generaciones, las infusiones de sus flores se administran como expectorantes y coadyuvantes en el tratamiento de la tos, el resfriado común y la bronquitis. En diversas zonas es habitual encontrar referencias a preparaciones caseras de bugambilia mezclada con miel y limón.

La costumbre popular atribuye a la bugambilia propiedades antiinflamatorias y antitusivas. Estos beneficios son parte del conocimiento transmitido oralmente entre familias, donde la planta ocupa un lugar relevante dentro de la farmacia natural del hogar.

Entre los beneficios más comunes
Entre los beneficios más comunes atribuidos a esta planta es que ayudan a eliminar flemas. - (Imagen Ilustrativa Infobae)

Algunos estudios botanicos se han centrado en analizar las sustancias presentes en la planta. Investigaciones realizadas en laboratorios han identificado compuestos como flavonoides, saponinas, taninos y alcaloides en los extractos de bugambilia. Estas sustancias suelen asociarse con efectos antioxidantes, antiinflamatorios y antibacterianos en muchos vegetales.

En el área experimental, análisis en modelos animales y en laboratorio sugieren potenciales efectos antibacterianos de los extractos de bugambilia frente a ciertos microorganismos.

Además, algunos experimentos muestran que la planta podría servir como modulador de la inflamación, lo que respalda inicialmente el uso tradicional para calmar la tos o aliviar las molestias de las vías respiratorias.

Sin embargo, la evidencia científica en humanos es limitada. La mayoría de los trabajos publicados tiene alcance preliminar, y existen pocos estudios clínicos controlados que demuestren la seguridad y eficacia del consumo de bugambilia en personas.

 Tradicionalmente, se utiliza en
Tradicionalmente, se utiliza en la medicina popular de América Latina para aliviar problemas respiratorios como tos, asma y resfriados. (Imagen ilustrativa Infobae)

Posibles efectos secundarios y precauciones

El uso tradicional de bugambilia ha sido en su mayoría seguro cuando las dosis se mantienen dentro de los límites habituales en infusiones. No obstante, se reportan casos aislados de irritación gástrica tras el consumo excesivo.

La planta no resulta tóxica para humanos en dosis habituales, aunque se recomienda precaución en mujeres embarazadas, lactantes o personas con alergias a plantas similares.

Existen advertencias sobre el consumo en grandes cantidades, ya que en animales se han observado pequeñas alteraciones en órganos como hígado y riñones bajo dosis muy altas. Tampoco se recomienda su aplicación directa sobre heridas abiertas sin indicación profesional, dado que hay escasa información sobre efectos tópicos en la piel.

Su consumo debe hacerse con
Su consumo debe hacerse con precaución y no sustituye tratamientos médicos.- (Imagen Ilustrativa Infobae)

Preparación y formas de uso

La forma más común de uso es en infusión. Se preparan con las flores frescas o secas, agregando agua caliente y, en ocasiones, miel para mejorar el sabor. La bebida se ingiere varias veces al día durante episodios de tos o gripe, según la costumbre popular.

También existen jarabes artesanales y mezclas caseras en combinación con limón o eucalipto.

Algunos herbolarios incluyen la bugambilia en ungüentos y lociones con fines tópicos, aunque estos usos no han sido suficientemente analizados en contextos clínicos.