
El queso es uno de los alimentos más consumidos en el mundo debido a su versatilidad, sabor y valor nutricional. Sin embargo, no todos los quesos son iguales en términos de salud.
Entre las múltiples variedades, el queso cottage (también conocido como requesón) destaca como uno de los más saludables, gracias a su bajo contenido en grasa y alto aporte de proteínas, además de ser una excelente fuente de calcio, vitaminas y probióticos.
El queso cottage se elabora a partir de leche descremada o baja en grasa, lo que lo convierte en una opción ligera y de fácil digestión. Contiene aproximadamente 98 calorías por cada 100 gramos, con más de 11 gramos de proteína y solo cuatro gramos de grasa, lo que lo hace ideal para quienes desean bajar de peso o mantener una dieta equilibrada.
Uno de los beneficios más destacados del queso cottage es su alto contenido en proteínas de alto valor biológico, especialmente caseína, que se digiere lentamente y proporciona una sensación de saciedad prolongada. Esto lo hace útil para personas que desean controlar su apetito o ganar masa muscular, ya que ayuda a reparar tejidos y construir músculo.

Además, el queso cottage es una excelente fuente de calcio, mineral esencial para la salud ósea, el funcionamiento muscular y la prevención de enfermedades como la osteoporosis. También aporta vitamina B12, clave para el sistema nervioso y la producción de glóbulos rojos, y fósforo, que colabora en la formación de huesos y dientes.
Por su bajo contenido de lactosa en comparación con otros quesos frescos, el queso cottage puede ser tolerado por personas con intolerancia leve a la lactosa, aunque siempre se recomienda consultar a un especialista.
Otras opciones saludables
Aunque el queso cottage lidera la lista, hay otras variedades saludables según las necesidades de cada persona:
- Queso mozzarella bajo en grasa: También es rico en proteínas y calcio, y tiene un sabor suave. Es ideal para dietas bajas en grasa.
- Queso ricotta: Hecho del suero de leche, es una buena fuente de proteína, bajo en sodio y con una textura cremosa que lo hace versátil en cocina.
- Queso feta: Aunque tiene más sodio, es más bajo en calorías que otros quesos curados. Su sabor fuerte permite usar menos cantidad.
- Quesos añejos bajos en grasa (como el parmesano light): Aportan calcio en concentraciones más altas y son muy sabrosos en pequeñas cantidades.

Para disfrutar del queso como parte de una dieta saludable, es importante preferir las versiones bajas en sodio y grasa. Así como evitar quesos ultraprocesados o tipo “americano”, que son ricos en sales y grasas.
También se deben controlar las porciones, con un aproximado de 30 a 50 gramos por ración. Y finalmente, es recomendable acompañarlos con vegetales, granos integrales o como fuente proteica en desayunos o cenas ligeras.
En conclusión, el queso puede ser parte de una alimentación balanceada, siempre y cuando se elijan las opciones más saludables, como el queso cottage, y se consuman con moderación.
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